Si de pol¨ªtica cultural hablamos
Se prodiga el tiro a Barcelona en Com¨² mientras el consejero Santi Vila habla de ¡®soberanismo punk¡¯ y se renueva el macro y el micromachismo que nos envuelve
Estos d¨ªas saltan chispitas y chispazos en lo que llamamos pol¨ªtica cultural. ?Qu¨¦ es eso, qu¨¦ es la pol¨ªtica cultural? Algo as¨ª como una forma de hablar, sin man¨ªas, de cu¨¢nto dinero dispones t¨² y de cu¨¢nto yo, siendo t¨² y yo las instituciones que los dem¨¢s (nosotros) votamos y alimentamos con impuestos. Vayamos a los hechos, que consideraremos en la extensi¨®n que da de s¨ª este art¨ªculo, y tras enumerarlos para mejor entendernos.
1. La pol¨ªtica cultural del Ayuntamiento de Barcelona. Es decir, del equipo de la alcaldesa Colau. De los comunes. De esos que pronto har¨¢ un a?o que, sin que nadie les diera permiso, ganaron las elecciones y ocuparon el ala sur de Sant Jaume. No tienen pol¨ªtica cultural, claman sus detractores. No se preocupan de la cultura de Barcelona, de la sacrosanta ciudad cosmopolita y hasta con aspiraciones soberanas. ?Qu¨¦ se han cre¨ªdo? No tienen en su organigrama una concejal¨ªa, no hay concejal¨ªa de Cultura, tan solo una comisionada (sin poder de decisi¨®n en el Pleno), Berta Sureda. Tienen un concejal de muchas cosas, Jaume Asens, que se ocupa vagamente de la cultura, y adem¨¢s, seg¨²n le¨ª el lunes en La Vanguardia, ya tiene un sobrenombre que le va a costar d¨ªas sac¨¢rselo de encima.
Pues es cierto: lo de las difusas directrices culturales de este Cap i Casal, lo del sobrenombre me da lo mismo. Con 11 concejales, sin mayor¨ªa no ya absoluta sino de un cierto empaque, es bastante dif¨ªcil gobernar Barcelona. A la alcaldesa Colau le hace falta un pacto. Por la derecha no ser¨¢, claro; y por la izquierda, las cosas est¨¢n como est¨¢n. Los de la CUP van a su aire, como si no estuvieran m¨¢s que para huelgas de transporte. ERC y el PSC est¨¢n liados con la cosa electoral, ya sea la catalana o la espa?ola. La concejal¨ªa de Cultura, un as en la manga del equipo Colau, no existe ni se monta porque no hay forma de llegar a un pacto apetecible.
Pero lo que esconden los detractores es que el 5% del presupuesto del equipo Colau es cultural. Ahora destinar¨¢ 400.000 euros a bares que deban reformarse para ofrecer m¨²sica en vivo. Mientras que el de la Generalitat es del 0,74% (para Catalunya) y el Estado practica la desinversi¨®n (un 79,4% desde 2010) y la pol¨ªtica de tierra quemada. Me aburre dar culpas al Estado, me limito a decir que menos lobos con el equipo Colau. El consejero Santi Vila ¡ªpartidario de un ¡°soberanismo de base punk¡±, seg¨²n recoge Laura Serra en el diario Ara¡ª acaba de proclamar que quiere 50 millones m¨¢s ya. Bueno, se ver¨¢. De momento, est¨¢ feo que los anticomuns lean la cartilla a estos chicos y a estas chicas y les ri?an cada d¨ªa. No pasamos de la guerra sucia ideol¨®gica.
2. Micro y macromachismo. Es una lata insistir, pero, ah¨ª est¨¢ eso, el machismo persistente. Tambi¨¦n es pol¨ªtica cultural, desde luego. Muchas personas se han indignado con las declaraciones de un edil del PP en Palafolls y sus consideraciones sobre la alcaldesa de Barcelona, que no voy a repetir. La historiadora Isabel Segura me cuenta que son del mismo trazo grueso y mente obtusa que las florecitas que en 1878 recibi¨® Dolors Aleu i Riera (1857-1913) cuando lleg¨® a ser la primera licenciada en Medicina en Espa?a, por parte de la prensa especializada. Bueno, algo hemos logrado. Ahora ataca a la alcaldesa un indocumentado. No trasciende tanto, en cambio, que es frecuente, en reuniones de pol¨ªtica cultural, o¨ªr hablar de ¡°esa t¨ªa¡± para referirse a la comisionada municipal de Cultura e incluso a la misma alcaldesa. Y en estos casos lo dicen hombres muy documentados¡
Luego est¨¢ el micromachismo, esa tara tan cargante. Me sorprendi¨® leer este domingo un art¨ªculo de Toni Soler, que no es tan mayor como para eso, y que tanto ha contribuido a la creaci¨®n de nuevos espacios medi¨¢ticos, ya sea el diario Ara o el programa Pol¨°nia, medios que en conjunto no son hostiles al nuevo ayuntamiento. Sin darle importancia escrib¨ªa el articulista: el president Puigdemont, el conseller Rull, pero Ada Colau. No la alcaldesa Colau. Sino esa mujer, vaya.
En todas partes cuecen habas, por descontado. No tengo bastante dedos para contar, d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n, en los medios que frecuento y leo, la labor de zapa contra Barcelona en Com¨². Ya sea contra su l¨ªder y cabeza de la alcald¨ªa de la capital, ya sea tirando a destajo contra una pol¨ªtica cultural que, aunque sin atender ya a tanto como debe, no se puede decir que los comunes la est¨¦n descapitalizando en presupuesto. Como s¨ª lo est¨¢n haciendo tantas otras instituciones, p¨²blicas y privadas. Al cabo, sin presupuesto s¨ª que no hay pol¨ªtica cultural.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF.
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