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El Gobierno catal¨¢n no podr¨¢ aprobar la ley m¨¢s importante del a?o, la de los Presupuestos. Es la primera vez que el Parlament le devuelve el proyecto. El que en teor¨ªa es su socio de gobierno, no solo para el d¨ªa a d¨ªa, sino para ¡°dejar Catalu?a a punto para la independencia¡±, como dicen sus responsables, se ha negado a votarlos. La CUP no ha querido perder su virginidad pol¨ªtica ni involucrarse en la estabilidad de un gobierno que va a la deriva y que no tiene suficiente fuerza para gestionar al mismo tiempo las demandas independentistas y las urgencias presupuestarias.

El fracaso es may¨²sculo y dif¨ªcil de reparar. Tras ver como la CUP enviaba a Artur Mas a la ¡°papelera de la historia¡±, en lenguaje de los anticapitalistas, Converg¨¨ncia quiso creer que la CUP estar¨ªa saciada por una buena temporada. Y que dejar¨ªa gobernar con cierta calma. Estaban equivocados. Los sectores m¨¢s radicales de los anticapitalistas, que son los que monopolizan sus asambleas, no parar¨¢n hasta la revoluci¨®n. Y la de Carles Puigdemont no quiere ser una revuelta de guerrillas, sino de unas clases medias empobrecidas que quieren darle la vuelta al calcet¨ªn sin sufrir un rasgu?o ni, sobre todo, dejarse ni un euro en la aventura.

La revoluci¨®n de la CUP no casa con la de Junts pel S¨ª. A partir de aqu¨ª, la opci¨®n de un nuevo adelanto electoral se instalar¨¢ en la pol¨ªtica catalana. No ser¨¢ antes de finales de a?o por cuestiones estrictamente legales. Pol¨ªticamente hay motivos para volver a las elecciones ma?ana mismo.

La otra opci¨®n es mantener las cuentas prorrogadas e intentar, solo intentar, unos nuevos Presupuestos ya para 2017 con otro socio. Los socialistas y Catalunya S¨ª que es Pot ¡ªel referente de Podemos en Catalu?a¡ª podr¨ªan ejercer como muleta parlamentaria. Pero ello obliga a dejar a un lado el plan independentista. En otras palabras, fuerza a volver al 8 de noviembre de 2014, el d¨ªa antes de la pseudoconsulta que situ¨® la pol¨ªtica catalana en una cuesta abajo y sin frenos.

CDC parece haberse anticipado a este escenario. La propuesta de su candidato, Francesc Homs, de abrir una ponencia parlamentaria para abordar la cuesti¨®n catalana va en este sentido. Es un intento t¨ªmido de encauzar el problema a trav¨¦s de las instituciones y no de las movilizaciones en la calle. La duda es si alguien en el soberanismo tendr¨¢ suficiente fuerza, no solo para admitir que el plan independentista estaba mal planteado, sino para no ser barrido en las elecciones. Todo el mundo tiene un l¨ªmite. Los catalanes tambi¨¦n.