El modernismo transgresor
Un libro revela la historia de las cinco casas de la Manzana de la Discordia de Barcelona
El aspecto de la Barcelona actual se debe, sobre todo, al proyecto de reforma que en 1860 desarroll¨® Ildefonso Cerd¨¤, que permiti¨® crecer a la ciudad m¨¢s all¨¢ de las murallas que la hab¨ªan encorsetado hasta 1854. Pero tambi¨¦n, a la ordenanza municipal de 1891 que permiti¨® a los propietarios ¡°adoptar para la fachada de su edificio el tipo de arquitectura que m¨¢s le plazca mientras no constituya un conjunto extravagante o rid¨ªculo¡±, que permiti¨® superar la mon¨®tona y estricta sucesi¨®n de fachadas iguales (no superior a los 16 metros de altura) que impuso el plan de Cerd¨¤.
Desde 1891 los arquitectos tuvieron libertad para crear otro tipo de fachadas. Como en el paseo de Gr¨¤cia, convertido en el aparador de la ciudad burguesa de comienzos de siglo XX y, en especial, la llamada Manzana de la Discordia, un conjunto de edificios situados entre las calles Arag¨® y Consell de Cent, entre los que destacan la Casa Amatller, la Casa Batll¨® y la Casa Lle¨® i Morera, creados por Josep Puig i Cadafalch, Antoni Gaud¨ª y Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner, respectivamente, tres de los m¨¢s reconocidos arquitectos de la Barcelona modernista, que, con sus originales obras, pusieron la guinda al Eixample. Ahora, por primera vez, estas tres viviendas han sido estudiadas de forma conjunta y protagonizan una exposici¨®n (hasta el 28 de febrero) y un libro, fruto de un proyecto de investigaci¨®n de la Universidad Internacional de Catalunya que dirige Judith Urbano.
La investigaci¨®n que ha dado origen al primer libro sobre la Manzana de la Discordia parte de dos consideraciones. La primera es que se reivindica el t¨¦rmino ¡°mansana¡±, y no ¡°illa¡± porque Cerd¨¤ lo utiliz¨® como derivaci¨®n del ¡°mansio¡± latino, con significado de habitaci¨®n o casa.Tambi¨¦n, por la referencia m¨ªtica a la manzana de oro del famoso juicio de Paris que entreg¨® a la que ¨¦l consideraba la diosa m¨¢s bella; una decisi¨®n que propici¨® la guerra de Troya, seg¨²n la mitolog¨ªa. Una rivalidad que se traslad¨® a las tres viviendas y que recoge, como en ning¨²n otro lugar de la ciudad, c¨®mo se vivi¨® el que los arquitectos rizaron el rizo para ganar el concurso anual que premiaba en Barcelona la fachada m¨¢s art¨ªstica. La segunda, que pese a la libertad que dejaba la nueva ordenanza, los propietarios de los tres edificios tuvieron que pagar multas por superar la altura permitida. ¡°La investigaci¨®n permite demostrar c¨®mo el modernismo fue el motor de la transgresi¨®n en la original regularidad urbana y la est¨¦tica del Eixample¡±, explica Urbano, que asegura que hasta ahora se repet¨ªan los mismos asuntos sin entrar en las particularidades de cada casa.
El discreto gesto de Gaud¨ª
En la presentaci¨®n del libro y de la exposici¨®n, el arquitecto Llu¨ªs Dom¨¨nech Guirbau, bisnieto del autor de la Casa Lle¨® i Morera, destac¨® los elementos que los arquitectos realizaron en sus obras conscientes de que trascend¨ªan de las fachadas y que los incorporaban a una manzana, tal y como explica Guillem Carab¨ª en el libro. Entre todos, destaca el discreto gesto de Gaud¨ª creando un cord¨®n que une su Casa Batll¨® con las vecinas Casa Amatller y Casa Carb¨® y, sobre todo, el hecho de que desplazara para atr¨¢s el pa?o de pared que se corresponde con el encuentro del front¨®n triangular de la casa Amatller, con la intenci¨®n de no quitarle protagonismo asfixi¨¢ndolo. "La casa Batll¨® busca, sin disimular, la fachada de la manzana entera", remarca Carab¨ª en su trabajo.
El libro recoge art¨ªculos en los que se explica la trama urban¨ªstica en la que se insertan no solo estas tres viviendas reformadas entre 1900 y 1906, sino tambi¨¦n los dos edificios situados entre la Casa Amatller y la Casa Lle¨® i Morera, m¨¢s cl¨¢sicos y austeros y menos rompedores, como son la Casa Mulleras, que en 1906 reform¨® Enric Sagnier, otro de los grandes, y la Casa Bonet, reformada por Marcel¡¤li¨¤ Coquillat en 1915. ¡°En todas hay un inter¨¦s de transgredir la regularidad urbana y est¨¦tica del entorno, aunque en diferente medida¡±, explica Urbano.
De las cinco se analizan sus principales caracter¨ªsticas y aportaciones, el perfil de sus promotores y propietarios, los maestros de obras, qu¨¦ reformas se llevaron a cabo a partir de documentos, planos y expedientes conservados en los archivos, muchos de ellos in¨¦ditos; los permisos y las ordenanzas municipales que las permitieron, as¨ª como las ornamentaciones de cada una de ellas que las significan del resto, desde el simbolismo de la Casa Lle¨® i Morera, con leones y flores que hacen referencia a los propietarios, a la decoraci¨®n neorrenacentista de la Casa Bonet, pese a que en todas aparecen elementos de la naturaleza y del mundo vegetal. ¡°Con la intenci¨®n de conocer y ver las diferencias, o discordias, en estilos contempor¨¢neos, que convivieron a comienzos de siglo XX en Barcelona¡±, remacha la investigadora.
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