El c¨®nclave de los ¡®cupaires¡¯
El debate entre los m¨¢s de 3.000 militantes encerrados en Sabadell se dio en un improvisado encerado donde voceaban intentando convencer al resto
El futuro de Artur Mas deb¨ªan haberlo decidirlo ayer 3.111 militantes de la Candidatura d?Unitat Popular (CUP) encerrados en un c¨®nclave que se celebr¨® en la pista cubierta de atletismo de Sabadell un domingo, v¨ªspera del d¨ªa de los Santos Inocentes, con los canelones de Sant Esteve todav¨ªa sin digerir. Cupaires venidos de lo largo y lo ancho de los territorios de habla catalana llegaron en autobuses y coches particulares a Sabadell dispuestos a arremangarse la sudadera y decidir el futuro Gobierno de la Generalitat. Justo al lado de un tenderete de merchandisingpropio de la izquierda independentista y anticapitalista, comenzaron las inscripciones y acreditaciones de los elegidos para decidir el futuro del ¡°enemigo¡± Artur Mas.
Entre acreditaci¨®n y acreditaci¨®n, los asistentes se deshac¨ªan en saludos en un ambiente festivo. ¡°Todos sabemos la posici¨®n de todos¡±, dec¨ªa un militante de la CUP proveniente de Girona a simpatizantes vascos que sonre¨ªan tocados con chapelas.
El exdiputado David Fern¨¢ndez fue de los primeros en aterrizar en el pabell¨®n. Fern¨¢ndez iba acompa?ado por uno de los portavoces de la autodenominada ¡°revoluci¨®n de las escaleras¡± que el pasado mayo ocup¨® el edificio de la Mobile World Capital en la plaza de Catalunya durante la huelga que protagonizaron t¨¦cnicos subcontratados por Movistar.
El peculiar c¨®nclave de la CUP tom¨® la primera decisi¨®n poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana: votar en secreto. El 42% de los asistentes, que entonces solo eran 2.261, prefer¨ªan que el resto de compa?eros no supiera cu¨¢l era su decisi¨®n. ¡°Los que van a votar a favor de investir a Mas sienten verg¨¹enza de que el resto de compa?eros sepamos que apuestan por votar al capitalismo hecho persona¡±, ironizaba, medio en risa y muy en serio, un militante leridano que junto a cuatro compa?eros madrugaron para recorrer los 160 kil¨®metros y ¡°hacer historia¡±.
Junto a la Mesa de la asamblea, decenas de militantes sub¨ªan al improvisado encerado donde voceaban intentando convencer a los miembros de la asamblea sobre cu¨¢l de los cuatro escenarios posibles era el que deb¨ªa elegirse. En primera fila y con cara de enfado o circunstancia, o ambas a la vez, los diputados y l¨ªderes visibles de la organizaci¨®n, compuesta por 18 grup¨²sculos, escuchaban las proclamas. El n¨²mero de asistentes fue aumentando hasta superar los 3.100. En un rinc¨®n, Antonio Ba?os miraba su m¨®vil mientras un militante valenciano voceaba: ¡°?No invist¨¢is a Mas!¡±. Anna Gabriel y David Fern¨¢ndez mostraban atenci¨®n a lo que, cron¨®metro en mano, iban chillando compa?eros.
El c¨®nclave acab¨® tal y c¨®mo empez¨®: con el empate. Mas no sabe cu¨¢l ser¨¢ su futuro.
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