Bromas muy intencionadas

No, no es una broma. Cuando Quimi Portet dice que es un astro intercomarcal no hace broma, s¨®lo lo parece. Sus conciertos, modestos en medios, sobrados de m¨²sica, jam¨¢s acompa?ados por multitudes, son peque?as muestras de artesan¨ªa familiar, peque?as cajas con detalles en marqueter¨ªa, ingenios que consiguen sonrisas entre quienes se ponen a tiro.

No, Quimi Portet no hace bromas, s¨®lo lo parece, y bajo sus canciones hay verdades, tambi¨¦n peque?as, sus propias verdades envueltas en una p¨¢tina de humor que parece barniz aplicado con pincel, a mano. Y as¨ª fue una vez m¨¢s, esta en la presentaci¨®n de ?s bipolar, su noveno disco, en la sala Barts de Barcelona dentro del Festival Guitar BCN 2016.

Se pod¨ªa esperar que considerando su personalidad comarcal, Quimi Portet lucir¨ªa alguna camisa de artista, con esos estampados que en ocasiones viste, qui¨¦n sabe si medio en broma, como ri¨¦ndose de ¨¦l mismo. Y quien esto hace tiene patente de corso para hacerlo tambi¨¦n del mism¨ªsimo cielo. O de los propios catalanes, tan conspicuos y serios ellos. Pero no, esta vez luc¨ªa una camisa comarcal, quiz¨¢s porque todos los destellos estaban reservados a su banda. En esta gira Quimi Portet, prescinde de bajo para interpretar su repertorio con bater¨ªa, eso s¨ª la de Angel Celada, inmenso, capaz de llenar con su instrumento las tripas de un portaaviones. Y a la derecha del astro estaba la guitarra, fina, pre?ada de efectos, encargada de perfilar las columnas de ritmo de Celada, de Jordi Busquets, tan huesudo y filiforme como elegante con el instrumento. Fue troglodita cuando hac¨ªa falta, dulce cuando lo contrario se impon¨ªa.

Y en el centro Quimi Portet. Comenz¨® algo fr¨ªo, o quiz¨¢s es que el ambiente era fr¨ªo, o vete a saber, result¨® complicado ubicarse en un d¨ªa que hab¨ªa cambiado de cielo varias veces. Pero poco a poco la cosa comenz¨® a fluir como fluye en los conciertos de Quimi Portet, con suavidad familiar. Inicio sinuoso con ?s bipolar, tema que da t¨ªtulo a su ¨²ltimo disco, primeras muestras de gamberrismo controlado con Pamela, nombre que en la canci¨®n se repite como si lo entonasen unos indios sin vaqueros y empuje cavern¨ªcola servido por Dones nues antes de afirmar que tocaba una canci¨®n para la reflexi¨®n, un On vas cowboy? que habla de motoristas de provincias que sienten su cabalgadura entre las piernas como si estuviesen en el pa¨ªs de Donald Trump.

Dedicatorias

M¨¢s tarde llegar¨ªan las dedicatorias, una, Francesc Pujols, a Sisa, all¨ª presente junto a Pau Riba. De inmediato invitaci¨®n a Joan Miquel Oliver para que diese un toque jazzy a Sunny Day, cantada por Portet con su sentido par¨®dico, siempre acentuado en esta pieza de contrastes y hermosa alma de cotidiana fealdad. Luego son¨® El meu h¨¤mster va anar a Cubaen una toma reggae y cuando en la letra se dijo Sabadell, el p¨²blico, conocedor de una broma imperecedera, grit¨®. Y es que cada vez que en un concierto de Quimi Portet se dice Sabadell hay que gritar. Cosas intercomarcales. A partir de ah¨ª, con el p¨²blico ya entonado, lleg¨® el desparrame, esa fiesta que parece una gamberrada pero que escondi¨®, una vez m¨¢s, m¨²sica tersa, rock de guitarras e ideas esparcidas bajo la sonrisa de quien parece tom¨¢rselo todo a broma. Una forma de afrontar seriamente nuestro mundo.