Dudamel vuelve al Palau con la magia de ¡®Turangalila¡¯

El tiempo juega a favor de la Sinfon¨ªa Turangalila, la m¨¢s impactante creaci¨®n del compositor franc¨¦s Olivier Messiaen (1908-1992). La partitura, estrenada por Leonard Bernstein en 1949 al frente de la Orquesta Sinf¨®nica de Boston, es un espect¨¢culo sonoro que fascina al oyente por su magia t¨ªmbrica y su intensa expresividad. De hecho, sus interpretaciones en directo constituyen siempre un gran acontecimiento. En Barcelona, donde apenas se ha programado este poema sinf¨®nico para piano, ondas Martenot y gran orquesta, el joven director venezolano Gustavo Dudamel recrear¨¢ la magia sonora de la Sinfon¨ªa Turangalila el pr¨®ximo jueves en el Palau de la M¨²sica Catalana (20.30h) en la primera gran cita concert¨ªstica del 2016.

Dudamel, que ha protagonizado memorables veladas en el templo modernista, regresa a ¨¦l para explorar, al frente de la Orquesta Sinf¨®nica Sim¨®n Bolivar de Venezuela, los mil matices de una de las obras m¨¢s destacadas de la segunda mitad del XX. El concierto, en el marco de la temporada de Palau 100, con localidades de 20 a 140 euros, cuenta con la participaci¨®n de lujo de la pianista Yuja Wang y la especialista en Ondas Martenot Cynthia Millar.

La obra es un imponente canto de amor. As¨ª lo confes¨® Messiaen, m¨²sico de profunda inspiraci¨®n cristiana, fascinado por la filosof¨ªa y el misticismo hind¨² y por los ritmos y sonidos de la naturaleza, con el canto de los p¨¢jaros como permanente fuente de inspiraci¨®n. El t¨ªtulo de Turangalila viene del s¨¢nscrito, y une dos palabras de muy ricos significados: turanga, que expresa el movimiento y el ritmo, y lila, que se refiere tanto al amor como al juego de la vida y de la muerte.

El canto de los p¨¢jaros, los colores, las estrellas, los murmullos de la noche y una inmensa espiritualidad ba?an esta soprendente obra, que clava sus ra¨ªces musicales en el romance germ¨¢nico de Trist¨¢n e Isolda que Richard Wagner convirti¨® en una de las ¨®peras m¨¢s importantes de la historia.

De hecho, Messiaen busca esa trascendencia, ese aliento m¨ªstico en esta obra de grandes proporciones ¡ªdiez movimientos que se tocan sin interrupci¨®n¡ª compuesta entre 1946 y 1948 por encargo del legendario director de orquesta y mecenas Serge Koussevitzki para ser estrenada por la Sinf¨®nica de Boston, aunque finalmente fue un joven Leonard Bernstein quien dirigi¨® su estreno mundial.

Obra de luces y colores deslumbrantes, de remansos contemplativos y tambi¨¦n de poderosos contrastes, muestra la sabidur¨ªa de Messiaen al planificar la arquitectura interna de una partitura que dura unos 80 minutos y utiliza una nutrida plantilla orquestal, con muchos instrumentos de percusi¨®n y el uso, siempre misterioso, de las ondas Martenot.

La obra solo se ha interpretado entera en el Palau en dos audiciones, el 21 y 22 de diciembre de 1985, en la temporada de la Orquestra Ciutat de Barcelona (OCB), dirigida por Leif Segerstam, con Jean-Fran?ois Heisser al piano y Jeanne Loriod en el peculiar instrumento que genera las ondas Martenot.

Con esta actuci¨®n en Barcelona, Dudamel (que dirigir¨¢ el concierto de A?o Nuevo en Viena en 2017) y la Orquesta Sinf¨®nica Sim¨®n Bol¨ªvar inician una gira europea, con conciertos en Francia, Alemania y el Reino Unido.