Sese?a a¨²n vive con mascarilla
El humo contin¨²a acosando el barrio de El Qui?¨®n y muchas casas permanecen cerradas a cal y canto, como el colegio
El Qui?¨®n es un barrio fantasma de Sese?a (Toledo) en el que emergen bloques de ladrillos con ventanas cerradas a cal y canto. No se necesita mucho tiempo para percibir lo que est¨¢ pasando: una lengua de humo se alza sobre los tejados y, en sus anchas y verdes avenidas, los pocos vecinos que se han atrevido a salir a la calle van provistos de una mascarilla para mitigar el mal olor que inunda la zona desde el viernes. Esa madrugada comenz¨® a arder el vertedero de neum¨¢ticos instalado a pocos metros de las viviendas construidas por Francisco Hernando, El Pocero. Las autoridades aseguran que los par¨¢metros son normales, pero muchos residentes recelan. Quien no ha abandonado su hogar, se protege. La mayor¨ªa afirma tener miedo, pero todos sin excepci¨®n tienen una preocupaci¨®n mayor: la incertidumbre. No saben qu¨¦ va a pasar a partir de ahora, pero s¨ª piensan lo que van a hacer: luchar para que desaparezca el cementerio de neum¨¢ticos y mejorar el lugar en el que viven.
Josefina Medrano, de 52 a?os, se march¨® el viernes a primera hora a Madrid para trabajar. No advirti¨® lo que estaba sucediendo a pesar de que vive a escasos metros del foco del incendio. "En el autob¨²s hablaban de que se hab¨ªan quemado los neum¨¢ticos, pero yo pens¨¦ que eran los de un coche que hab¨ªan robado". Josefina ignoraba que al lado de su casa hab¨ªa un vertedero de neum¨¢ticos. Lleva apenas una semana viviendo en El Qui?¨®n. "Me llam¨® mi hija al trabajo. Me dijo que se estaba quemando mi pueblo. Yo le asegur¨¦ que no ten¨ªa nada que ver". Ahora ironiza, pero al principio se asust¨®. Pens¨® que nunca m¨¢s volver¨ªa a su casa. Aquella noche durmi¨® en Madrid, en la vivienda que su hija tiene cerca del Estadio Vicente Calder¨®n. El s¨¢bado volvi¨® porque en Sese?a tiene todas sus pertenencias. Not¨® el olor ya por la tarde y porque hab¨ªa cambiado la direcci¨®n del aire. El peor d¨ªa, subraya, fue el domingo por la tarde. "No se pod¨ªa respirar".
Desde las ¨²ltimas plantas de los pisos de la calle de Domenico Veneciano se avista todo aquello que ha arrasado las llamas. Una isla negra rodeada de jardines y ¨¢rboles de media altura. Sonia Heche, de 43 a?os, ocho en su casa de El Qui?¨®n, acaba de barrer el balc¨®n, pero las cenizas han vuelto a tomar el pavimento. La mujer se?ala los rescoldos del fuego. "Esto no es nada, el viernes era un infierno". Su hija se march¨® a la playa con los abuelos. Ella, su hijo y su pareja abandonaron su hogar para marcharse a casa de unos familiares. Al principio vivieron el incendio con miedo, pero con las informaciones que han ido apareciendo se han tranquilizado. "Creo que no nos enga?ar¨¢n". Denuncia que lo que ha ocurrido en el vertedero se ve¨ªa venir y explica c¨®mo estos d¨ªas han padecido el mal olor a ratos. Tambi¨¦n les ha picado la garganta y los ojos. "El s¨¢bado, cuando nos enteramos que pod¨ªamos volver, volvimos. Estar fuera es un trastorno". Si algo ha cambiado el incendio, afirma, es que, a partir de ahora, los vecinos piensan luchar para mejorar las cosas.
La zona va recobrando poco a poco la normalidad. El colegio del barrio a¨²n permanece cerrado, pero los negocios han reabierto sus puertas, aunque no gozan de gran afluencia. Solo unos cuantos valientes se atreven a salir de su vivienda. "Van de casa al trabajo y del trabajo a su casa. No salen si no es necesario", ha remarcado Jes¨²s Guti¨¦rrez, portero de uno de los bloques de pisos. En la calle de El Greco la familia Zho ha vuelto a levantar el cierre de su restaurante chino despu¨¦s de tres d¨ªas. Susana, de 18 a?os, sostiene que cerrar el comercio les ha ocasionado notables p¨¦rdidas econ¨®micas. "No ven¨ªa nadie y, adem¨¢s, nos informaron de que era peligroso que los clientes se llevaran la comida que preparamos". La cl¨ªnica de fisioterapia Philes, sin embargo, apenas ha notado las consecuencias del fuego. "El viernes cerramos todo el d¨ªa porque no se pod¨ªa respirar. El lunes reabrimos como un d¨ªa normal y las citas que cancelamos fueron porque los clientes estaban fuera al ser festivo", explica Philippe Mu?oz, director del centro.
Preguntas sin responder
Para otros, como Paloma ?lvarez, abandonar su casa no fue una decisi¨®n, sino m¨¢s bien una imposici¨®n. "El incendio me ha trastocado mucho porque he tenido que cambiar los planes. Me he tenido que ir varios d¨ªas a casa de un familiar porque no pod¨ªa estar en mi propia casa". Ella y su familia viven con miedo. "No sabes si van a limpiar todo, si los ni?os van a poder volver al colegio o ir al parque, si van a desinfectar... Son muchas preguntas que nadie responde".?La joven, que adem¨¢s de vivir en el barrio trabaja en ¨¦l como jardinera, no se despega de su mascarilla: "La llevo porque todav¨ªa no creo que los niveles del aire sean correctos. Lo que no se ve es lo que te afecta. Mi d¨ªa a d¨ªa va a ser llevar la mascarilla siempre que salga a trabajar. No voy a salir siempre que no sea estrictamente necesario".
Este martes ha llegado un medidor port¨¢til de calidad del aire desde Extremadura. Al frente de ¨¦l est¨¢ Mart¨ªn Bastos, jefe de Sostenibilidad de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente en esa regi¨®n. "Estos equipos miden los par¨¢metros que determinan la calidad del aire y los compuestos que se originan en la combusti¨®n. Si las mediciones contin¨²an as¨ª, los vecinos no tendr¨ªan problemas". Sin embargo, la furgoneta con los equipos est¨¢ a medio kil¨®metro del epicentro del fuego, por lo que Bastos advierte: "Si est¨¢s m¨¢s cerca del foco, hay que tener m¨¢s precauci¨®n. Todo depende, adem¨¢s, de la direcci¨®n del viento".?
Luzdani Pulgar¨ªn, una vecina, asegura que "es una incertidumbre porque no sabe uno qu¨¦ va a hacer". A su lado, Adalipsa Rivas le complementa: "No sabemos cu¨¢ndo va a parar esto y si nos va a traer enfermedades. Eso es preocupante". Olga Villegas, jefa del Servicio de Control de Calidad Ambiental de Castilla-La Mancha, intenta tranquilizar. "El olor se percibe, si les molesta pueden cerrar las ventanas, pero respecto a valores objetivos de emisi¨®n, todo est¨¢ correcto".
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