El Ayuntamiento impone 1.700 multas diarias por entrar en el barrio de ?pera

Las APR son zonas por las que s¨®lo pueden circular los coches de los vecinos; el resto ¨²nicamente pueden cruzar por los grandes ejes viarios: si intentan acceder a calles secundarias, son detectados por c¨¢maras de vigilancia y multados. Hay cuatro en funcionamiento, todas en el distrito Centro; el gobierno municipal de Manuela Carmena (Ahora Madrid) quiere que todo el distrito sea APR para 2017.

La primera la implant¨® de forma experimental Alberto Ruiz-Gallard¨®n (2003-2011, PP) en septiembre de 2004, un a?o despu¨¦s de llegar a la alcald¨ªa. Es una peque?a zona del barrio de Cortes, alrededor de la calle de Los Madrazos, con una sola c¨¢mara de vigilancia. Un a?o despu¨¦s, Gallard¨®n extendi¨® esa restricci¨®n con una nueva APR que cubre el resto del barrio de Cortes (con 16 c¨¢maras), entre las calles de la Cruz, Atocha, el paseo del Prado y la Carrera de San Jer¨®nimo. En total, Cortes tiene una superficie de 59 hect¨¢reas y 10.600 habitantes.

En julio de 2006, el exalcalde cre¨® la tercera APR, en el barrio colindante de Embajadores, con 103 hect¨¢reas y 45.000 habitantes. Cuenta con 15 c¨¢maras de vigilancia, y est¨¢ comprendida entre las rondas de Atocha y de Toledo, y las calles de Atocha, Concepci¨®n Jer¨®nima y Toledo.

La crisis econ¨®mica sufrida por el Ayuntamiento a partir de 2008 paraliz¨® la ampliaci¨®n de APR por el alto coste de su gesti¨®n y vigilancia. En 2014, una vez saneadas las arcas municipales, Ana Botella (2012-2015, PP) cre¨® la APR de ?pera; en principio iba a cubrir los barrios de Sol (46 hect¨¢reas, 7.400 habitantes) y Palacio (147 hect¨¢reas, 22.400 habitantes), pero las cr¨ªticas de algunos comerciantes la redujeron finalmente al per¨ªmetro formado por la Gran V¨ªa y las calles del Carmen, Bail¨¦n y Mayor (50 hect¨¢reas).

Suma de equivocaciones

Esta cuarta APR, con 21 c¨¢maras, deb¨ªa haber entrado en funcionamiento el 1 de agosto de 2015. Pero dos meses antes, Manuela Carmena le arrebat¨® la alcald¨ªa al PP tras 24 a?os de gobierno ininterrumpido, y decidi¨® aplazar su puesta en marcha. Finalmente, empez¨® a operar el 1 de noviembre; ese mismo d¨ªa entr¨® en vigor adem¨¢s un cambio en las normas del resto de APR para homogeneizarlas y mejorar su coordinaci¨®n.

Durante las primeras semanas de funcionamiento, los vecinos de ?pera comenzaron a recibir un n¨²mero de multas anormalmente alto debido a errores inform¨¢ticos de la empresa concesionaria (que no registr¨® correctamente unos 700 veh¨ªculos autorizados); y a un fallo en el aparcamiento de Las Descalzas (los coches que entran indebidamente a una APR son multados, pero se les anula la denuncia al registrar su matr¨ªcula las c¨¢maras de un p¨¢rking p¨²blico), que afect¨® a 3.000 usuarios.

Adem¨¢s, unas 150 personas que no estaban empadronadas pero pose¨ªan viviendas o plazas de garaje en las otras tres APR no fueron avisadas de que deb¨ªan renovar su permiso tras el cambio de normas, y recibieron as¨ª m¨¢s de un millar de multas, lo que extendi¨® el problema no s¨®lo a ?pera sino a todo el distrito. Dado que se tarda al menos un mes en notificar una denuncia, algunos conductores acumularon cientos de euros en sanciones por el mismo motivo.

As¨ª las cosas, el pleno municipal acord¨® a finales de enero, ante la presi¨®n de la oposici¨®n, anular todas las sanciones impuestas desde el 1 de noviembre. Adem¨¢s, las c¨¢maras de la APR de ?pera dejaron de multar hasta el 16 de marzo.

A tenor de las cifras proporcionadas por la Concejal¨ªa de Medio Ambiente, que dirige In¨¦s Saban¨¦s, la campa?a de informaci¨®n municipal lanzada en febrero (y reforzada por la alarma social que gener¨® el alto n¨²mero de sanciones) ha surtido efecto. Las denuncias registradas en la APR de ?pera en abril, el primer mes completo tras la reactivaci¨®n de las c¨¢maras, fueron pr¨¢cticamente la mitad que en noviembre.

Si en aquel mes, cuando se puso en marcha por primera vez la APR de ?pera, se contabilizaron 91.463 denuncias (3.049 al d¨ªa), en abril fueron 49.791 denuncias (1.660 al d¨ªa), es decir, un 45,6% menos.

Pero, pese a lo espectacular del descenso, las cifras municipales indican en todo caso que la APR de ?pera sigue constituyendo una anomal¨ªa por su alt¨ªsimo n¨²mero de denuncias en comparaci¨®n con las otras tres ¨¢reas restringidas de Centro.

Si en abril se pusieron 73.683 denuncias en total en las cuatro APR, ?pera concentr¨® el 68%. De 2.456 denuncias al d¨ªa en conjunto, ella sola supuso 1.660. En Cortes se impusieron 1.991 denuncias en todo el mes (66 al d¨ªa); en Letras, 11.225 (342 al d¨ªa); y en Embajadores, 10.676 (356 al d¨ªa).

En todas las APR menos en Cortes (que, por ser tan peque?a, sufre fuertes variaciones) descendieron cerca de un 40% las denuncias con respecto a noviembre, el mes en que cambiaron las normas de acceso.

Tres APR m¨¢s en 2016

Evidentemente, esto puede deberse a que ?pera acaba de ponerse en funcionamiento y, por tanto, los madrile?os a¨²n no se han adaptado a ella, en contraste con las otras tres, que llevan m¨¢s de una d¨¦cada.

Pero en cualquier caso supone un reto para un gobierno municipal que ha anunciado que, antes de final de a?o, pondr¨¢ en marcha otras tres APR, cubriendo as¨ª todo el distrito.

En concreto, faltan los barrios de Sol y Palacio, exceptuando la zona de ?pera; el barrio de Justicia (74 hect¨¢reas, 16.400 habitantes), entre las calles de Sagasta y G¨¦nova, el paseo de Recoletos, Fuencarral y Gran V¨ªa; y el barrio de Universidad (95 hect¨¢reas; 30.900 habitantes), entre las calles de Princesa, Alberto Aguilera, Carranza, Fuencarral y Gran V¨ªa.

Precisamente para delimitar en el imaginario colectivo de forma clara que Centro est¨¢ reservado a sus vecinos, el Ayuntamiento se plantea ahora unificar todas las APR, las existentes y las previstas, en una sola que cubra todo el distrito (523 hect¨¢reas, 132.600 habitantes).

Esa medida abaratar¨ªa adem¨¢s notablemente los costes de gesti¨®n y vigilancia, seg¨²n fuentes municipales. Mantener una APR por barrio, en cambio, reforzar¨ªa su funci¨®n original, impidiendo que un vecino de Embajadores pueda circular o aparcar por Chueca y viceversa; pero, al mismo tiempo, podr¨ªa aislarlos y obligarles a dar grandes rodeos para llegar a un barrio vecino.