Siempre la llamar¨¦ ¡®Pili¡¯
Nunca he conocido a nadie de actitud tan positiva, amiga de sus amigos, confidente de tanta autoridad como sigilo para los que ten¨ªan cuitas, sin pedir nunca nada a cambio.

Pilar Casanova Seuma, 59 a?os de alegr¨ªa contagiosa, calidad humana y profesional, proximidad digna y reservada. Era de la Franja de Ponent, esa tierra no de nadie sino de todos entre Arag¨®n y Catalu?a, en la que se habla una lengua franca que abraza a ambas comunidades y algo debe tener secretamente pactado con el oficio de periodista, porque ha dado practicantes fuera de serie como Manuel Campo Vidal y Joaquim Ibarz, primo de Pili, lamentablemente tambi¨¦n ya fallecido.
La conoc¨ª hace casi 40 a?os en el Tele-Expres de Barcelona, en aquellos tiempos de la Transici¨®n que con gran generosidad hacia nosotros mismos calificamos de heroicos, de cuando march¨¢bamos proclamando que ¨¦ramos periodistes, no confidents. Pilar, que hab¨ªa terminado o estaba terminando periodismo hac¨ªa o era varias cosas a un tiempo y todas bien: secretaria y redactora. Estuvo en varios medios de prensa, pas¨® por la Generalitat y recorri¨® el mundo. Casada con Carlos Enrique Bayo, que es casi como si yo hubiera oficiado la ceremonia, de tanta como es mi proximidad al hijo de Eliseo Bayo y Lidia Falc¨®n, y en esa situaci¨®n, en la que fue siempre obviamente feliz, fue corresponsal en Mosc¨² y luego en Washington, hasta que en los ¨²ltimos a?os, una excelente corresponsal de una agencia rusa en Madrid.
Nunca he conocido a nadie de actitud tan positiva ante la vida, amiga de sus amigos, confidente de tanta autoridad como sigilo para los que ten¨ªan cuitas, sin pedir nunca nada a cambio. Hay personas que han nacido para dar y Pilar practicaba esa dedicaci¨®n como la verdadera amistad exige. Nos ve¨ªamos, ya todos radicados en Madrid, con alguna pero nunca suficiente frecuencia, e incluso cuando ya se hab¨ªa declarado el terrible mal no dej¨® de ser quien yo hab¨ªa conocido, un placer especial de la compa?¨ªa y el encuentro.
Pese a la diferencia de edad, hab¨ªamos tenido los mismos maestros en la Barcelona de los a?os 70, y eso hac¨ªa que hubiera entre nosotros un morse especial del comportamiento, no solo para hablar de lo profesional, sino para entendernos y estar de acuerdo pr¨¢cticamente en todos los terrenos. Y por ello no la echar¨¦ de menos, sino que la seguir¨¦ viendo y escuchando porque no me va a abandonar. En el curso de una vida uno ha conocido a unas cuantas Pilar. Pero Pili solo hay una.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.