Luchas koinistas
Si el legislador decidiera que el catal¨¢n tiene que ser la lengua primordial, un entramado jur¨ªdico-pol¨ªtico arrinconar¨ªa el castellano
<USEP_03opi>Me cuesta entender el revuelo generado por el manifiesto del grupo Koin¨¦ y la raz¨®n, me temo, es que me cuesta entender buena parte del contenido del manifiesto. Pero m¨¢s all¨¢ del contenido espec¨ªfico, hay un tono general en el manifiesto que chirr¨ªa. Y creo que chirr¨ªa o bien debido a una ingenuidad aterradora o bien a un cinismo mefistof¨¦lico. Me refiero al tono que gasta el argumentario neoindependentista sugiriendo que Catalu?a es un pa¨ªs impecable en comparaci¨®n con Espa?a y a la insinuaci¨®n de que lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s cuando llegue a ser una Rep¨²blica independiente.
En el manifiesto del grupo Koin¨¦ hay una denuncia expl¨ªcita respecto de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica opresora del Estado espa?ol. El castellano tiene el estatus social que tiene en Catalu?a no porque haya penetrado de manera natural en las capas populares a trav¨¦s de sucesivas olas migratorias, sino debido a un entramado jur¨ªdico-pol¨ªtico destinado a arrinconar el uso del catal¨¢n. No entrar¨¦ a discutir la veracidad de este relato. Asumir¨¦, ex hypothesi, que es verdadero. S¨®lo quiero poner de manifiesto que no entiendo c¨®mo piensan hacer los koinistas que el catal¨¢n sea la lengua principal (o primordial, u oficial, qu¨¦ m¨¢s da) en la hipot¨¦tica Rep¨²blica catalana si no es mediante un entramado jur¨ªdico-pol¨ªtico que arrincone el castellano.
El derecho, y no hablo del derecho espa?ol o mexicano, sino del derecho como concepto, es un mecanismo de control social que, mediante el poder coercitivo, busca que los ciudadanos cumplan las normas. No comprendo por qu¨¦ en la futura Rep¨²blica catalana el derecho tendr¨ªa que ser una instituci¨®n arm¨®nica que prescindiera del poder coercitivo para hacer cumplir las normas. Las ¨²nicas conjeturas con las que me atrever¨ªa a especular para poder explicar por qu¨¦ alguien acariciar¨ªa un disparate conceptual de tal magnitud son mutuamente excluyentes. O bien se trata de una ingenuidad ¡ª y probablemente tambi¨¦n de una ignorancia te¨®rica ¡ª abrumadora que permea todo el proceso independentista, y el manifiesto koinista ser¨ªa un ejemplo m¨¢s de ello, o bien el cinismo galopante se ha apropiado del proceso independentista. A pesar de que las consecuencias pr¨¢cticas son las mismas en ambos casos, desde el punto de vista del juicio que todo esto nos merece hay algunas diferencias. Si los koinistas, as¨ª como algunos independentistas, son b¨¢sicamente ingenuos no se les puede atribuir mala fe y esto, dir¨ªa, es bueno; pero da miedo saber que gente de esta ingenuidad ser¨¢ la que va a construir un pa¨ªs. Sara' tutto un pasticcio, dir¨ªan en Italia. En cambio, si los koinistas son unos c¨ªnicos, entonces tiene mala fe y, de manera deliberada, est¨¢n prometiendo un para¨ªso que sencillamente no existe.
En cualquiera de los dos casos el problema, como en muchas otras ocasiones, descansa en la comparaci¨®n obsesiva con Espa?a. Cualquier estado en el mundo ha adoptado medidas similares a las del Estado espa?ol, por lo que la Catalu?a koinista no s¨®lo ser¨ªa diferente de Espa?a; lo que est¨¢n afirmando los koinistas, consciente o inconscientemente, es que la Catalu?a koinista ser¨ªa diferente de cualquier otro estado del mundo. Pero se equivocan. Catalu?a no es tan especial como para situarse fuera de los conceptos.
Uno de los esl¨®ganes de los que m¨¢s se ha abusado en los a?os precedentes del proceso ha sido aquel seg¨²n el cual la independencia de Catalu?a significar¨ªa que Catalu?a pasar¨ªa a ser un pa¨ªs normal. Pues bien, resulta que en los pa¨ªses normales los estados tienen el monopolio de la fuerza y pretenden, mediante el uso del poder coercitivo, que los ciudadanos act¨²en con arreglo a las normas que los ¨®rganos legislativos promulgan. Si el legislador, en la Rep¨²blica catalana, decidiera que el catal¨¢n tiene que ser la lengua primordial en Catalu?a, entonces se pondr¨ªa en marcha un entramado jur¨ªdico-pol¨ªtico, que involucrar¨ªa el poder coercitivo (esto no implica necesariamente el uso de la fuerza, por supuesto, pero s¨ª la amenaza del uso de la fuerza en caso de que el ciudadano no se conforme a la norma), con tal de arrinconar el castellano, pues no veo c¨®mo se podr¨ªa conseguir el estatus monoling¨¹e del catal¨¢n sin arrinconar el castellano.
Y si los koinistas sostuvieran que ellos no est¨¢n afirmando nada de lo que yo les estoy atribuyendo aqu¨ª entonces todo el episodio, adem¨¢s de insignificante, como ya lo ha calificado Valent¨ª Puig, ser¨ªa desconcertante: ?en qu¨¦ demonios se diferenciar¨ªa la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de la futura Rep¨²blica catalana de la actual legislaci¨®n ling¨¹¨ªstica en Catalu?a?
Pau Luque es investigador del Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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