SOS para salvar una escultura de Pablo Gargallo
Amigos del MNAC busca recaudar 46.000 euros para evitar la destrucci¨®n de una obra creada con plomo y madera
En 2011 salt¨® la alarma. El violinista, la ¨²nica escultura de plomo y madera creada por Pablo Gargallo en 1920 estaba en peligro de pulverizarse y desaparecer. La incompatibilidad de los dos materiales ¡ªque reaccionan en un proceso qu¨ªmico de carbonataci¨®n que altera el plomo desde el momento de entrar en contacto¡ª estaba acabando, de forma irremediable, con la pieza. El Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), propietario de la peque?a escultura de 50 cent¨ªmetros de alto desde su creaci¨®n, dio a conocer el problema entonces y comenz¨® a tomar medidas para ralentizar el deterioro. Por eso, tras llevarlo durante nueve d¨ªas a Suiza ¡ªlos cuatro ¨²ltimos esperando a que los niveles de radiaci¨®n permitieran al gargallo subirse a un avi¨®n¡ª donde fue analizado en un acelerador de part¨ªculas para ver su estructura interna realizando una tomograf¨ªa completa, una especie de mapping, donde afloraron los puntos de deterioro imposible de ver con otros m¨¦todos como una radiograf¨ªa convencional, ya que el plomo impida el paso de los rayos X. En este tiempo la obra se ha retirado de la exposici¨®n permanente del MNAC y se la ha colocado en una urna a una humedad relativa por debajo del 39%. ¡°La reacci¨®n qu¨ªmica no puede pararse desde el momento en que se activa; incluso aunque la madera haya dejado de emitir compuestos vol¨¢tiles¡±, explica Mireia Mestre, jefa del ?rea de Restauraci¨®n y Conservaci¨®n Preventiva del MNAC.
La pieza comenz¨® a alterarse en 1920, al ser dos materiales incompatibles
Pero desde 2011 Mestre y su equipo, sobre todo ?lex Masalles, el especialista en escultura que mejor conoce la pieza, no han estado con los brazos cruzados. ¡°Hemos realizado una maqueta de madera de pino, la hemos recubierto con plomo para ver si el tratamiento con plasma de hidr¨®geno fr¨ªo, el ¨²nico m¨¦todo efectivo, penetraba en la pieza y acababa con la carbonataci¨®n, pero hemos visto que no¡±, prosigue la especialista, que no duda en asegurar que el trabajo realizado con esta pieza es el ¡°m¨¢s arriesgado¡± con el que se han enfrentado en su laboratorio.
¡°Somos muy conservadores con nuestras intervenciones y procuramos que sean lo menos agresivas posibles: intervenciones m¨ªnimas para a?adir lo menos posible, pero en este caso hemos visto que hay que desmontar las planchas de plomo¡±, explica Mestre: ¡°As¨ª actuar¨¢ el hidr¨®geno de forma eficaz y parar¨¢ la reacci¨®n, como lo ha hecho con algunas piezas numism¨¢ticas de plomo del MNAC que estaban afectadas por el mismo problema¡±. Por eso, lo primero que han previsto hacer es escanear en 3D la pieza para crear un molde igual donde descansen las planchas una vez separadas de su alma con la intenci¨®n de que no se deformen. ¡°Aprovecharemos para corregir peque?as deformaciones que ha sufrido la pieza, quiz¨¢ por un accidente a principio de siglo o por una mala manipulaci¨®n. El material exterior es muy maleable y la cola del frac del traje se ha adaptado a las piernas deformadas, y hay que corregirla un poco¡±.
Una vez detenida la alteraci¨®n se crear¨¢, a partir del escaneado una nueva estructura que sustituir¨¢ el alma de madera. ¡°Ser¨¢ con un material inerte; una resina que no emite ning¨²n compuesto que crearemos con un material termopl¨¢stico que se puede utilizar en impresi¨®n en 3D, porque los metacrilatos no nos daban garant¨ªas¡±.
Para intervenir hay que desmontar las planchas de metal y crear un alma nueva
Pero para todo este proceso hace falta recursos. Por eso, la asociaci¨®n Amigos del MNAC ha iniciado una campa?a para recaudar 46.000 euros necesarios (con donativos desde 15 hasta 1.000 euros) para llevar a cabo todos los trabajos. ¡°Puede parecer caro, pero no lo es¡±, defiende Mestre, que explica que no se incluyen las horas de trabajo realizadas hasta ahora, ni las radiograf¨ªas de neutrones que se hicieron en Suiza, en el Neutron Imaging and Activation (NIAG) de Berna, donde se someti¨® a la pieza a un bombardeo de neutrones que cost¨® 18.000 euros que subvencion¨® un programa europeo. Hasta el 30 de junio hay tiempo para colaborar en esta operaci¨®n SOS y salvar este peque?o gargallo que trae de cabeza a los t¨¦cnicos de conservaci¨®n del MNAC desde hace a?os.
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