Otro gran ¨¦xito de Gardiner, ahora con Bach

Hace menos de dos meses Sir John Eliot Gardiner, al frente de sus dos grandes creaciones, el conjunto instrumental English Baroque Solists y el coro Monteverdi, firmaba en el Auditori una interpretaci¨®n inmensa, memorable de la Gran Misa en Do menor K.427 de Mozart. El martes, en el Palau, Sir John, al frente, otra vez, de sus dos queridas formaciones, entregaba una interpretaci¨®n sublime de La Pasi¨®n seg¨²n San Mateo de Bach, la obra que es tradici¨®n interpretar en los aleda?os de la Semana Santa.

Las prestaciones de los English Baroque Solists volvieron a ser enormes, el conjunto es un instrumento flexible, dulce, sensible y de fina precisi¨®n ante los requerimientos, tambi¨¦n siempre muy suaves, de la batuta. El coro Monteverdi, que interpret¨® una obra de m¨¢s de tres horas sin partitura, es una conjunci¨®n casi incre¨ªble de fiabilidad y solvencia individuales y esp¨ªritu y sensibilidad de grupo. Los miembros del coro, aut¨¦ntica elite, asumieron adem¨¢s con solvencia las arias solistas.

Sir John, que hace muchos a?os empez¨® a dirigir desde el estudio, evolucion¨® posteriormente hasta dirigir desde la sabidur¨ªa. Ahora, a los 72 a?os, en plena y espl¨¦ndida madurez, dirige directamente desde el amor sabiendo que su coro y su orquesta, sus instrumentos humanos, la obra de su vida, intuir¨¢n, casi antes de que las exprese, sus intenciones. El resultado es una interpretaci¨®n inolvidable.

Menci¨®n especial requiere la figura del Evangelista, el narrador de la Pasi¨®n. Disponer para este cometido de un tenor de la talla de Mark Padmore fue todo un lujo. El cantante londinense, que al igual que el coro, interpret¨® toda su largu¨ªsima parte de memoria, pudo, al estar liberado de la tiran¨ªa del papel, entregarse a una intensa y lib¨¦rrima interpretaci¨®n de su parte; su voz recordaba por intensidad expresiva a la de los antiguos locutores de radionovelas. Convertido en una especie de Pedro Pablo Ayuso renacido, Mark Padmore nos hizo llegar todos los sentimientos y emociones de la Pasi¨®n seg¨²n San Mateo, la empat¨ªa con el sufrimiento, el horror ante el linchamiento vengativo, la histeria asesina de la multitud, la compasi¨®n y, por encima de todo, la gran aportaci¨®n para bien y para mal de la religi¨®n jud¨ªa y las diversas religiones cristianas: el sentimiento de culpa.