Un nuevo desencanto
El Teatro Lara acoge ¡®Nosotros no nos mataremos con pistolas¡¯
Los efectos de la crisis se estaban haciendo dolorosamente palpables cuando el director de escena y dramaturgo V¨ªctor S¨¢nchez Rodr¨ªguez sufri¨® otro mazazo: el suicidio de una amiga. Espoleado por ambas circunstancias, la social y la personal, S¨¢nchez escribi¨® Nosotros no nos mataremos con pistolas: ¡°Tuve que escribir esta obra para tratar de explicarme a m¨ª mismo todo lo que estaba pasando¡±, dice. El espect¨¢culo, un relato genuinamente generacional de esta generaci¨®n perdida, ya hab¨ªa pasado fugazmente por Matadero en verano, durante la ¨²ltima edici¨®n del festival Frinje. Ahora se puede ver con m¨¢s calma en el Teatro Lara, desde ayer y todos los lunes, martes y mi¨¦rcoles.
Ya en la ficci¨®n, cinco amigos se re¨²nen en un pueblo mediterr¨¢neo (estamos ante una producci¨®n valenciana de las compa?¨ªas Wichita Co y Tabula Rasa) despu¨¦s de cinco a?os sin verse: despu¨¦s del suicidio de una amiga cercana se hab¨ªan ido distanciando poco a poco, pero uno de ellos insiste en celebrar una reuni¨®n. Mientras el pueblo se prepara para la fiesta marinera y sacar en procesi¨®n a la Virgen del Carmen, los j¨®venes protagonistas lo hacen para su fiesta privada donde hablar¨¢n de su propio naufragio. El de los nacidos en los 80, el de los Millenials, el de la ¡°generaci¨®n mejor preparada de la historia¡± que se qued¨® malherida en la cuneta. La que vive un nuevo desencanto.
¡°Cuando lleg¨® la crisis nos est¨¢bamos incorporando al mercado laboral y pronto vimos c¨®mo se perd¨ªan todas nuestras ilusiones y nos qued¨¢bamos en el paro¡±, dice S¨¢nchez. ¡°Nuestra generaci¨®n hab¨ªa participado en el rechazo a la Guerra de Irak o las leyes de educaci¨®n de la ministra Pilar del Castillo, pero despu¨¦s nos hab¨ªamos vuelto individualistas y acomodaticios. Se nos educ¨® para acceder al trabajo y el esp¨ªritu cr¨ªtico que hab¨ªan tenido nuestros predecesores hab¨ªa quedado en segundo plano¡±.
?Qu¨¦ fue de esta generaci¨®n ahora que la crisis tambi¨¦n parece pasar a un segundo plano? ¡°Yo no s¨¦ si la crisis ha pasado o es que estamos sobresaturados y acostumbrados¡±, opina el director, ¡°el caso es que hemos tenido que modificar nuestras carreras o precarizarnos, haciendo lo mismo por menos dinero. Mis amigos que eran realizadores de televisi¨®n ahora se dedican a grabar bodas¡±. Algo de esperanza queda: en medio de una vida incierta y llena de vaivenes, por debajo de la casa donde se re¨²nen estos amigos ocurre el eterno retorno de lo mismo: las fiestas populares, la procesi¨®n de la virgen marinera. Sobre las tablas (o en la azotea) Rom¨¢n M¨¦ndez de Hevia, Laura Romero, Lara Salvador, Bruno Tamarit, Toni Agust¨ª y Silvia Valero. Las historias de sus personajes son las del fracaso, la emigraci¨®n o la de un ¨¦xito tan exigente que casi no merece tal nombre.
La cultura en general y el teatro en particular tambi¨¦n viraron su objetivo hacia los temas pol¨ªticos y sociales cuando empezaron a venir mal dadas. ¡°Antes de la crisis el teatro pol¨ªtico no estaba bien visto: o ten¨ªa una alta densidad semi¨®tica e intelectual, o era considerado panfletario¡±, dice S¨¢nchez, ¡°aquel desprecio era consecuencia de la llamada Cultura de la Transici¨®n que vino a despolitizar la cultura y hacerla inofensiva y ornamental. Ahora se ha superado el R¨¦gimen del 78 y creo que el teatro tiene que incluir lo pol¨ªtico como una faceta m¨¢s, e importante, de la vida¡±.
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