¡°Mi discapacidad me sac¨® del paro¡±
Los centros especiales de empleo contratan cada vez m¨¢s a personas con minusval¨ªas leves, lo que resta oportunidades a quienes requieren m¨¢s atenci¨®n
Dani nunca pens¨® que el accidente laboral que le dej¨® la rodilla da?ada y un grado de discapacidad del 55% le sacar¨ªa de las listas del paro dos d¨¦cadas despu¨¦s. Tras cinco a?os sin empleo, ya superaba los 40, hab¨ªa agotado los subsidios y recurr¨ªa a sus padres para pagar los 700 euros de hipoteca y mantener a sus tres hijos. Hasta que un amigo le recomend¨® probar suerte en un centro especial de empleo (CET), cuya plantilla debe estar formada al menos en un 70% por personas con alguna minusval¨ªa: ¡°Casi no se te nota la discapacidad. Te coger¨¢n f¨¢cilmente¡±.
Los discapacitados con graves dificultades han pasado de representar en 2010 el 71% de la fuerza laboral de los CET al 57,2% en 2014, seg¨²n datos del Departamento de Empresa. Estos centros se crearon para ofrecer empleo subvencionado y con apoyo de profesionales a aquellos a los que el sector ordinario rechazaba. Pero, desde hace algunos a?os, el perfil m¨¢s contratado es el de personas con minusval¨ªas leves que hasta antes de la crisis nunca tuvieron problemas para hallar trabajo. Gente que recurre a estos centros, donde los salarios son muy bajos, hartos de no encontrar nada mejor.
Fuentes del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad del Ayuntamiento de Barcelona aseguran que esta pr¨¢ctica ha aumentado: ¡°El mercado ha expulsado a mucha gente mayor de 40 a?os, que se ha sacado el certificado de discapacidad. No se est¨¢n utilizando los CET como herramientas de integraci¨®n, sino para conseguir bajos costes¡±. A diferencia de los centros laborales ordinarios, los especiales no pagan la cuota empresarial de la Seguridad Social. En Catalu?a, adem¨¢s, 195 de un total de 209 reciben subvenciones que cubren parte de los sueldos de 13.504 trabajadores. El a?o pasado, las ayudas ascendieron a poco m¨¢s de 68 millones de euros.
La Mesa del Tercer Sector denunci¨® hace dos a?os en un informe que ¡°el acceso a ayudas p¨²blicas ha generado una visi¨®n de oportunidad de negocio¡± en el que ¡°la acreditaci¨®n de discapacidad¡± se ve ¡°como un valor de acceso a incentivos¡±. Pero como emplear a este colectivo no es sencillo y, a veces, no resulta rentable, ¡°contratan personas con discapacidades leves que podr¨ªan trabajar en el mercado ordinario¡±. As¨ª resultan ¡°muy competitivos¡± respecto a los CET sin ¨¢nimo de lucro ¡°porque gozan de las mismas ayudas y tienen trabajadores con una productividad m¨¢s alta¡± que no necesitan monitores. Las entidades exigieron que se pueda desacreditar a quienes ¡°abusen¡± del marco normativo.
¡°Todo es legal, no se saltan ninguna ley¡±, recuerda el responsable de CET de CC OO, Joan Mart¨ªnez. Para beneficiarse de las ayudas que se dan por trabajador, la ¨²nica exigencia es que este tenga una minusval¨ªa igual o superior al 33%, sin especificar qu¨¦ dificultades le acarree en el entorno laboral. ¡°Antes, eran centros en los que chicos con discapacidad ps¨ªquica hac¨ªan bolis y montaban piezas. Ahora que se han abierto a prestar servicios, buscan personas que den valor a?adido¡±, explica. Como Dani, cuya discapacidad solo se notaba en una leve cojera. O su ex compa?ero de trabajo, Tito, que ten¨ªa una acreditaci¨®n del 33% a causa de una inteligencia l¨ªmite que durante la burbuja inmobiliaria nunca le impidi¨® encontrar faena en la construcci¨®n.
El gerente de la Federaci¨®n de Centros Especiales de Catalu?a (Fecetc), Miquel Vidal, admite que algunos centros se han convertido en ¡°formas de financiar estructuras para pagar el salario de los t¨¦cnicos¡±. Pero cree que esto es minoritario en Catalu?a y que la mayor¨ªa cumple con la m¨¢xima de ¡°buscar el trabajo adecuado para la persona y no al rev¨¦s¡±.
El presidente de la Confederaci¨®n Nacional de Centros Especiales de Empleo (Conacee), Albert Campabadal, duda de si es reprochable la contrataci¨®n de personas que pueden competir en el mercado ordinario: ¡°Si no est¨¢n encontrando trabajo, pero van a un CET y all¨ª se lo dan, no s¨¦ si hay que criticarlo o lo contrario¡±. El presidente de Dincat, Ramon Vives, recuerda que esta pr¨¢ctica resta oportunidades a los discapacitados con graves dificultades de inserci¨®n: ¡°Est¨¢ dentro de la ley, pero no tiene legitimidad, desvirt¨²a la misi¨®n de los CET¡±.
Dani, a quien el TEB Sant Andreu no le renov¨® el contrato despu¨¦s de que se rompiera los meniscos trabajando, reflexiona: ¡°No encontr¨¦ estabilidad en el CET, pero me dej¨® comer. Lo pas¨¦ mal porque hac¨ªa lo mismo que otros operarios pero ganaba menos por ser discapacitado. Pero es diferente cobrar 750 euros a fin de mes a no cobrar nada¡±. Por eso ni ¨¦l ni Tito, que antes trabajaba en Xarxa Ambiental, quieren hacer p¨²blicos sus verdaderos nombres. Porque pese a estar convencidos de que algunos CET ¡°se aprovechan de los discapacitados¡±, sospechan que el paro les empujar¨¢ a tocar sus puertas otra vez.
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