El conflicto laboral en el metro alarga el tiempo de espera en las estaciones

El conflicto que enfrenta a la direcci¨®n de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y a la plantilla del metro est¨¢ teniendo efectos sobre los usuarios incluso los d¨ªas en que los sindicatos no convocan paros o entre las horas en las que no est¨¢ prevista la protesta. Desde que las negociaciones se enquistaron, los maquinistas est¨¢n llevando a cabo un ¡°escrupuloso¡± cumplimiento del c¨®digo de circulaci¨®n ¡ªseg¨²n ellos mismos¡ª, lo que est¨¢ llevando a que el tiempo medio de espera en los andenes se est¨¦n alargando m¨¢s de lo que es habitual. Representantes de los trabajadores evitan hablar de huelga de celo y la compa?¨ªa se limita a comentar que, efectivamente, en las ¨²ltimas semanas se ha producido ¡°una p¨¦rdida de la oferta de transporte de entre un 8% y un 11% seg¨²n la l¨ªnea¡±.

TMB afirma que hay multitud de quejas de usuarios por la injustificada lentitud del servicio en determinadas zonas, que puede suponer 30 o 40 segundos m¨¢s de lo que es habitual. De promedio el desfase es de en torno al 10%. El l¨ªder de UGT en Metro, Carlos Gonz¨¢lez, se?ala que la plantilla est¨¢ ¡°cumpliendo escrupulosamente el ordenamiento interno de circulaci¨®n, cuando antes no se hac¨ªa¡±. Se refiere al hecho de que los maquinistas de los trenes esperan a que el reloj que hay en la entrada al t¨²nel en cada estaci¨®n, junto al sem¨¢foro, se ponga a cero antes de dar la se?al de salida, cerrar las puertas y reiniciar la marcha. Ese reloj intenta que las distancias entre trenes no sea ni excesivamente corta (por seguridad) ni larga (por optimizaci¨®n de la l¨ªnea).

Si no fuera por fuerza mayor, no hacer caso del reloj podr¨ªa ser motivo de expediente para un maquinista. Por ello lo cumplen a rajatabla pero apur¨¢ndolo para generar igualmente retrasos en el paso de trenes. Al final de la jornada cada tren acaba pasando menos veces de lo habitual por cada estaci¨®n.

Otra de las medidas que utilizan para mostrar su disconformidad pasa por conducir los trenes a una velocidad inferior a la que es habitual. Esa, sin embargo, solo se puede aplicar en la l¨ªnea 4 porque en el resto de l¨ªneas la conducci¨®n es semiautom¨¢tica y los maquinistas solo se encargan del control del embarque de pasajeros y la salida. Y una tercera es la de ir al servicio al final de la l¨ªnea y demorar m¨¢s de la cuenta la salida. Gonz¨¢lez explica, sin embargo, que no se est¨¢ utilizando porque podr¨ªa suponer sanciones para los maquinistas. ¡°Si quisi¨¦ramos boicotear el servicio eso ser¨ªa lo m¨¢s extremo¡±, dice Gonz¨¢lez.

Las medidas de presi¨®n de los trabajadores contin¨²an a la par que esta semana se han reemprendido las conversaciones para pactar el convenio. El martes pasado se puso al frente de las negociaciones una inspectora de Trabajo como presidenta de la mesa de negociaci¨®n. Si no hay avances que convenzan a los representantes de los empleados, los sindicatos tienen el mandato de la asamblea de trabajadores de realizar nuevos paros el pr¨®ximo d¨ªa 25 de abril y otro el 27 o el 28, todav¨ªa por decidir. Desde el inicio del conflicto se han convocado y celebrado tres huelgas de 24 horas y dos paros parciales.

Este lunes por la ma?ana, antes de las 7.00, hora en la que comenzaba la huelga, estas medidas ya se estaban aplicando, por lo menos en la L1, lo que ha provocado retrasos considerables. El metro esperaba hasta un minuto desde que se abr¨ªan las puertas hasta que retomaba la marcha.