10 diferencias entre la feria de abril de Barcelona y la de Sevilla
Los emigrantes andaluces en Catalu?a intentaron recrear la fiesta sevillana por excelencia
Las ferias de abril sevillana y catalana se parecen, pero no son iguales. En el cartel del evento barcelon¨¦s de este a?o aparece lo que no puede faltar y que ambas tienen: flamencas y una noria. A¨²n as¨ª, ambas fiestas responden or¨ªgenes distintos. Los emigrantes andaluces en Catalu?a intentaron recrear la fiesta sevillana por excelencia. Llevan 45 a?os haci¨¦ndolo y este es el resultado.
El tama?o. La feria de abril de Barcelona ocupa 87.000 metros cuadrados. 54.500 metros son la parte de las casetas y 29.500 la de atracciones que, en esto tambi¨¦n coincide con Sevilla: se llama ¡°la calle del infierno¡±. Las dimensiones en la capital andaluza son de otro nivel: 450.000 metros cuadrados sin contar con ¡°los cacharritos¡± (as¨ª es como se llama a las atracciones) que ocupan pr¨¢cticamente el mismo espacio.
El real. En Sevilla el recinto donde se celebra la feria es p¨²blico, forma parte de la ciudad, tiene su propio callejero y numeraci¨®n y por ejemplo, la polic¨ªa local tiene la potestad en seguridad. En Barcelona la Feria es un per¨ªmetro cerrado, con seguridad privada y control de aforamiento, lo que le da un punto de parque tem¨¢tico.
Los trajes. El 90% de las mujeres sevillanas de todas las edades van a la feria ataviadas con el traje de flamenca. S¨ª, de flamenca o de gitana, nada de faralaes o de sevillana como se le conoce en la capital catalana. El traje est¨¢ sujeto a la moda y va variando seg¨²n las tendencias. En la capital andaluza es por tanto, sagrado tener uno nuevo cada a?o, si se puede, o irlo arreglando poco a poco. En Barcelona son muchas menos las que se atreven a embucharse en esa especie de segunda piel con volantes y lo hacen, sobre todo, mujeres mayores. Aunque no son mayor¨ªa, a¨²n pueden verse trajes con la cl¨¢sica ¡®lechuga¡¯ de volantes en una manga corta o de tirantes. Este fue el ¨²ltimo grito en Sevilla¡ en los 90.
Ellos. Los hombres tambi¨¦n visten distinto. Mientras que en la capital andaluza es com¨²n llevar traje de chaqueta o traje de corto (solo si van con caballo), en Barcelona la libertad es absoluta.
Los toros. Una diferencia f¨¢cil y contundente: En Sevilla hay y en Barcelona no. Catalu?a decidi¨® prohibir las corridas en 2010 y por lo tanto, no est¨¢n contempladas en la fiesta. En Sevilla la feria supone el inicio de la temporada taurina y en principio, nada parece que vaya a cambiar. Algunos aficionados van de la plaza al real en coche de caballos.
Comida. En Barcelona todo vale. Muchas casetas tienen asadores y exponen en la puerta la variedad de carne que hay para que el p¨²blico pique. Hay men¨²s y paella pensada sobre todo para turistas impresionados con chupitos de gazpacho. En Sevilla la carta se basa sobre todo pesca¨ªto, frituras en general, chacinas, quesos y muchas casetas ofrecen caldo de puchero para pasar la resaca.
Bebida. El rebujito reina en las dos pero en Barcelona suele ser m¨¢s caro (en torno a 12 euros la jarra), y suele llevar hierbabuena, algo com¨²n en otras ferias andaluzas pero no en Sevilla.
Las casetas. Es el aspecto m¨¢s diferente. En Barcelona las 67 que hay son p¨²blicas y de acceso libre, como en todas las ferias andaluzas salvo la excepci¨®n sevillana. En la capital andaluza es el eterno debate que los locales siempre zanjan con una pregunta: ¡°?Abrir¨ªas tu casa a cualquiera?¡± La feria de Sevilla tiene 1047 y son mayoritariamente para socios, y familiares. Tambi¨¦n hay p¨²blicas que suelen ser de partidos pol¨ªticos, distritos municipales y entidades.
La m¨²sica. En la capital andaluza es sagrado el repertorio de sevillanas y rumbas, poco m¨¢s. Por la noche, algunas casetas ¡ªlas m¨¢s grandes¡ª tienen orquesta y s¨ª abren el abanico a los ¨¦xitos de ayer y de hoy. En Barcelona se pueden o¨ªr desde ritmos latinos hasta pop. Muchas casetas s¨ª ponen sevillanas y de cualquier g¨¦nero, incluso de las lentas que no est¨¢n pensadas, en principio, para bailar.
El baile. Aunque parezca raro, es en la feria de Barcelona donde se bailan ¡®mejor¡¯ las sevillanas. El p¨²blico que acude a al recinto va muy aprendido de la academia y los bailes son t¨¦cnicamente impecables. Esto le da un punto artificial que va desapareciendo con el paso de las horas y el rebujito, una mezcla de vino manzanilla y seven up. Es muy factible ver sevillanas de m¨¢s de dos personas, algo que complica las vueltas y genera un espect¨¢culo m¨¢s visual. Las casetas suelen tener grandes escenarios y en general la danza es m¨¢s ¡®c¨®moda¡¯. En Sevilla la gente aprende de feria en feria, a golpe de perder la verg¨¹enza entre amigos. Parece que no importa saberse los pasos a rajatabla.
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