Diecis¨¦is nov¨ªsimos fot¨®grafos espa?oles

Si fueran poetas podr¨ªan formar parte de una antolog¨ªa como la que hizo Josep Maria Castellet en 1970 recogiendo el trabajo de los poetas que consideraba como los m¨¢s renovadores en los ¨²ltimos a?os. Pero son fot¨®grafos de la ¨²ltima hornada que captan con su c¨¢mara la condici¨®n humana a comienzos del nuevo milenio, que buscan, de forma minuciosa cercana a la poes¨ªa. ¡°Son representativos de una generaci¨®n tan buena e interesante como la que encarn¨® la de Xavier Miserachs y Joan Colom o la de Tony Catany y Joan Fontcuberta, la diferencia es que estos son m¨¢s innovadores¡±, explic¨® Juan Bufill, comisario de la exposici¨®n Nuevos relatos Fotogr¨¢ficos, que abri¨® sus puertas ayer en el Arts Santa M¨°nica hasta el 3 de julio.

La muestra re¨²ne, como si fuera una antolog¨ªa, los trabajos de 16 fot¨®grafos nacidos a partir de los a?os sesenta del siglo pasado, en diferentes pa¨ªses pero que trabajan en un contexto catal¨¢n y espa?ol: Laia Abril, Samuel Aranda, Israel Ari?o, Rafael Arocha, Arnau Blanch, Pep Bonet, Ricardo Cases, Salvi Dan¨¦s, Eugeni Gay, David Jim¨¦nez, Alejandro Marote, Cristina de Middel, Fernando Moleres, Paula Ospina, Christian Rodr¨ªguez y Carlos Spottorno. ¡°Podr¨ªa haber incluido a alguno m¨¢s, pero no hab¨ªa sitio para exponerlos¡±, explica Bufill que asegura que a todos les une ¡°el ¨¦xito del grupo fotogr¨¢fico, desplegado como principal modo de expresi¨®n en un sentido narrativo, documental conceptual y po¨¦tico¡±.

Tambi¨¦n la desacralizaci¨®n de la fotograf¨ªa. ¡°Estos autores no valoran la copia de autor como sus antecesores y los soportes pueden ser p¨®steres enganchados con alfileres en las paredes o serigraf¨ªas, que incluso invitan a que se pisen¡±, explica Bufill.

Es verdad. Las fotograf¨ªas tienen valor por si solas, pero adquieren todo el sentido con el resto de la serie, unos trabajos que se difunden mayoritariamente por internet en las p¨¢ginas personales de los fot¨®grafos o publicados en fotolibros, ¡°uno de los sectores en los que Espa?a es puntero. Muchas de las im¨¢genes se exponen en copias de autor y en soporte f¨ªsico por primera vez¡±, prosigue Bufill.

Autor y comisario han trabajado conjuntamente para sintetizar en unas pocas im¨¢genes el sentido de la serie m¨¢s amplia. Es lo que ocurre con las series de Eugeni Gay creadas en la Isla del Sol, de Bolivia; Paula Ospina, en la que cuestiona los roles de la mujer y la imagen del cuerpo; Rafael Arocha, sobre la vida nocturna urbana; Fernando Moleres, que retrata la esclavitud laboral infantil y los rituales de vud¨² en Hait¨ª de Pepe Bonet. Otras son instalaciones ideadas para la exposici¨®n que presenta im¨¢genes que se escapan del soporte tradicional. Algunas directamente mediante aplicaciones digitales o instaladas en la arquitectura, como la impresionante vidriera de Alejandro Marote realizada a partir de fotografiar diferentes tipos de tierras.

Aunque no tiene un recorrido cronol¨®gico, la exposici¨®n ¡°permite ver la evoluci¨®n desde el ensayo fotogr¨¢fico con trabajos como los de Moleres, la cr¨®nica o el fotoperiodismo a la serie entendida como relato o grupo fotogr¨¢fico o constelaci¨®n visual, como las im¨¢genes cr¨ªticas de Ricardo Cases, a camino entre el pop y el metarrealismo¡±, explica el comisario.

Todas las series, por un motivo u otro no dejan indiferente. Como la del premiado Samuel Aranda, sobre el drama de los refugiados sirios, con im¨¢genes realizadas a finales de 2015 y comienzos de este a?o, nunca vistas, que nos sacude como nos tiene acostumbrados. M¨¢s on¨ªricas son las im¨¢genes de Laia Abril sobre la isla encantada y abandonada de Poveglia, junto a Venecia, ¡°que nadie se atreve a visitar por miedo¡±, seg¨²n la autora.