Chen o no Chen
Empresario de ¨¦xito fabricando juguetes que funcionan con control remoto, Mr. Chen se dispone a dirigir al Espanyol desde la China, estamos expectantes por iniciar esta aventura
Primero fueron los titiriteros y el terrorismo, luego la poetisa Dolors Miquel y la religi¨®n, ahora le ha llegado el turno a Charles Bukowski, cuyos versos por las calles de Barcelona han herido la sensibilidad de la polic¨ªa y del Gobierno, como si los bardos no hubieran venido a este mundo a molestar, a buscar las cosquillas, a hacernos re¨ªr. Habr¨¢ que rescatar la doctrina Fern¨¢n G¨®mez-Labordeta-Rubianes, la doctrina de los c¨®micos, y mandar a los censores a la mierda. Es lo que va a hacer Mr. Chen con la mitad de la plantilla espa?olista y parte de la instituci¨®n, aunque ¨¦l lo llame Revoluci¨®n Cultural, pues si nosotros crecimos con Franco como jefe del estado Mr. Chen naci¨® con Mao Zedong, que tampoco era manco.
Visto que Mr. Chen ocupa el lugar 254 en la lista Forbes de multimillonarios, todo parece indicar que el libro Rojo de Mao y las consignas del comunismo han dejado en su esp¨ªritu la misma indeleble marca que en el nuestro la camisa azul, el cara al sol y el cancionero de Llu¨ªs Llach, por citar extremos que no se tocan, pero que te dejan definitivamente in¨²til para el ej¨¦rcito, la virilidad, la sardana y los campamentos de verano, sean en Quintanilla de On¨¦simo o en la Cerdanya. Sabemos que la p¨¦rdida es irremisible, pero ya no hay nada que hacer. Como en la historia de nuestra infancia, hay un momento, no m¨¢s tarde de los siete a?os, en que se produce una rareza, y de pronto eres periquito. Entonces no sabes por qu¨¦, pero s¨ª sabes que es irremediable. Y la pregunta sigue sin respuesta, como toda buena pregunta que se precie: ?eres un ni?o raro y por eso eres del Espanyol? ?O eres del Espanyol y te conviertes por lo tanto en un ni?o raro? Son los misterios de la contracultura, de la infancia y del destino.
En todo esto pens¨¢bamos el domingo en Cornell¨¤-El Prat mientras escuch¨¢bamos a la cantante china Wine Q, que en las previas al partido nos puso la carne de gallina ¡ªde gallina industrial, lista para el sacrificio¡ª cuando cant¨® en un catal¨¢n espeluznante Els meus colors, himno periquito que ni fu, ni fa. Es proverbial la capacidad china para la copia, tanto en lo que respecta a tecnolog¨ªa punta como al pulpo a la gallega, as¨ª que antes de dos d¨¦cadas habr¨¢ un President de la Generalitat chino y periquito, fin del monopolio de los patricios, crisis terminal de la burgues¨ªa catalana, que no podr¨¢ soportar tanta rareza y subversi¨®n. Al final la lucha de clases la van a ganar los chinos. Chinos y periquitos, los oprimidos.
Empresario de ¨¦xito fabricando juguetes que funcionan con control remoto, Mr. Chen se dispone a dirigir al Espanyol desde la China. Estamos expectantes por iniciar esta aventura fascinante. Sabemos que puede acabar mal si Mr. Chen se cansa del juguete porque no obtiene los resultados esperados, porque el Espanyol no es en su esencia una empresa, sino un sentimiento. Aprendemos antes de los siete a?os, luego lo olvidamos, que el sentimiento no se puede controlar ni remotamente. Si el proyecto fracasa volveremos a Bukoswki. ¡°No era mi d¨ªa. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi a?o. Ni mi vida. ?Maldita sea!¡±.
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