?Es Asamblea? ?Es Nacional?
La ANC decae porque falsea hasta la democracia directa, fracasan sus propuestas, defrauda a Hacienda y viola datos personales
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) elige el s¨¢bado nuevo Secretariado, que deber¨ªa despertarla de la profunda crisis de identidad en la que est¨¢ sumida.
La ANC exhibe perfil claro de organismo agitador en pro de la independencia. Pero menos en su arquitectura interna, a diferencia de la Assemblea de Catalunya (1971), de cuyo nombre se apropi¨® abusivamente: era aquel legendario organismo unitario de las fuerzas democr¨¢tcias ¡ªpartidos, entidades y asociaciones ¡ª contra la dictadura fundado en 1971, heraldo del Parlament arrebatado.
En realidad, la actual ANC tiene poco de A. Una Asamblea, como ¨®rgano de la democracia directa, nombra delegados coyunturales, no permanentes; para una tarea concreta, no para un largo per¨ªodo; con vocaci¨®n interlocutora, m¨¢s que negociadora.
La democracia representativa elige un cuerpo representativo que dicta normas (legisla), elige al ejecutivo y lo controla; la directa, como sustitutiva de aquella, confunde elector y poder ejecutivo, al suprimir el cuerpo intermedio: designa directamente al Poder.
Lo extra?o en que en un esquema organizativo asambleista se elijan unos secretarios que se constituyen en cuerpo permanente y que sea este quien coopta entre sus miembros la nueva Presidencia. Es un desprecio al mandato de la asamblea expresado en el n¨²mero de votos directos que la base dio a cada candidato.
En parte por eso, la ANC se ha sumergido en una crisis institucional. Porque en la ¨²ltima elecci¨®n seleccion¨® al votado en cuarto lugar, el presidente hoy cesante Jordi S¨¢nchez, en vez de a quien obtuvo la primogenitura, la editora Liz Castro. El intercambio de sms entre esta y uno de los comisarios m¨¢s influyentes de la entidad, Jaume Marfany ¡ªantiguo edec¨¢n del virrey de Endesa en Catalunya, el ex secretario de Artur Mas, David Mad¨ª¡ª produce escalofr¨ªos. La ganadora protest¨®:
¡ª¡±Me dijiste que no me presentase a presidenta pese a ser la m¨¢s votada, para preservar la unidad¡±.
¡ª¡±Me pediste tu opini¨®n y te la d¨ª¡±, replic¨® el madinista.
¡ª¡±No es cierto, t¨² me llamaste y me presionaste¡±, aleg¨® Castro.
¡ª¡±Mentira¡±, escrib¨® el otro.
¡ª¡±Yo no quer¨ªa ser presidenta, decid¨ª postularne despu¨¦s de ver las maniobras que hac¨ªais¡±, concluy¨® la relegada.
?Transparencia asamblearia u obscenidad autoritaria?
La ANC tampoco tiene mucho de N, de cuerpo nacional. Porque existiendo Parlament, en nombre de la Naci¨®n solo este puede leg¨ªtimamente hablar. Porque su predecesora se dirig¨ªa a todos los dem¨®cratas, y ella, solo a la minor¨ªa secesionista. Porque mientras aquella esculpi¨® un programa nacional transversal triunfante (los quatre punts: libertad, amnist¨ªa, Estatuto, y coordinaci¨®n con los otros democr¨¢tas espa?oles) la ANC solo ha lanzado soflamas ret¨®ricas y propuestas tacticistas, en general fracasadas.
Aparte de montar bellas y vibrantes movilizaciones ¡ªexitosas por su excelencia organizativa, pero tambi¨¦n gracias a la provocaci¨®n centralista¡ª, la ANC solo ha contribuido en parte a dos triunfos indepes. Uno, la celebraci¨®n del 9-N, tras el ¡°President, posi les urnes¡±. Dos, la ayuda a Mas para forzar a Esquerra a una candidatura com¨²n (Junts pel S¨ª) el 27-S, bien recompensada a Carme Forcadell, ex jefa de la ANC hoy encaramada a la presidencia del Parlament m¨¢s torpe, sectaria y autocr¨¢tica desde su restauraci¨®n.
La ANC debi¨® cambiar su hoja de ruta de abril de 2014 porque conten¨ªa planteamientos golpistas (ocupaci¨®n y control de ¡°grandes infraestructuras y fronteras, puertos y aeropuertos...¡±); fracas¨® en su clamor por la desobediencia civil; se ignor¨® su llamada a una candidatura unitaria nacionalista para el 20-D; se est¨¢ repitiendo lo mismo para el 26-J; y su calendario para la declaraci¨®n unilateral de la independencia, que deb¨ªa formalizarse el 23 de abril de 2015 ha constituido el m¨¢s estrepitoso de los rid¨ªculos.
El declive de la ANC se refleja en la ca¨ªda de inscripciones (de 12.000 anuales a 1.933 el ¨²ltimo ejercicio); en la reducci¨®n a un tercio (1,8 millones de euros) de su presupuesto; en sus dudas sobre la pr¨®xima Diada; en su menor influencia promoviendo el unitarismo indepe... Y en su escandaloso fraude fiscal ¡ªese estigma tan pujolista¡ª que le ha supuesto un abono extra de 176.000 euros a Hacienda, y su inquietante violaci¨®n de la ley de protecci¨®n de datos (por espiar la ideolog¨ªa nacional de los ciudadanos), multada con 83.000 euros.
Term¨®metro del secesionismo, la ANC decae con su declive. Y as¨ª seguir¨¢ si no vuelve el espa?olismo rampl¨®n en su auxilio.
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