La ANC, a la gre?a por el control de los partidos independentistas

Las turbulencias del independentismo han dejado tocada a la entidad que m¨¢s ha hecho por promoverlo en los ¨²ltimos a?os, la Asamblea Nacional Catalana (ANC). La asociaci¨®n que ha logrado movilizar a cientos de miles de catalanes a favor de la secesi¨®n celebrar¨¢ su congreso el pr¨®ximo 17 de abril en medio de una profunda divisi¨®n interna y con la duda de si podr¨¢ mantener la influencia que ha tenido sobre la pol¨ªtica catalana. Bajo la pugna se esconde el inter¨¦s de los partidos independentistas, principalmente Converg¨¨ncia y Esquerra, para controlarla, y los rescoldos en la entidad tras un a?o convulso por el soberanismo, dividido primero por la formaci¨®n de una lista conjunta y despu¨¦s por la investidura de Artur Mas.

La ANC presumi¨® de transversalidad en sus inicios, durante los tres a?os que la pilot¨® la actual presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Su relevo en favor de Jordi S¨¢nchez estuvo rodeado de pol¨¦mica. Los m¨¢s cr¨ªticos con S¨¢nchez consideran que su nombramiento fue fruto de las maniobras de Converg¨¨ncia para controlar la asociaci¨®n, y cargan contra ¨¦l por ver en las principales decisiones de su mandato una connivencia directa con los intereses del partido de Artur Mas. El ejemplo m¨¢s claro fue la creaci¨®n de Junts pel S¨ª, la coalici¨®n de CDC y ERC: los republicanos se negaban, pero la presi¨®n de las entidades fue decisiva para conformar la lista ¨²nica para el 27-S.

La divisi¨®n es palpable en el secretariado del partido, el ¨®rgano de 75 personas que pilota la ANC. El debate entre Junts pel S¨ª y la CUP por si Artur Mas deb¨ªa ser presidente afect¨® de pleno a la direcci¨®n: como CDC y ERC ten¨ªan que guardar las formas y evitar los reproches en p¨²blico, la tensi¨®n se traslad¨® a este ¨®rgano.

La tensi¨®n ha subido de tono en las semanas previas a la asamblea anual de la ANC, que renovar¨¢ los estatutos y fijar¨¢ una fecha para las elecciones internas. S¨¢nchez tiene opci¨®n de reeditar su mandato ¡ªel l¨ªmite son tres a?os¡ª pero un sector cr¨ªtico apuesta por una alternativa liderada por el candidato de la CUP el 27-S, Antonio Ba?os.

Las acusaciones cruzadas explotaron ayer en Twitter, en una discusi¨®n en apariencia anecd¨®tica pero que destap¨® la tormenta interna. Los protagonistas fueron el exvicepreisdente de la entidad, Jaume Marfany, y la actual responsable del ¨¢rea de internacional, Liz Castro.

Marfany lament¨® que "desde hace semanas" un sector intente controlar pol¨ªticamente la entidad, en alusi¨®n a la candidatura que podr¨ªa liderar Ba?os, todav¨ªa sin conformar. Castro le respondi¨®, enojada, que la ANC est¨¢ controlada pol¨ªticamente desde hace un a?o. Y acus¨® a Marfany de haberla presionado para renunciar a ser presidenta de la entidad y dejar paso a S¨¢nchez para "preservar la unidad". Castro, la m¨¢s votada por los socios hace un a?o, intent¨® enfrentarse a la candidatura oficialista, pero el sistema de votaci¨®n de la entidad ¡ªlos socios votan una direcci¨®n, y los dirigentes eligen al presidente¡ª acab¨® con sus opciones.

En paralelo a la discusi¨®n por el poder, las asambleas territoriales reclaman que las decisiones de la direcci¨®n sean m¨¢s transparentes, y han elaborado una propuesta de estatutos "para fortalecer la ANC y preservar la libertad de criterio y acci¨®n ante presiones partidistas y sectoriales". Entre otros cambios, proponen modificar la elecci¨®n de los cargos porque "el sistema actual no garantiza que el presidente elegido sea el que quieren los miembros de la ANC" o hacer p¨²blicas las votaciones del secretariado.

La batalla no esconde el gran reto de la entidad: mantener la influencia tras cuatro a?os de proceso soberanista y sin un horizonte claro para el independentismo. En medio, su capacidad para volver a movilizar a los secesionistas el 11 de septiembre. La ANC idea f¨®rmulas para sacar a la gente a la calle, por quinto a?o, y solo con avances simb¨®licos en el haber de los independentistas.