¡°Dirigir Wagner es apasionante, pero peligroso porque crea adicci¨®n¡±, afirma Josep Pons
El director musical del Liceo concluye con El ocaso de los dioses su gran aventura wagneriana
El desenlace de El anillo del Nibelungo de Richard Wagner tiene tal intensidad dram¨¢tica que nunca se olvida. De hecho, pocos momentos hay en la vida de un director de orquesta comparables a ese final, cuando, despu¨¦s de quince horas de traves¨ªa wagneriana, tras la muerte de Siegfried y la inmolaci¨®n de Br¨¹nhilde, surge en el foso el tema de la redenci¨®n que pone punto final a la Tetralog¨ªa. "Sientes una emoci¨®n profunda que deja huella en el espectador y en los int¨¦rpretes", afirma Josep Pons, que el domingo (17h) dirige en el Liceo El ocaso de los dioses en el montaje esc¨¦nico de Robert Carsen, con un total de seis funciones hasta el 19 de marzo.
Pons confiesa su adicci¨®n a las ¨®peras del genio alem¨¢n. "Wagner es peligroso porque crea adicci¨®n, es como una droga en vena y puede obsesionarte. Se ha escrito mucho sobre este tema y, ciertamente, nadie escapa a su influencia, pero, m¨¢s all¨¢ de la m¨²sica, dirigirlo es una experiencia est¨¦tica apasionante", confiesa el director catal¨¢n, que concluye con estas funciones su primera Tetralog¨ªa.
En el montaje, procedente de la ?pera de Colonia, Carsen concibe el Anillo como un ciclo sobre la destrucci¨®n de la naturaleza y los grandes conflictos que amenazan al planeta. Y en la ¨²ltima jornada, acent¨²a la est¨¦tica nazi. "Hay evidentes referencias a la arquitectura de Albert Speer en el montaje para subrayar la ambici¨®n del poder, y la amenaza que supone la corrupci¨®n y la guerra fr¨ªa entre Wotan y Alberich en su lucha por el anillo, que es el s¨ªmbolo de un amor duro y verdadero", explica Oliver Kl?ter, encargado de la reposici¨®n del montaje de Carsen.
Grandes voces dar¨¢n vida a la larga y emocionante jornada final de la Tetralog¨ªa. A la cabeza del reparto, la sensacional soprano sueca Irene Theorin -"la mejor Br¨¹nhilde del mundo" proclama Pons-, el s¨®lido tenor estadounidense Lance Ryan en la piel de Siegfried, y el bajo alem¨¢n Hans-Peter K?nig como Hagen.
En el reparto, de primer¨ªsimo nivel, destacan tambi¨¦n el bajo-bar¨ªtono coreano Samuel Youn (Gunther), el bar¨ªtono alem¨¢n Oskar Hillebrandt (Alberich), la soprano estadounidense Jacquelyn Wagner (Gutrune y primera Norna) y la mezosoprano alemana Michaela Schuster (Waltraute). Y es la ¨²nica jornada del ciclo en la que interviene el coro.
Tambi¨¦n Ir¨¦ne Theorin confiesa su adicci¨®n a los grandes papeles wagnerianos, esenciales en su carrera. "Llevo muchos a?os cantando Br¨¹nhilde, que es un papel agotador, pero siempre descubro nuevos matices", explica Theorin. "Nunca me canso de interpretarlo, y cuando llega la escena de la inmolaci¨®n, que es larga y vocalmente muy dura, siempre pienso: caramba, hemos llegado al final y ya tengo ganas de volver a cantarlo porque es una obra muy humana y actual".
Sobre la duraci¨®n de las ¨®peras de Wagner, y en El ocaso de los dioses de forma especial, pues dura m¨¢s de cuatro horas y media, se habla mucho, y no siempre para bien. "Wagner necesita su tiempo para decir lo que tiene que decir, pero su concepto del tiempo est¨¢ siempre en funci¨®n de la expresividad y la emoci¨®n del personaje y el momento dram¨¢tico que est¨¢ viviendo", explica Theorin. "Wagner hace lo que quiere hacer, y siempre es teatro musical de primera", a?ade Pons.
La cita wagneriana tendr¨¢ emociones a?adidas: todas las funciones estar¨¢n dedicadas a la memoria de los cantantes Oleg Briyak y Maria Rades, v¨ªctimas del accidente de Germanwings en marzo de 2015. "Su muerte fue un golpe dur¨ªsimo; se quedaron un d¨ªa m¨¢s en Barcelona para asistir a la ¨²ltima funci¨®n de Siegfried; les dedicamos con emoci¨®n estas funciones, en las que Briyak deber¨ªa haber interpretado el papel de Alberich", recuerda el director musical del Liceo.
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