Marco Rubio llega a Panam¨¢ con el canal y la migraci¨®n en la mira
En su primer viaje oficial como secretario de Estado, que le llevar¨¢ a Centroam¨¦rica y El Caribe, el funcionario de Trump se encontrar¨¢ con unas autoridades paname?as dispuestas a negociar cualquier cosa menos la soberan¨ªa del canal
Envalentonado con la pol¨ªtica America First del presidente Donald Trump, obsesionado con disminuir la presencia de China, recuperar el Canal de Panam¨¢ y detener la migraci¨®n hacia Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio aterrizar¨¢ este s¨¢bado en un pa¨ªs sembrado de banderas y con parte de su poblaci¨®n manifest¨¢ndose contra su Gobierno. Rubio tambi¨¦n encontrar¨¢ al presidente local, Jos¨¦ Ra¨²l Mulino, preocupado y con ¨¢nimos de entregar cualquier cosa menos lo que la mayor¨ªa de los paname?os consideran un disparate que en los ¨²ltimos d¨ªas funcionarios norteamericanos han exigido con el tes¨®n de una bestia: el Canal de Panam¨¢.
¡°El presidente Trump est¨¢ bastante claro en que quiere administrar el Canal nuevamente¡±, avis¨® Rubio en una entrevista dos d¨ªas antes de iniciar su primer viaje oficial al extranjero como jefe de la diplomacia de Estados Unidos, con escalas en Panam¨¢, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y Rep¨²blica Dominicana. As¨ª, se sum¨® a la seguidilla de representantes republicanos que en una semana intensa salieron a machacar con lo mismo ¡ªdesde el secretario de Defensa, Pete Hegseth, hasta senadores republicanos, que convocaron a una audiencia en el Congreso el martes 28 de enero¡ª: la supuesta influencia china es una ¡°amenaza directa para la seguridad norteamericana¡±.
El ¨²ltimo en decirlo fue el enviado especial de Estados Unidos para Am¨¦rica Latina, Mauricio Claver-Carone. En una rueda de prensa previa al viaje de Rubio, el viernes 31 de enero, repiti¨® que pretenden la ¡°reconstrucci¨®n de la era de oro¡± de principios del siglo pasado, cuando construyeron el Canal. Tras quejarse por las tarifas a la Marina, el mantenimiento y la concesi¨®n a una compa?¨ªa con sede en Hong Kong de los puertos a ambos extremos de la v¨ªa interoce¨¢nica, Claver-Carone solt¨®: ¡°Ojal¨¢ el Gobierno de Panam¨¢ lo vea como una oportunidad de buena fe para promover y mejorar los intereses de ambos pa¨ªses¡±. El Gobierno no lo ve as¨ª, aunque en su ¨¢nimo no hay ninguna intenci¨®n de pelea.
Cada vez que puede, Mulino repite que el Canal no es negociable. ¡°Es de Panam¨¢ y seguir¨¢ siendo de Panam¨¢¡±, dijo el mi¨¦rcoles en la inauguraci¨®n del Foro Econ¨®mico Internacional Am¨¦rica Latina y el Caribe, organizado por CAF-banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe, el Grupo PRISA y World in Progress (WIP). Al d¨ªa siguiente, en su encuentro semanal con periodistas, dio pistas del despiste que reina en su gabinete: ¡°No he recibido ni de la embajada de Estados Unidos acreditada en Panam¨¢, ni de la Secretar¨ªa de Estado, absolutamente ninguna informaci¨®n sobre la supuesta presencia militar de otro pa¨ªs en el Canal¡±.
El presidente ley¨® apuntes para intentar desactivar los bulos sobre el canal machacados en las ¨²ltimas semanas por Trump y sus hombres, ya desmentidas en medios locales e internacionales, para cerrar con una referencia a la audiencia del martes en el Senado estadounidense: ¡°Hablaron, inventaron y mintieron. ?Qu¨¦ te puedo decir? Cero estr¨¦s con eso¡±. Sin embargo, aunque no es la primera vez que la v¨ªa genera conflictos, los nervios sobran.
Por su ubicaci¨®n estrat¨¦gica, el ¨²nico paso entre el Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico ha sido el centro de peleas en los siglos XIX y XX, siempre con Estados Unidos en una esquina del cuadril¨¢tero. ¡°La zona de tr¨¢nsito paname?a estuvo en conflicto entre potencias mundiales en el siglo XIX¡±, dice la historiadora Marixa Lasso, autora de ¡®Historias perdidas del Canal de Panam¨¢¡¯ (Erased, en la versi¨®n original de Harvard University Press). Primero, Estados Unidos forceje¨® con Inglaterra cuando construy¨® el ferrocarril y, despu¨¦s, con Francia cuando obtuvo la venia para intentar abrir ¡ªsin ¨¦xito¡ª la zanja a fines del 1800. Desde 1903, a?o en que finalmente inici¨® la obra definitiva, y hasta el ¨²ltimo d¨ªa de 1999, cuando la devuelve en cumplimiento del tratado Torrijos-Carter, Estados Unidos siempre intent¨® imponerse en Panam¨¢, seg¨²n el excanciller y exembajador en ese pa¨ªs, Ricardo Alberto Arias. La novedad ahora es que enfrente hay alguien impredecible, fuera de todo c¨®digo pol¨ªtico conocido, como Trump.
Tal vez esa sea la raz¨®n por la cual el Gobierno se percibe acobardado y no solo no recurri¨® a la v¨ªa del derecho internacional para defenderse de su intromisi¨®n, como aconseja la tradici¨®n y muchos expertos, sino que desactiv¨® el intento del ¨²nico diplom¨¢tico que reaccion¨®, Eloy Alfaro. Embajador ante Naciones Unidas (ONU), Alfaro present¨® una carta formal al Consejo de Seguridad y al secretario general del organismo, Ant¨®nio Guterres, el mismo d¨ªa en que asumi¨® Trump, rechazando sus comentarios sobre la recuperaci¨®n del Canal durante su discurso de toma de posesi¨®n. Pocos d¨ªas despu¨¦s, Mulino lo trajo de vuelta a Panam¨¢ para una reuni¨®n de asesores y envi¨® al vicenciller Carlos Ruiz-Hern¨¢ndez a Washington, supuestamente a pedir disculpas ¡ªalgo que su Gobierno niega y sobre lo que el propio Ruiz-Hern¨¢ndez no responde¡ª.
Si bien la agenda de Mulino est¨¢ alineada en general con la de Trump, reci¨¦n ahora su actuar es se?alado como ¡°entreguismo¡± por algunos pol¨ªticos y l¨ªderes de opini¨®n del istmo. ¡°No han llamado a nadie relevante que conozca el tema China o sobre derecho internacional¡±, asegura uno, que pidi¨® que su nombre no fuera citado. ¡°Si est¨¢n tan tranquilos, si no van por la v¨ªa internacional, mi apuesta es que le van a decir ¡®Te doy uno de los dos puertos, y listo¡±, arriesg¨® otro que tambi¨¦n pidi¨® anonimato en referencia, a uno de los puertos manejados por la empresa con sede en Hong Kong, se?alada ahora por Estados Unidos aunque nunca haya sido incluida en sus listas negras y opere otros puertos de pa¨ªses aliados como Reino Unido.
La gran pregunta: ?qu¨¦ est¨¢ dispuesto a entregar Mulino?
A Rubio, cuya agenda en Panam¨¢ a¨²n es reservada, se le adelantaron decenas de periodistas internacionales. Vinieron a golpear a la puerta del palacio presidencial con la misma duda: ?Qu¨¦ est¨¢ dispuesto a entregar Mulino para que Rubio despegue de Panam¨¢ con una conquista y quitarse de encima a Trump?
Reacios a blanquear la estrategia antes de ¡°saber con exactitud¡± qu¨¦ busca ¡ªpese a que sus exigencias fueron expl¨ªcitas¡ª, en p¨²blico el Gobierno se limita a decir que ¡°hay que esperar¡± para escuchar y analizar. Por lo bajo, dijeron a EL PA?S que apuntar¨ªan a otros dos ¡°intereses esenciales¡± para la gesti¨®n Trump, incluso cediendo soberan¨ªa siempre que quede por fuera el Canal: migraci¨®n y lucha contra el crimen organizado. En ambos, sin la colaboraci¨®n de Panam¨¢, no hay posibilidad para Estados Unidos de alcanzar sus objetivos.
Pero los gestos de las ¨²ltimas semanas indican que estar¨ªan dispuestos a ir incluso m¨¢s all¨¢. Antes de que asumiera Trump, el Gobierno contrat¨® lobistas cercanos a ¨¦l para desescalar las tensiones con Washington. Inmediatamente despu¨¦s de la asunci¨®n, anunci¨® una auditor¨ªa a Panama Ports Company, filial de la compa?¨ªa con sede en Hong Kong que opera terminales en los lados Atl¨¢ntico y Pac¨ªfico del Canal. La intenci¨®n, seg¨²n el funcionario a cargo, es ¡°garantizar el uso eficiente y transparente de los recursos p¨²blicos¡±. Entre quejas antiguas y oportunidades nuevas, medios locales se?alaron que la tarifa por el movimiento de contenedores lleva m¨¢s de diez a?os desactualizada, pese a que deb¨ªa reverse desde 2013, un atraso que alcanza a los dem¨¢s puertos del pa¨ªs, operados por competidoras de otros pa¨ªses.
Por si fueran necesarios m¨¢s gestos, en la ¨²ltima semana el presidente Mulino brome¨® en una reuni¨®n con inversionistas de la empresa ¡°100% norteamericana¡± que construir¨¢ un tren: ¡°Espero que no me salgan con un chino por ah¨ª¡±. Dos de sus ministros tambi¨¦n le bajaron el peso a las relaciones con China: ¡°La presencia china no mueve la aguja de la econom¨ªa paname?a¡±, dijo el de Econom¨ªa, Felipe Chapman, el jueves en el Foro Econ¨®mico Internacional Am¨¦rica Latina y el Caribe. Secundado por el canciller Javier Mart¨ªnez-Acha, agreg¨® que las relaciones m¨¢s importantes para Panam¨¢ son las de Estados Unidos y Colombia.
Un d¨ªa despu¨¦s, Mulino volvi¨® a responsabilizar al expresidente Juan Carlos Varela ¡ªquien inici¨® relaciones con China en 2017¡ª de la crisis actual con la potencia del norte por ¡°haber hecho una negociaci¨®n turbia¡± producto ¡°de la mentalidad maquiav¨¦lica de un enfermo¡±. En una sinton¨ªa llamativa, Claver-Carone tambi¨¦n apunt¨® contra Varela en su conferencia.
¡°Panam¨¢ tiene que defenderse¡±
Las redes sociales ardieron en un escenario simult¨¢neo de disputas. ¡°Panam¨¢ tiene que defenderse y tiene que atacar este tema multilateralmente¡±, insisti¨® el abogado Rodrigo Noriega. ¡°La Junta Asesora de la ACP [Autoridad del Canal] est¨¢ presidida por un Almirante jubilado de 4 estrellas de la marina de guerra de los Estados Unidos¡±, acot¨® un opositor a Mulino, ¡°pero China controla el Canal seg¨²n Trump, Rubio y compa?¨ªa¡±. Ind¨ªgenas ng?be eligieron WhatsApp para avisar que su pueblo est¨¢ ¡°listo para defender a Panam¨¢¡±.
Entre las diatribas y reivindicaciones nacionalistas, se colaron reproches a la ¡°¨¦lite especuladora¡± y a un colectivo extendido en la regi¨®n: los fan¨¢ticos de Trump que, sintonizado con Rubio y Claver-Carone, hablan de la crisis hemisf¨¦rica como una ¡°oportunidad para los negocios¡±. Son los technoboys de ¨¦poca, admiradores de Milei y Bukele, cuyos principales exponentes en el pa¨ªs son el alcalde de la capital, Mayer Mizrachi, y el exdiputado Edison Bruce. La creatividad popular los bautiz¨® como ¡°MAGAme?os¡±.
Mientras las redes se enredan, el Gobierno de Mulino planta banderas en los alrededores del palacio presidencial y manda reprimir a estudiantes con gases lacrim¨®genos. La calle lo siente lejos. ¡°El pueblo est¨¢ peleando por algo que nunca lo va a beneficiar, cuando ni ellos mismos dan la cara aunque los beneficia¡±, dispar¨® Jos¨¦, de 29 a?os, detr¨¢s del volante de un taxi arrendado en la capital.
El reproche, de larga data, sobrevuela en mercados, puestos de venta de frutas improvisados y el interior del pa¨ªs, al margen de los beneficios econ¨®micos de la zona de tr¨¢nsito. ¡°Aqu¨ª les da lo mismo si los gringos se quedan con todo¡±, contest¨® Yiyi, de 22 a?os, desde Portobelo, una localidad sobre el Caribe cercana al Canal pero al margen de cualquier progreso. ¡°Peleamos con la mina, peleamos ahora y los mismos de siempre hacen lo que quieren¡±, repas¨® Marcial, un maestro de 48 a?os, en un pueblo de monta?a olvidado a 400 kil¨®metros de la capital. Son parte de la marea infinita que protagoniz¨® las protestas de 2022 ¡ªpor el alza en los precios y por la falta de inversi¨®n en educaci¨®n¡ª, de 2023 ¡ªcontra el enclave que representa la concesi¨®n a la minera First Quantum Minerals¡ª y marchan ahora, de nuevo, para defender la soberan¨ªa.
Desde la devoluci¨®n del Canal, Panam¨¢ creci¨® sin parar, pero no reparti¨® la riqueza. La responsabilidad de esa distribuci¨®n ¡°muy injusta¡± est¨¢ en el ego¨ªsmo de sus ¨¦lites: 84% dice estar gobernado por ¡°unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio¡±. La actividad econ¨®mica, los beneficios que de ella se obtienen y la agenda pol¨ªtica siguieron concentradas en la franja canalera y 67,6% de los paname?os sostienen que esos beneficios no llegan a todos. Como dijo el taxista Jos¨¦, el Canal por el que pelean ¡°solo los beneficia a ellos¡±, a las ¨¦lites
El secretario Marco Rubio aterriza este s¨¢bado en un Panam¨¢ pertrechado tras esos reclamos. Se encontrar¨¢ la ciudad sembrada de banderas, como un primer aviso de que el America First aqu¨ª no cuela. Despu¨¦s, resonar¨¢ el mismo canto escuchado mucho antes por una decena de gobiernos de su pa¨ªs: ¡°Esta patria es de todos¡±, ¡°Panam¨¢ es de los paname?os¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.