La Rep¨²blica sobrevive en el callejero
La capital alberga escudos y edificios que tuvieron otra utilidad en los convulsos a?os treinta del siglo pasado
A Jaume d¡¯Urgell lo condenaron a siete meses de c¨¢rcel en 2009 por colocar la bandera republicana el 14 de mayo de 2006 en los juzgados de lo contencioso administrativo de Madrid. No lleg¨® a entrar en prisi¨®n. ¡°Cambi¨¦ la bandera para demostrar que a¨²n existimos¡±, narra Urgell, de 41 a?os, socio del Ateneo de Madrid.
¡°La mejor bandera es la gente¡±, indica Miguel Pastrana, secretario federal de la Unidad C¨ªvica por la Rep¨²blica (UCR), con 1.700 afiliados. La mayor¨ªa son ancianos, gente que vivi¨® la Segunda Rep¨²blica (1931-1939) o que recibi¨® sus valores a trav¨¦s de la familia. Como Pedro Garc¨ªa Bilbao, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Rey Juan Carlos: ¡°Quieren que sigamos en las cunetas, pero el republicanismo mira al futuro¡±. Garc¨ªa Bilbao subraya que durante la Segunda Rep¨²blica se realizaron muchas obras que siguen visibles. Cita las escuelas de primaria como ¡°principal huella f¨ªsica y un ejemplo de renovaci¨®n pedag¨®gica¡±.
Una agencia en Internet, Tierra de Fuego, ofrece rutas guiadas por los vestigios de la Segunda Rep¨²blica. Arranca en la Puerta del Sol, donde fue proclamada el 14 de abril de 1931. Va desde el complejo sanitario de Santa Cristina, en la calle O¡¯Donnell, antigua maternidad con escudo policromado, al refugio antia¨¦reo en el parque de El Retiro. Pasa por el hotel Gaylord, ocupado como cuartel por los asesores sovi¨¦ticos que Stalin envi¨® a Espa?a. En la zona de Cibeles se encuentra el palacio de Buenavista, que en 1936 era el Ministerio de la Guerra, y hoy, Cuartel General del Ej¨¦rcito. Frente a ¨¦l, el Banco de Espa?a tiene el escudo republicano mejor conservado de Madrid. Muy cerca, en el 7 de la calle Marqu¨¦s de Duero, se instal¨® la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que acogi¨® los cuadros evacuados del Museo del Prado en 1937.
En la trasera del edificio del Ministerio de Agricultura (Ministerio de Fomento durante la Segunda Rep¨²blica) se descubre otro escudo. En la calle Atocha est¨¢ el m¨¢s antiguo. Y en la plaza de Ant¨®n Mart¨ªn contin¨²a la farmacia El Globo, cuya esquina fue bombardeada durante la Guerra Civil. Como la iglesia de San Sebasti¨¢n, que fue destruida. Junto a ella, el cine Monumental, escenario de m¨ªtines y homenajes en la Segunda Rep¨²blica.
Madrid se mantuvo fiel a la Rep¨²blica y sufri¨® el asedio de las huestes sublevadas dos a?os largos. La Ciudad Universitaria se convirti¨® en zona de continuos enfrentamientos. Muy cerca se levant¨®, casi al final de la guerra, un cuartel republicano que hoy es el edificio del Ej¨¦rcito del Aire y que sirvi¨® como hospital de campa?a. ¡°All¨ª se cuidaba a los milicianos heridos, seg¨²n las cartas de mi t¨ªo. Lo hac¨ªan las mujeres, aunque algunas tambi¨¦n se apuntaban a luchar¡±, cuenta Mar¨ªa Rosa de Madariaga, septuagenaria que presume de ser sobrina nieta de Salvador de Madariaga, intelectual que ejerci¨® de ministro de Instrucci¨®n P¨²blica en el Gobierno de Alejandro Lerroux.
¡°Otro s¨ªmbolo de aquel Madrid es el edificio de Telef¨®nica en Gran V¨ªa¡±, se?ala Madariaga. ¡°All¨ª ten¨ªan la oficina de prensa y propaganda, y all¨ª se reun¨ªan los corresponsales extranjeros¡±, cuenta. Dice haberlo le¨ªdo en La forja de un rebelde, de Arturo Barea, que fue responsable de prensa extranjera. Estaba afiliado a UGT, que gestion¨® durante la guerra el teatro Calder¨®n, en la plaza de Jacinto Benavente. Cerca se encuentra la plaza de Tirso de Molina, antigua plaza del Progreso. El nombre es de la segunda mitad del siglo XIX, pero los republicanos lo mantuvieron para este lugar simb¨®lico, sobre todo tras la apertura del cine Progreso. Al bajar la plaza por Mes¨®n de Paredes, se encuentra la fuente Cabestrero con su placa de 1934.
La extensi¨®n urbana de 1933
La Ley de Capitalidad, de 1931, convirti¨® Madrid en objetivo prioritario del Estado. Se aprob¨® el Plan General de Extensi¨®n Urbana en 1933, las mejoras de los accesos y la prolongaci¨®n del paseo de la Castellana. El proyecto se debe al empe?o de Indalecio Prieto, ministro de Obras P¨²blicas. En la zona se construyeron edificios que luego albergar¨ªan ministerios (es famoso el complejo de Nuevos Ministerios, cuya planta asemeja un martillo y una hoz), colonias residenciales como El Viso, o la Residencia de Estudiantes (ahora sede del CSIC).
¡°El edificio es de 1910, pero buena parte de la clase dirigente de la Rep¨²blica se form¨® all¨ª. El centro abanderaba el modelo educativo, que deb¨ªa ser laico y sin segregaci¨®n por sexo¡±, explica Arturo Peinado, presidente del Foro por la Memoria. En su opini¨®n, ser¨ªa importante que las instituciones elaboraran un cat¨¢logo con los s¨ªmbolos de la ¨¦poca. ¡°Son parte de nuestra historia y ser¨ªa un reconocimiento, desde un punto de vista cultural¡±.
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