Fiestas ilegales, un negocio al alza

Locales abandonados o con graves desperfectos, sin las m¨ªnimas condiciones de higiene y seguridad, son los lugares elegidos por empresarios sin escr¨²pulos que cobran entre 15 y 30 euros por joven, cuyas edades oscilan entre los 15 y 17 a?os. En fiestas m¨¢s concretas, como Nochevieja, el precio se dispara hasta los 50 euros. ¡°Muchas veces son los repartidores de la publicidad de las discotecas y bares de copas los que hacen de intermediarios para organizar esas fiestas¡±, explica un mando de la Unidad de Tetu¨¢n.

Los polic¨ªas municipales han montado un servicio espec¨ªfico para acabar con estas pr¨¢cticas ilegales. Para ello, se sirven de varios instrumentos para detectar las fiestas, como la informaci¨®n que recopilan los agentes a pie de calle, las informaciones que les pasan los padres y el rastreo por Internet. ¡°Lo que est¨¢n haciendo ahora es que no facilitan los datos a los chavales hasta ¨²ltima hora para evitar que les detectemos¡±, reconoce el mando. Muchas veces son los vecinos los que se quejan de ruidos y llaman a la polic¨ªa.

De paisano

Durante la inspecci¨®n, primero entran agentes de paisano y controlan las salidas de emergencia para evitar que se fuguen los promotores. Tambi¨¦n se busca si hay drogas. Despu¨¦s acceden los uniformados, que ordenan que se enciendan las luces y se pare la m¨²sica. ¡°Como se trata de menores, se localiza a sus padres y se les informa de lo que se ha encontrado. Muchas veces se cesa la actividad y se precinta todo¡±, describe el polic¨ªa.

Las multas son muy altas. En caso de organizar una fiesta sin los correspondientes permisos o en un local que no cumpla con la normativa vigente, las sanciones oscilan entre los 4.501 y los 900.000 euros. Si se ha permitido el consumo de alcohol a menores, se pasa a una infracci¨®n muy grave. ¡°El problema es que la gente no se da cuenta de que esos locales carecen de las m¨¢s m¨ªnimas medidas de seguridad. No tienen extintores en perfecto estado o salidas de emergencias con puertas antip¨¢nico. Y a veces cuando las tienen las cierran o las tienen taponadas con cajas¡±, analiza el mando. ¡°Si se produce un incendio o hay una avalancha de los j¨®venes, lo m¨¢s f¨¢cil es que el n¨²mero de v¨ªctimas fuera muy alto. Por eso, es necesario acabar con estas situaciones de peligro¡±, a?ade.

La situaci¨®n ha llegado a tal punto que en algunas fiestas el promotor ha encerrado y retenido a los j¨®venes, sin que pudieran salir, al ser requerido por los polic¨ªas. Ocurri¨® por ejemplo con 51 menores en una fiesta celebrada el 3 de abril en la calle de Mar¨ªa Tubau (Fuencarral-El Pardo). El organizador utiliz¨® la quinta planta de un edificio de oficinas y, al llegar los agentes, bloque¨® los accesos y dej¨® encerrado a los asistentes. Los polic¨ªas tuvieron que entrar por una ventana y los bomberos, tirar la puerta abajo.

El concejal de Seguridad de Madrid, Javier Barbero, ya dijo que habr¨ªa ¡°tolerancia cero¡± con estas fiestas: ¡°La Polic¨ªa Municipal tiene indicaciones de permanecer con una mirada mucho m¨¢s intensiva¡±.