?xtasis chino en el ¡®top-manta¡¯
Los 2.500 empleados de la empresa Tiens recorren Barcelona ante la decepci¨®n de algunos comerciantes por su falta de vigor gasto
El autob¨²s descarga la primera oleada de turistas chinos a las nueve y media de la ma?ana. Tienen cita en La Pedrera durante todo el d¨ªa en grupos de unos cincuenta. Forman parte de los 2.500 empleados de la empresa Tiens, cuyo millonario jefe ¡ªel magnate Li Jinyuan¡ª ha premiado con unas vacaciones de cinco d¨ªas en Espa?a a sus mejores trabajadores. Pero solo bajarse, todos ignoran el edificio de Gaud¨ª y salen disparados hacia la joyer¨ªa Rabat, donde empiezan a embutirse entre las dos puertas de seguridad. La mayor¨ªa lleva una foto en el m¨®vil de lo que quiere. Hay prisa y, seg¨²n cuentan quienes les atendieron, no tanto dinero como imaginaron los comerciantes cuando se anunci¨® su llegada. Uno compra y 10 m¨¢s asisten al espect¨¢culo apoyados en el mostrador y jale¨¢ndoles como si fuera la mesa de la ruleta. ¡°No veas c¨®mo han dejado los lavabos¡±, desliza uno de los dependientes.
Llegaron el domingo por la ma?ana a Barcelona con camisetas y gorros azules procedentes de Madrid: 20 vuelos, 70 autobuses, cuatro trenes AVE y 1.650 habitaciones de hotel. El plan era ver monumentos y salir de compras. Pero ni lo primero termina de interesarles ¡ªmejor los toros de Moralzarzal, admiten¡ª ni lo segundo, sustentado en el poder adquisitivo de una masa social m¨¢s bien tirando a humilde, termina de imponerse. As¨ª, la anunciada visita al MNAC se transforma en otro tipo de acontecimiento. El museo, como todos los lunes del a?o, cierra. Oliendo el negocio, un grupo de manteros paquistan¨ªes despliega su arsenal de productos falsificados made in china y conquista definitivamente la voluntad de la expedici¨®n en una especie de ¨¦xtasis colectivo. No dejan nada.
Tiens es una holding de empresas con cierta estructura piramidal y familiar. El padre llama al hermano, y este al primo y el otro al cu?ado, seg¨²n cuenta Ge Li, cuya familia entera trabaja con ella desde hace 15 a?os. Tienen incluso una universidad a la que acuden algunos parientes o futuros trabajadores. Gary Mai, un empleado de 30 a?os con las cejas pintadas y unas gafas a lo CR7 presume de estar en el escalaf¨®n m¨¢s alto de la compa?¨ªa. Quiz¨¢ por eso se muestra impasible ante la excitaci¨®n mantera de sus acompa?antes. ?l quer¨ªa haber ido al derbi del domingo en el Camp Nou, pero les han puesto demasiadas actividades, se?ala. Sin embargo, hay un lugar al que todos desean ir por encima del resto y que logra unir sus deseos.
Conste que a la mayor¨ªa de consultados les gust¨® m¨¢s el plan de la Costa Azul del a?o anterior. Pero La Roca Village es el plato fuerte del viaje a Catalu?a. Durante el d¨ªa los autocares recorren los 40 kil¨®metros que separan Barcelona del gran templo del outlet, que aguarda con carteles de bienvenida a los chinos. Llegan los primeros con las mochilas colgadas en el pecho. El gu¨ªa les ha dicho que es un lugar peligroso. ¡°Nos han recomendado no salir por la noche del hotel¡±, se?ala uno de ellos. Otros se hacen fotos con un seto con forma de elefante mientras empieza a jarrear.
Nos recomendaron no salir por la noche¡±, se?ala uno de los visitantes
En el interior de las tiendas, los vendedores esperan en guardia. Todos han contratado a un chino para atender a sus compatriotas. Irrumpen 40 de golpe en Lupo, un local de bolsos y billeteras. Huelen y frotan la piel como sac¨¢ndole lustro, revuelven todo y blanden al aire la calculadora para regatear y calcular el precio final sin impuestos. Los dependientes alucinan. ¡°Cada vez es as¨ª¡±, analiza uno.
Al salir de la tienda, una mujer lanza un salivazo al suelo que apenas esquiva su acompa?ante. Junto a ella, una se?ora mayor busca desesperadamente un lugar donde vendan el bolso de Vuitton que lleva fotografiado en el m¨®vil. Falta poco tiempo. La jornada termina. Las camisetas azules lucen ya alg¨²n nuevo lampar¨®n y queda solo el gran colof¨®n: la tienda oficial del Futbol Club Barcelona. A las 5.30 empiezan a despegar hacia su casa. Los que vendan m¨¢s este a?o volver¨¢n a viajar.
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