Gonzalo Chillida despliega su universo en el Kursaal

Gonzalo Chillida (San Sebasti¨¢n, 1926),?medalla de oro a las Bellas Artes en 2001 y hermano de Eduardo, el genial escultor, despliega todo su arte en la sala Kubo del Kursaal donostiarra. Una exposici¨®n retrospectiva del artista donostiarra re¨²ne cerca de 130 piezas que abarcan cinco d¨¦cadas de su producci¨®n creativa. Adem¨¢s de su pintura y su amplio trabajo sobre papel (dibujo, grabado...), se muestra parte de su variante fotogr¨¢fica, poco conocida pero que proporciona claves importantes para comprender su universo art¨ªstico.

Es la primera gran retrospectiva que revisa la trayectoria de Gonzalo Chillida y permite descubrir "una producci¨®n dominada por la coherencia", asegura su hija Alicia Chilida, comisaria de la muestra junto a Mikel Lertxundi. Recoge una selecci¨®n de ¨®leos, dibujos, grabados y fotograf¨ªas que abarcan cinco d¨¦cadas y se advierte un recorrido que se inicia con los paisajes y bodegones constructivos de su primera ¨¦poca, sigue con los experimentos abstractos de los 50 y 60, y desemboca en los temas esenciales de su pintura: arenas, marinas, cielos y bosques.

La primera parte de la exposici¨®n est¨¢ dedicada a la obra en papel. En esta sala se encuentran todos los temas que fueron vitales en la obra de Chillida: los primeros estudios de abstracci¨®n, el mar, las arenas, etc. en diversas t¨¦cnicas. Aunque en la obra de Gonzalo Chillida hay poca presencia humana, ya que deliberadamente la excluy¨® de sus lienzos, aqu¨ª se muestran estudios de la figura y algunos retratos de su entorno m¨¢s ¨ªntimo.

Otra faceta mostrada en esta sala es la de grabador; dos series ser¨¢n importantes en su carrera: la serie El Nuevo Mar ¡ªgrabados que ilustran el libro de poemas de Juan Ram¨®n Jimenez editado en 1965¡ª y Malloak, un conjunto de pe?as de la sierra de Aralar que fue un motivo recurrente a lo largo de su carrera.

El espacio central de la sala est¨¢ centrado en el trabajo pict¨®rico, con un repaso de sus bodegones que recuerdan a los que pintaron Zurbar¨¢n y S¨¢nchez Cot¨¢n. Incluye sus paisajes de Castilla, cercanos a la est¨¦tica de la escuela de Madrid, pero tambi¨¦n parajes de su entorno m¨¢s pr¨®ximo como San Sebasti¨¢n, Getaria, Pasajes y Hondarribia.

La experimentaci¨®n realizada en sus paisajes le ir¨¢ acercando a la abstracci¨®n, o a un juego entre figuraci¨®n y abstracci¨®n al que llegar¨¢ centr¨¢ndose en los detalles del paisaje y descontextualiz¨¢ndolos.

Sus arenas m¨¢s tard¨ªas son pr¨¢cticamente reflejos del cielo en la pel¨ªcula de agua que permanece en la playa tras la bajamar. Son obras de transici¨®n, en las que empieza ya a capturar de forma indirecta un nuevo motivo que le fascinar¨¢ en sus ¨²ltimos a?os: los cielos. Estas ¨²ltimas obras se muestran en la sala superior, en la que tambi¨¦n se presenta una instalaci¨®n realizada con sus panoramas fotogr¨¢ficos, claves para entender el proceso creativo del artista. Sus fotograf¨ªas muestran su investigaci¨®n recurrente sobre los motivos que le interesaron a lo largo de toda su trayectoria creativa con la que persigue un instante, una cualidad atmosf¨¦rica o un encuadre ¨®ptimo.