Mahler ¡®interruptus¡¯

Lo habitual es recordar un recital por lo que se canta, pero quienes asistieron a la inauguraci¨®n de la tercera edici¨®n de LIFE Victoria, el festival de lied impulsado por la Fundaci¨®n Victoria de los ?ngeles para mantener vivo el recuerdo de la legendaria soprano, lo recordar¨¢n por lo que no se cant¨®. En avanzado estado de gestaci¨®n, la mezzosoprano holandesa Christianne Stotjin se encontraba algo mareada antes del inicio del recital con el pianista alem¨¢n Joseph Breinl, el viernes en el Recinto Modernista Sant Pau de Barcelona. Decidi¨® actuar y, pese a los problemas, fue apurando el programa. Pero cuando s¨®lo faltaba un lied para acabar, dio por concluido el recital, dej¨¢ndonos compuestos y sin Urlich (Luz pr¨ªstina), una de las canciones m¨¢s hermosas de Gustav Mahler.

El lied Urlich, de 1892, es algo m¨¢s que una de las piezas pertenecientes a la colecci¨®n de las Canciones del Muchacho de la Trompa M¨¢gica (Des Knaben Wunderhorn). Mahler lo us¨® como cuarto movimiento de la Segunda Sinfon¨ªa, con memorables resultados. Es tan intenso y emotivo que, solo verlo anunciado como final del programa, promet¨ªa ser algo memorable. Pero Stotjin, que dos d¨ªas antes ofreci¨® el mismo programa en el Wigmore Hall de Londres, no lo cant¨®, provocando un Mahler interruptus de los que no se olvidan.

?Por qu¨¦ no cancel¨® el recital si se encontraba indispuesta? Ya en la primera parte, en la interpretaci¨®n de ocho lieder de Franz Schubert, los s¨ªntomas de fatiga y los problemas en el control del fiato y afinaci¨®n fueron evidentes. La situaci¨®n mejor¨® un poco en la segunda parte, con cuatro expresivas canciones de juventud de Alban Berg y la selecci¨®n de lieder del ciclo mahleriano que cerr¨® de forma s¨²bita.

Extra?a velada inaugural, pues, para un ciclo que rompe moldes en la gesti¨®n y el formato de los conciertos, usando las nuevas tecnolog¨ªas y la comunicaci¨®n digital para ganar adeptos. Buscan la consolidaci¨®n en un escenario m¨¢gico, el recinto modernista de Sant Pau, dando forma a una oferta musical y tambi¨¦n tur¨ªstica, ya que la entrada permite realizar antes del concierto una visita por los maravillosos espacios dise?ados por Llu¨ªs Dom¨¨neh i Montaner.

La velada, en el Pabell¨®n de Sant Rafael, se abri¨® con la actuaci¨®n como teloneros -habituales en el mundo del rock pero no en la m¨²sica cl¨¢sica- del bar¨ªtono valenciano Sebasti¨¤ Peris y el pianista gallego Jes¨²s L¨®pez Blanco: interpretaron tres lieder de Johannes Brahms y el tr¨ªptico de Maurice Ravel Don Quichotte ¨¤ Dulcin¨¦e: Peris luci¨® una voz atractiva, de grandes posibilidades, pero un poco verde en cuestiones t¨¦cnicas; estupendo L¨®pez Blanco, por color y cuidado en las din¨¢micas.