Lo que hay que echarle
El veterano trovador se vuelve m¨¢s crudo, corajudo y expeditivo con un nuevo repertorio que en El Sol son¨® hipn¨®tico y musculoso
Cojones figura entre las opciones menos l¨ªricas para titular un nuevo disco, pero Santi Campos seguramente no tenga cuerpo, ganas ni necesidad de andarse por las ramas. El hirsuto y espigado trovador suma las suficientes horas de servicio (antes en Malconsejo o Amigos Imaginarios, ahora en primera persona) como para haber pulido un discurso sint¨¦tico, directo, contundente. No hay farfolla ni palabrer¨ªa en las canciones que se estrenaron este mi¨¦rcoles en El Sol, pero s¨ª la furia de quien exorciza los demonios. Incluso desde la misma plasmaci¨®n f¨ªsica: los pu?etazos tal vez inconscientes que le propinaba Campos a la caja de su guitarra durante Solo Quiero: Yo Quiero eran p¨¢lpito pero tambi¨¦n s¨ªntoma.
Hay mucho latido, incluso aunque este fuera testicular, en el nuevo repertorio del segoviano afincado en Barcelona. Y buena parte de ese coraje radica en la acertad¨ªsima presencia de un percusionista, Nacho Garc¨ªa, para subrayar el pulso y la sacudida del bater¨ªa David Mart¨ªn. El efecto es casi tan absorbente como el blues de los tuaregs en Gigantes y modula hacia una psicodelia medio oriental con Coraz¨®n de Cuerda, dos de los grandes momentos de una noche cr¨¢pula y emotiva.
No acudi¨® demasiado p¨²blico a la ic¨®nica cueva de la calle Jardines. Los m¨¢s puntuales se llevaron el regalo de los madrile?os Laredo, estupendo quinteto americanizante que acierta a escribir esas canciones de madurez que a¨²n no le salen al Leiva adulto. Campos es mucho m¨¢s tenebroso e hipn¨®tico, y por eso tiene l¨®gica que intercale una soberbia versi¨®n alucinada y polvorienta de Han Ca¨ªdo Los Dos (Radio Futura). De hecho, solo el tono casi catecumenal en el arranque de Fuego baja algo el list¨®n, igual que esa base pregrabada y rob¨®tica al principio de Dos Mujeres.
El resto es pura fibra, rabia vivaz, el retrato de una generaci¨®n que ¡°sale a la calle con cara de loco¡±, pero ¡°buscando a la gente, mirando a los ojos¡± (Hasta Que Sangre). Rock oscuro al que Santi le echa lo que hay que echarle: coraje, suela desgastada, autenticidad, poes¨ªa cruda, guitarras refunfu?onas e incluso un par de estribillos adictivos, los de Lento y Aire y Plomo. El colof¨®n, una lectura extensa y desbocad¨ªsima de la antigua Lobos e Insectos (¡°Hueles tan bien que me vuelvo persona otra vez¡±), fue, nada lejos ya de la una de la noche, un revulsivo extraordinario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.