Museo de Historia de Catalu?a: 20 a?os, pero ahora sin director

¡°Tras veinte a?os, el Museo de Historia de Catalu?a es una realidad consolidada. Es verdad que hay dificultades, pero el equipo del museo con el apoyo de la consejer¨ªa y del gobierno del pa¨ªs, las encara con realismo pero tambi¨¦n con esperanza¡±, se?alaba Jus¨¨p Boya ayer en la sede del museo en Barcelona, donde corr¨ªan por los espacios abiertos desde almog¨¢vares y hombres en armadura a fusileros de 1714 o primigenios mossos d'esquadra. Y es que el centro estaba ayer, como hoy, de puertas abiertas para celebrar sus 20 a?os. La efem¨¦ride, sin embargo, pilla al centro sin director: Boya dej¨® el cargo tras ser nombrado, hace apenas un mes, director general de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio de la Generalitat.

¡°En las pr¨®ximas semanas habr¨¢ una direcci¨®n en funciones que estamos analizando ahora mismo, como el futuro del museo, que es un tema abierto¡±, aclar¨® Boya, aludiendo al plan de museos del ex consejero de Cultura, Ferran Mascarell. ¡°Ahora, el plan de museos de Mascarell ha entrado en una fase de discusi¨®n en el seno de la comisi¨®n ejecutiva de la Junta de Museos. La hip¨®tesis es una nominaci¨®n de una persona del actual equipo del museo, entre otras cosas porque cuando llegu¨¦ hace poco m¨¢s de un a?o estuvimos trabajando mucho con el equipo del museo para construir un proyecto estrat¨¦gico a cinco a?os vista¡±, justific¨® Boya.

A pesar del vac¨ªo temporal de direcci¨®n y la incertidumbre que inevitablemente comporta, Boya se?al¨® tres ejes clave para el inmediato futuro del centro: la ampliaci¨®n y la renovaci¨®n del museo, que debe convertirse en ¡°un museo nacional¡±, el incremento de su acci¨®n territorial para que se convierta ¡°en un museo de todo el pa¨ªs¡± y la internacionalizaci¨®n para convertirse en ¡°un museo interdisciplinar de Catalu?a abierto a todo el mundo¡±. Y concluy¨®: ¡°Esta no es una casa de adoctrinamiento, no lo ha sido nunca; es una casa de debate y de pluralidad y as¨ª debe seguir siendo¡±.

Por su parte, el consejero de Cultura, Santi Vila, rememor¨® los inicios del museo en los or¨ªgenes de lo que llam¨® ¡°la d¨¦cada prodigiosa: sociedad e instituciones se creyeron infinitamente ricos e infinitamente capaces de hacerlo todo. Por tanto, cre¨ªamos haber ganado la modernidad. Despu¨¦s, ha pasado de todo: recesi¨®n dur¨ªsima, sobrendeudamiento y, de nuevo, constatar no que no tengamos Estado, sino que sistem¨¢ticamente hemos tenido un Estado a la contra¡±, resumi¨® Vila para justificar los vaivenes de un centro con gran incidencia en la construcci¨®n del imaginario colectivo de Catalu?a, algo que ha hecho con una colecci¨®n permanente (¡°que se ha de poner al d¨ªa¡±, admiti¨® el consejero), unos fondos con 15.000 registros de todo tipo y 140 exposiciones temporales. Tanto Vila como Boya reconocieron que la actual sede del museo, en el Port Vell, ¡°se ha quedado peque?o, quiz¨¢ ha llegado el momento de plantearse su ampliaci¨®n¡±. Como posibles espacios para su ampliaci¨®n se ha barajado el complejo del Palau de Mar.

Bajo el lema Vint anys construint la nostra mem¨°ria, el Museo de Historia de Catalu?a ha programado varias exposiciones para p¨²blicos bien distintos, entre las que destacan la dedicada a las relaciones entre Marruecos y Catalu?a, las aventuras de Tint¨ªn en el T¨ªbet o una sobre el 80 aniversario del inicio de la Guerra Civil.