Los tent¨¢culos del desaf¨ªo
El problema catal¨¢n, que muchos quer¨ªan acantonar en la minor¨ªa independentista, reaparece ahora de la mano de Podemos como eje de los pactos de gobierno
Desde que concluy¨® el escrutinio de los votos emitidos el pasado 27 de septiembre, existe una amplia tendencia anal¨ªtica que acota, que delimita el problema, el desaf¨ªo catal¨¢n a un 47,8% del electorado concernido. No discutiremos ahora si eso es mucho o es poco. Siendo, en todo caso, una cifra por debajo del 50,01%, bastantes observadores creyeron que el tema estaba cerrado y resuelto; democr¨¢ticamente resuelto, por lo menos.
Pero no. Entre otras razones, porque s¨®lo una visi¨®n reduccionista y miope de la realidad pol¨ªtico-social en Catalu?a puede circunscribir el desaf¨ªo a la existencia de un campo pol¨ªtico independentista que cuenta con el apoyo de algo menos de la mitad del electorado. Algunos parecen haberlo descubierto recientemente: Podemos ¡ªrevelan con gran alarma¡ª acudi¨® a las elecciones generales de un mes atr¨¢s en alianza con los nacionalistas catalanes, entendiendo por tales a Xavier Dom¨¨nech o Ada Colau, y haciendo suya la reivindicaci¨®n esencial del nacionalismo, el derecho de autodeterminaci¨®n.
Carezco de autoridad alguna para discernir si el colega y amigo Dom¨¨nech o la alcaldesa Colau son ¡°nacionalistas¡±, dada adem¨¢s la polisemia del vocablo. Me atrevo a aventurar que, sin hacer suya tal etiqueta, consideran Catalu?a ¡ªla sociedad catalana¡ª como un sujeto pol¨ªtico al que, desde hace generaciones, muchos de sus integrantes atribuyen el car¨¢cter de naci¨®n. Igual que lo hicieron en su d¨ªa el POUM, el PSUC, Iniciativa, Andreu Nin, Joan Comorera, Antoni Guti¨¦rrez D¨ªaz, Rafael Rib¨® y tantos otros exponentes del ¡°pensamiento reaccionario¡± (sic).
Sea como fuere, de lo que estoy seguro es de que, sin haber incluido en su programa para el 20-D el compromiso de un refer¨¦ndum acerca de la independencia de Catalu?a, En Com¨² Podem no habr¨ªa alcanzado ese d¨ªa los espectaculares resultados que registr¨®: el 24,7% de los votos, casi un mill¨®n de papeletas y 12 esca?os. Que, sin a?adir a su perfil de izquierda regeneracionista y transformadora la apuesta por requerir la opini¨®n de los ciudadanos sobre el futuro status pol¨ªtico catal¨¢n, todo el carisma de Ada Colau no hubiera bastado para poner a la lista de Xavier Dom¨¨nech en lo alto del r¨¢nquing. Abona esta tesis el resultado obtenido, apenas tres meses antes, por una candidatura de composici¨®n muy semejante (Catalunya S¨ª que es Pot) que, sin embargo, hizo una campa?a mucho m¨¢s timorata y huidiza con respecto al tema soberanista.
De manera que ya ven: ese desaf¨ªo catal¨¢n que tantos quer¨ªan acantonar en la reserva india del independentismo minoritario (apenas el 47,8%, ?bah!), reaparece de la mano de Podemos como la piedra de toque de la formaci¨®n en Espa?a de una mayor¨ªa de gobierno alternativa al Partido Popular. Una piedra de toque que los de Pablo Iglesias no pueden arrojar f¨¢cilmente por la borda, porque se juegan en ello (m¨¢s que en la perdida pugna por los grupos parlamentarios) la credibilidad y el atractivo reci¨¦n adquiridos con su capacidad de adaptarse a las realidades nacionales de Catalu?a, Valencia, Euskadi o Galicia.
Pero es que, adem¨¢s, el desaf¨ªo se ha colado tambi¨¦n en el debate postelectoral del PSOE. ?Qu¨¦ iron¨ªa! Con lo contentos que estaban en Ferraz tras haber forzado al PSC a abjurar de aquella ¡°consulta pactada¡± que los socialistas catalanes llevaron en su programa de 2012, ?y ahora el asunto les reaparece formulado de manera m¨¢s cruda ¡ªun refer¨¦ndum¡ª y convertido en l¨ªnea roja de Podemos para pactar con Pedro S¨¢nchez!
Naturalmente, el mero hecho de que S¨¢nchez no haya dado un portazo a Iglesias y corrido a ofrecer sus votos a Rajoy est¨¢ provocando gran inquietud entre los guardianes de las esencias patrias, incluida aquella porci¨®n del PSOE que, en realidad, es del PP pero se resiste a admitirlo. Desde fuera, pr¨®ceres varios le prodigan al partido socialista consejos de cordura, esto es, de pacto con el PP. Desde dentro, la andaluza Susana D¨ªaz, el manchego Emiliano Garc¨ªa-Page, el extreme?o Guillermo Fern¨¢ndez Vara, el aragon¨¦s Francisco Javier Lamb¨¢n y otros barones multiplican las advertencias/amenazas al secretario general, y no comprenden que el PSOE haya facilitado la constituci¨®n de grupos parlamentarios senatoriales de Esquerra y de Democr¨¤cia i Llibertat. ?Al enemigo, ni agua!, gritan los que se postulan paladines del di¨¢logo, la concordia y la reconstrucci¨®n de puentes.
Con el desaf¨ªo catal¨¢n ocurre como con la realidad: que la echas por la puerta, y regresa por la ventana.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador
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