T¨² decides
Los m¨¢ximos responsables municipales de Transparencia y Participaci¨®n defienden que sean los ciudadanos los que decidan el futuro de las grandes operaciones de la ciudad
El Ayuntamiento de Madrid te propone que seas t¨² el que decidas c¨®mo debe ser la ciudad en la que vives. Al mismo tiempo, un grupo de gente se va a empe?ar en que no puedas decidir nada. No te enfades con ellos, viene ocurriendo as¨ª en cada pa¨ªs cuando se introducen mecanismos de democracia directa.
Los primeros probablemente sean los pol¨ªticos tradicionales. En 1993, una encuesta holandesa mostraba a tres cuartos de los concejales en contra de los refer¨¦ndums vinculantes. En 1998 fue la mayor¨ªa del parlamento dan¨¦s. Desde los a?os 50, los grandes partidos pol¨ªticos alemanes se turnaron en contra y a favor de la democracia directa al ritmo con el que ganaban y perd¨ªan el control del gobierno.
El argumento ser¨¢, disfrazado de una manera u otra, siempre el mismo: el miedo. En concreto, el miedo a ti, que eres parte de eso que todav¨ªa da m¨¢s miedo que llaman ¡°la gente¡±. Dir¨¢n que la gente no debe tomar las decisiones porque no est¨¢ capacitada, a pesar de que, cada vez que un colectivo supuestamente no preparado para tomar decisiones lo ha hecho, ha sido clave para reducir su desigualdad. Dir¨¢n que la gente es irresponsable y no puede tomar decisiones conflictivas, como aumentar los impuestos o reducir la deuda. Pese a ejemplos como en EE UU, con referendos vinculantes donde la deuda se reduce un 7% respecto a los dem¨¢s.
El miedo no necesita datos
Dir¨¢n que si la gente decide peligrar¨¢n los derechos humanos, obviando casos como Zurich, donde se aprueba el 80% de los referendos que mejoran la situaci¨®n de las minor¨ªas; y se olvidar¨¢n de esos pol¨ªticos que a golpe de decisi¨®n individual ponen cuchillas en las fronteras o quitan la sanidad a los inmigrantes. Mantendr¨¢n sus posiciones bas¨¢ndose en una especie de sentido com¨²n sobre el bien, el mal y la gente. Sin importar lo que se ve en los cientos de referendos al a?o que se votan en Suiza, Alemania o EE UU. Porque el miedo no necesita datos.
El Ayuntamiento de Madrid s¨ª cree que debes votar. Por eso rompe la tradici¨®n de grandes obras decididas en despachos y te pregunta si quieres que se reforme la Plaza Espa?a, y, si es as¨ª, c¨®mo querr¨ªas que sea, haciendo lo que diga la mayor¨ªa. Despu¨¦s va a preguntarte c¨®mo deben gastarse parte de los presupuestos, como Par¨ªs, Nueva York o Reikiavik. Te preguntar¨¢ sobre ordenanzas, como ha hecho ya con la de transparencia.
Mecanismos de boicot
Entonces probablemente los que tienen miedo a que decidas se pongan t¨¦cnicos. Introducir¨¢n umbrales absurdos para lanzar referendos como el 10% de Hamburgo en los a?os 60. Usar¨¢n los tribunales, como cuando el Constitucional alem¨¢n dictamin¨® en el a?o 2000 que la democracia pod¨ªa ser da?ada por los referendos ciudadanos. Y aprovechar¨¢n mecanismos como el qu¨®rum, citando casos anecd¨®ticos y olvidando su uso sistem¨¢tico como mecanismo de boicot. Todos se olvidar¨¢n de mencionar que no hay qu¨®rum m¨ªnimo en las elecciones y eso no parece preocupar a nadie.
Entramos en una nueva etapa pol¨ªtica en la que algunas de las decisiones m¨¢s importantes de Madrid se tomar¨¢n en las casas y plazas. Los nuevos mecanismos de democracia directa y participaci¨®n ciudadana, por fin real y vinculante a nivel institucional, se desarrollan no s¨®lo en Madrid sino en Barcelona, A Coru?a, Santiago, Zaragoza u Oviedo. Modelos que triunfaron en Finlandia, Francia, Islandia; pa¨ªses que miran con aut¨¦ntica emoci¨®n lo que pasa en Espa?a. Ojal¨¢ el miedo no gane, y puedas emocionarte tanto como nosotros con lo que empieza.
Pablo Soto es el edil madrile?o de Transparencia y Gobierno Abierto. Miguel Arana es el director del proyecto municipal de Participaci¨®n Ciudadana.
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