Se llevaron todo, menos los muebles
La vivienda que Julio Mu?oz Ramonet leg¨® a Barcelona en 1991 conserva el rico mobiliario, reflejo de la alta burgues¨ªa de finales de los cuarenta
Julio Mu?oz Ramonet dej¨® al morir en 1991 en herencia a Barcelona un palacete en la calle Muntaner y todo lo que se conservaba en su interior; sobre todo, una impresionante colecci¨®n de obras de arte por la que litigan, desde hace dos d¨¦cadas, las cuatro hijas del industrial textil y el Ayuntamiento. Pero tambi¨¦n su mobiliario ¡ªque a diferencia de las pinturas las hermanas Mu?oz Villalonga no se llevaron de la vivienda al fallecer su padre¡ª, uno de los interiores m¨¢s excepcionales de la alta burgues¨ªa barcelonesa de finales de los a?os cuarenta que ha llegado a nuestros d¨ªas. Desde la Fundaci¨®n Julio Mu?oz, encargada desde 1995 de reclamar en los tribunales el legado desaparecido, trabajan por revalorizar y difundir este patrimonio, con la posibilidad de abrir la vivienda al p¨²blico. ¡°Est¨¢ claro que el valor de los muebles no puede compararse con el de las pinturas¡±, asegura la experta M¨®nica Piera, que acaba de publicar Antonio Herr¨¢iz, mueblista de la vivienda de Julio Mu?oz Ramonet en Barcelona (Res Mobilis, 2016) donde analiza estas piezas creadas en 1945 para decorar, de forma integral, la vivienda que acababa de comprar Mu?oz a las herederas del marqu¨¦s de Alella ¡°en la que todo funciona como aval de su posici¨®n social en la posguerra espa?ola, logrado, sobre todo, tras su enlace en 1946 con la hija del director del Banco Central, Ignacio Villalonga¡±, seg¨²n explica Piera.
Son famosos los cubiertos y las copas de oro que Mu?oz utilizaba cuando ten¨ªa invitados a comer en su palacete, con la intenci¨®n de impresionarlos, si no lo estaban ya tras contemplar las pinturas que colgaban de las paredes. Menos, los muebles y la decoraci¨®n, sobre todo de la planta noble, en la que nada se dej¨® al azar. Mu?oz encarg¨® al prestigioso decorador madrile?o Herr¨¢iz que desplegara, sin miramiento, su cat¨¢logo de muebles recreando los estilos cl¨¢sicos europeos: los lujosos luises franceses para las salas de visita, el severo estilo espa?ol para las zonas de paso, el moderado ingl¨¦s y el elegante neocl¨¢sico para comedores y dormitorios y la modernidad para los ba?os.
¡°Casi todas las piezas que cre¨® son excepcionales, una referencia en la producci¨®n espa?ola de la ¨¦poca, y alguna podr¨ªa venderse como una antig¨¹edad¡±, explica la experta, que ha contabilizado trece tresillos y m¨¢s de 50 butacas y sillones, mayoritariamente en parejas, ¡°donde no hay dos piezas ni dos conjuntos iguales en forma ni en tapicer¨ªa, algunas de las cuales fueron creadas en la Real F¨¢brica de Tapices¡±. Como an¨¦cdota: No se han localizado en toda la vivienda silla alguna. Para Piera, la clave del ¨¦xito de la firma que contrat¨® Mu?oz ¡°est¨¢ en la alta calidad de la producci¨®n, la manera de combinar los estilos, que aportaba variedad y un estudiado equilibrio entre aposentos solemnes que enaltec¨ªan al propietario y ambientes acogedores que invitaban a entrar".
La suntuosidad y el lujo y la alta posici¨®n del due?o de la vivienda est¨¢ presente en alfombras, como la del sal¨®n principal, de 9,20 por 6,80 metros que luce un medall¨®n con los escudos Mu?oz y Villalonga, rodeado de cuernos de la abundancia, coronas florales o trofeos militares a la romana. Otra es la del distribuidor central de 14 por 8 metros, con un ¨¢guila emblema de su entramado empresarial; los siete tapices flamencos y franceses del siglo XVI y XVIII, las pinturas murales encargadas a medida, como las pinturas goyescas de Ernest Santasusagna del sal¨®n de estar. ¡°Son de un disc¨ªpulo de Goya¡±, le gustaba decir a Mu?oz Ramonet a sus invitados, aunque las pinturas se realizaron m¨¢s de 125 a?os despu¨¦s de la muerte del aragon¨¦s. Tampoco la iluminaci¨®n se descuid¨® en esta puesta de escena de lujo. En total, m¨¢s de 35 ejemplares de l¨¢mparas de techo, enormes ara?as con l¨¢grimas de cristal y apliques, basadas en modelos del siglo XVIII y XIX, a los que hay que sumar 45 jarros ornamentales de porcelanas, de estilo S¨¨vres, saj¨®n y chino de Cant¨®n, que ponen la guinda a este conjunto de esplendor, que las hijas del industrial dejaron intacto.
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