Desigualdades
Es imprescindible y urgente implantar pol¨ªticas para disminuir el desempleo y otras medidas, como garantizar una renta b¨¢sica o implantar un impuesto de renta negativo
Oxfam ha publicado el informe Una econom¨ªa al servicio del 1% en el que expone con crudeza las desigualdades que padece un mundo donde ¡°los m¨¢s ricos est¨¢n absorbiendo el crecimiento de los ingresos y la riqueza mundial a un ritmo alarmante¡±. La brecha entre ricos y pobres cada vez se hace m¨¢s amplia: 62 personas poseen la misma riqueza que los 3.600 millones de personas m¨¢s pobres del planeta. Esa desigualdad econ¨®mica se agrava entre hombres y mujeres en el acceso a servicios sanitarios, educaci¨®n, participaci¨®n el mercado laboral y representaci¨®n en las instituciones.
El informe constata que la ¡°mitad m¨¢s pobre de la poblaci¨®n mundial tan s¨®lo genera el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, pero son los que viven en zonas m¨¢s vulnerables al cambio clim¨¢tico y sufren sus peores consecuencias¡±. Queda claro que las desigualdades econ¨®micas tambi¨¦n provocan desigualdades de g¨¦nero y medioambientales.
El informe nos muestra que las sociedades crean riqueza, pero que est¨¢ mal distribuida o, lo que es lo mismo, ¡°desaparece en un complejo entramado de para¨ªsos fiscales y toda una industria de gestores de grandes patrimonios garantizan que esa riqueza no sea redistribuida, quedando fuera del alcance de la ciudadan¨ªa en su conjunto y de los Gobiernos¡±. Dos datos para confirmarlo: a) los para¨ªsos fiscales esconden 7,6 billones de d¨®lares de fortunas individuales, una cantidad superior al PIB del Reino Unido y Alemania juntos; b) Oxfam ha analizado 200 empresas, entre ellas las m¨¢s grandes del mundo y las socias estrat¨¦gicas del Foro Mundial de Davos, revelando que 9 de cada 10 tienen presencia en para¨ªsos fiscales.
Lo que est¨¢ claro es que este sistema, depredador, no es fruto de la casualidad, sino de la decisi¨®n deliberada de sectores financieros y econ¨®micos, que con la complicidad de los poderes p¨²blicos, renuncian a su funci¨®n de mejorar la vida de toda la ciudadan¨ªa en beneficio del 1%.
Todas estas desigualdades se ratifican en nuestro pa¨ªs. Seg¨²n un informe de la OCDE en Espa?a y Grecia se ha empobrecido m¨¢s el 10% de la poblaci¨®n que ya era m¨¢s pobre. El ¨²ltimo informe del Ayuntamiento de Barcelona sobre la distribuci¨®n de la renta familiar por barrios dibuja una muestra, clara, de este aumento: una familia de Pebralbes es 7,2 veces m¨¢s rica que una de Trinitat Nova. Es realmente preocupante que lejos de desaparecer, las desigualdades aumenten a?o tras a?o, provocando que la esperanza de vida de las personas que viven en Pedralbes es 11 a?os superior a las que viven en Trinitat Nova.
Es necesario frenar esta situaci¨®n, que es indigna. Tal y como afirma Olin Wright, economista, ¡°aunque estemos en un entorno hostil hay que erosionar al capitalismo entendido como la construcci¨®n de alternativas para hacer la vida mejor¡±. Conseguirlo no es ninguna utop¨ªa, sin embargo hace falta valent¨ªa y decencia pol¨ªtica para eliminar las desigualdades creadas por el sistema y defendidas por algunas fuerzas pol¨ªticas.
Es imprescindible y urgente implantar pol¨ªticas para disminuir el desempleo, solo as¨ª ser¨¢ posible superar tanta desigualdad. Si la existencia material estuviera garantizada a trav¨¦s de una renta b¨¢sica o de un impuesto de renta negativo, como impulsa la Taula d'Entitats del Tercer Sector Social de Catalunya, seguramente estar¨ªamos cerca de la soluci¨®n del problema. De esta manera, con un ingreso garantizado, los trabajadores recuperar¨ªan su poder de negociaci¨®n para exigir condiciones de trabajo civilizadas y cantidades de dinero razonables a cambio.
Si alguien tiene una soluci¨®n mejor para atajar el paro, que continuar¨¢ creciendo debido a la robotizaci¨®n y la digitalizaci¨®n (seg¨²n el Foro Econ¨®mico Mundial se reducir¨¢ en m¨¢s de 5 millones la ocupaci¨®n hasta el 2020), y evitar la pobreza y las desigualdades, que lo exponga de manera urgente. La propuesta anterior est¨¢ avalada por muchos economistas, entidades y por algunas ciudades (Utrecht, Dauphin) que ya la han est¨¢n llevando a la pr¨¢ctica. Lo que nos proponen las fuerzas pol¨ªticas es m¨¢s de lo mismo, parches reformistas que no van a la ra¨ªz del problema: el derecho a una vida digna.
Ante este panorama desolador, la pol¨ªtica catalana nos distrae con las esencias patrias, y la espa?ola est¨¢ buscando desesperadamente a alguien que quiera gobernar.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
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