Unidos en defensa del muro
La privatizaci¨®n de un mural colectivo en Barcelona y el uso indiscriminado de una obra en Atenas destapan las contradicciones del arte urbano
En la calle Consellers en Ciutat Vella hay un mural que ha ido creciendo desde 2010. En estos a?os ha servido de lienzo y escenograf¨ªa para conciertos y representaciones de artistas callejeros y ciudadanos espont¨¢neos. Como todo lugar m¨¢gico, tiene un guardi¨¢n, Fabio de Minicis, argentino de nacimiento y barcelon¨¦s de adopci¨®n, que instal¨® su taller justo detr¨¢s hace tres a?os. El muro preside un peque?o solar de tres metros por cuatro que ha sido vendido para que se construya una casa.
De Minicis ha dado la voz de alarma y de inmediato artistas y vecinos se han movilizado y en Facebook ya ha aparecido una p¨¢gina Defensa del Muro del Born, que relata su historia. ¡°El proyecto -de la construcci¨®n de la vivienda- se aprob¨® en septiembre y el Ayuntamiento decret¨® que el mural carece de valor art¨ªstico, por lo que podemos hacer lo que queramos. Vamos a construir un edificio de cuatro pisos muy peque?os y por el momento protegeremos el mural para que eventualmente se pueda mantener en la entrada¡±, ha asegurado a este diario el arquitecto ?ngel Toyos Buigues, asesor del proyecto que dirige el arquitecto Salvador Llobet. ¡°Tanto si se destruye como si se encierra en una casa privada, el mural dejar¨¢ de tener su funci¨®n de espacio abierto para libre expresi¨®n, a disposici¨®n de la gente¡±, indica De Minicis, conocido por sus trabajos basados en las letras del alfabeto y como fundador del proyecto colaborativo Lost and Font, cuyo objetivo es crear una tipograf¨ªa, a partir de im¨¢genes cuya forma sugiere una letra o un n¨²mero.
Nacido como arte ef¨ªmero y espont¨¢neo, sin pretensi¨®n de permisos y protecci¨®n, el arte urbano reivindica cada vez m¨¢s un estatus a veces contradictorio con su propia naturaleza. Mientras que con el arte p¨²blico antiguo los par¨¢metros eran m¨¢s sencillos y claros, con el contempor¨¢neo la cosa cambia. ?Qui¨¦n eval¨²a el valor art¨ªstico de un mural? Y ?seg¨²n qu¨¦ criterios? Quiz¨¢s no todas las intervenciones del muro de Consellers merecen el ep¨ªgrafe de obras de arte, pero todas son expresiones de la creatividad contempor¨¢nea.
¡°Los murales deben ser tratados como arte y as¨ª lo vamos a hacer. Estamos estableciendo unas plataformas mediadoras de modo que el sector se pueda autorregular como hacen los m¨²sicos del metro¡±, ha explicado a este diario Berta Sureda, comisionada de Cultura del Ayuntamiento, que est¨¢ conversando con colectivos como Rebobinart para que act¨²en de mediador entre los creadores y el distrito y Murs Lliures, para que se encarguen de la selecci¨®n de artistas. ¡°Estamos favorables a la ocupaci¨®n del espacio p¨²blico a trav¨¦s del arte y hay que encontrar formas de regularla y proteger los artistas y su derecho a expresarse. En este momento hay varias situaciones similares y estamos buscando espacios d¨®nde trasladar estos muros¡±, a?ade Sureda, indicando que el tema del muro del Born est¨¢ muy complicado, pero no zanjado.
A pesar de haber sido objeto de congresos, cursos y debates, el arte urbano sigue sin resolver sus contradicciones y sin obtener la consideraci¨®n que merece. Es de estos d¨ªas tambi¨¦n el caso de El beso de la discordia, un mural que retrata el primer ministro griego Alexis Tsipras y la canciller alemana Angela Merkel bes¨¢ndose, realizado en Atenas por el artista italiano afincado en Barcelona, JupiterFab. La imagen, que simboliza la decepci¨®n por los acuerdos entre ambos pa¨ªses despu¨¦s del refer¨¦ndum del 5 de julio, dio la vuelta al mundo y fue utilizada como ilustraci¨®n por innumerables peri¨®dicos, incluido EL PA?S, sin que ninguno se preocupara por reconocer la autor¨ªa del artista en los cr¨¦ditos de la foto. ¡°Los que trabajamos en la calle no estamos preocupados por vender. Nuestra ¨²nica ganancia es la visibilidad y que se reconozca el valor art¨ªstico de nuestro trabajo¡±, concluye JupiterFab.
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