Prevenir para evitar
El cambio clim¨¢tico y la crisis de los refugiados son claros ejemplos de problem¨¢ticas que necesitan medidas que mitiguen el impacto
Durante las ¨²ltimas semanas he participado en diversas discusiones y algunos coloquios en los que, curiosamente, me he encontrado con una situaci¨®n parecida. Las reuniones ten¨ªan por objeto analizar un tema actual problem¨¢tico, y frente al cual es urgente tomar a tiempo medidas preventivas para evitarlo. Mi posici¨®n ha sido de pleno consenso con este tipo de medidas, pero a?adiendo que, a mi entender, se est¨¢ olvidando otras medidas de reforma necesarias para poder gestionar el problema, en el caso de que la prevenci¨®n tenga poco efecto. Cito dos casos de plena actualidad, en los que esto est¨¢ ocurriendo.
1. Calentamiento global. No utilizo la expresi¨®n ¡°cambio clim¨¢tico¡± porque cambios en el clima ha habido muchos a lo largo de la historia de la tierra, y tanto su naturaleza como sus causas, han sido diferentes. Puede haberse tratado de calentamiento o de enfriamiento; y sus causas pueden haber sido exteriores (cambios en las manchas solares), naturales (erupci¨®n de volcanes), o humanas (incremento de emisiones de gases). El problema actual es de calentamiento, y su causa principal est¨¢ relacionada con la actividad humana. Ello es una buena noticia porqu¨¦ significa que est¨¢ en nuestras manos reducir las causas; cualquiera de las otras est¨¢ fuera de nuestro control.
La temperatura media de la tierra ha aumentado desde el siglo XIX unos 0,7 grados y se est¨¢n haciendo esfuerzos para evitar superar los 2 grados (algunos piden que no se pase de 1,5). El reciente acuerdo de Par¨ªs fija el objetivo de los 2 grados, pero la realidad es que, aunque se cumplan todos los compromisos voluntarios asumidos y se movilicen todos recursos necesarios, solo hay una probabilidad aceptable de que no se lleguen a superar los 2,7 grados.
Es una irresponsabilidad no entender que, a pesar del esfuerzo, la reducci¨®n de emisiones acordada no garantiza, ni de lejos, que se evite la situaci¨®n y los desastres derivados de este aumento. Por lo tanto, en paralelo con la prevenci¨®n, hay que hacer otro gran esfuerzo de adaptaci¨®n previendo al mismo tiempo los cambios en temperaturas y niveles de los mares, las desertizaciones, la escasez de agua potable, los cambios en la producci¨®n de alimentos¡
Ello es a¨²n m¨¢s grave si se tiene en cuenta que se prev¨¦ que quienes van a sufrir en mayor medida estos efectos son los pa¨ªses m¨¢s pobres y con menos recursos p¨²blicos para enfrentarse a ellos, as¨ª como las personas m¨¢s pobres de los pa¨ªses ricos. No se trata de salvar el planeta; se trata de asegurar un futuro equilibrado de la humanidad evitando un enorme incremento de las desigualdades que destruir¨ªa todos los esfuerzos hechos el ¨²ltimo siglo para reducirlas.
2. Refugiados y asilo. Una situaci¨®n todav¨ªa m¨¢s compleja es la que se deriva de la actual pol¨ªtica europea respecto a los refugiados. Me refiero a la pol¨ªtica de los Estados, no a la de la UE, ya que las competencias de inmigraci¨®n y de asilo corresponden a los Estados, y no han sido transferidas. Parece que la preocupaci¨®n principal est¨¢ siendo reducir la avalancha, intentando que las personas con derecho a asilo no puedan llegar a nuestros pa¨ªses o, en el mejor de los casos, queden retenidas y acogidas en pa¨ªses externos a la UE (en el caso de Turqu¨ªa es muy expl¨ªcito) aunque sea ¡°pagando los costes¡±.
Pero una mirada racional a las perspectivas demogr¨¢ficas de la zona sur y este del Mediterr¨¢neo, y a su complicada evoluci¨®n tanto econ¨®mica como pol¨ªtica, hace prever que estos flujos no van a disminuir y la presi¨®n va a ser mayor. Si a ello se a?ade la creciente saturaci¨®n que se est¨¢ creando en algunos pa¨ªses de aquella zona que est¨¢n ya acogiendo muchos refugiados, no hay duda que Europa es, y ser¨¢, la ¨²nica esperanza para ellos. Ni pol¨ªtica ni psicol¨®gicamente Europa se est¨¢ preparando para este futuro, y ello puede provocar muchos conflictos, tanto internos como externos. Ya han empezado¡
Es imprescindible hacer todos los esfuerzos posibles para intentar evitar los problemas, atacando a sus causas. Pero adem¨¢s hay que tener preparados los mecanismos que permitan gestionar las consecuencias, si no se evitan. En los dos casos que he citado, parece muy claro que hace falta esta doble acci¨®n. La medicina preventiva es la ideal, pero hay que tener preparada desde ahora la curativa, o habr¨¢ que correr.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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