La traves¨ªa del desierto de Uni¨®

Uni¨® Democr¨¤tica est¨¢ haciendo su traves¨ªa en el desierto. El partido democristiano intenta salir como mejor puede del choque que supone pasar en cuesti¨®n de meses de estar en el Gobierno a ser una fuerza extraparlamentaria. Adeuda 19 millones de euros, est¨¢ en preconcurso de acreedores y se ha quedado sin caras visibles en las instituciones.

Por todo ello, Uni¨® decidi¨® no presentarse a los comicios del 26-J y por primera vez, no participar¨¢ en debates ni tendr¨¢ espacios electorales, al carecer de representaci¨®n. La formaci¨®n prefiere aprovechar el tiempo para reinventarse y ha introducido un sistema de primarias para elegir a un candidato que consolidar¨¢ en el congreso previsto para julio. En los dos ¨²ltimos meses, han abandonado el partido el eurodiputado Francesc Gamb¨²s, el hasta ahora vicesecretario general Antoni Font y el coordinador de la consulta del 9-N, Joan Ca?ada.

¡°Nos tenemos que reequilibrar. Hemos salido de dos convocatorias dif¨ªciles y vamos a usar este tiempo para fortalecernos¡±, aseguran fuentes del partido. De todos los frentes abiertos, el m¨¢s grave es el econ¨®mico. Uni¨® est¨¢ negociando una quita con los acreedores -principalmente bancos- en el plazo que dura el preconcurso: tres meses m¨¢s uno de pr¨®rroga. En julio cumple el tiempo y si no est¨¢ resuelto entonces ser¨¢ la administraci¨®n judicial la que se haga cargo de un concurso de acreedores en toda regla.

Para afrontar la deuda de 19 millones de euros, Uni¨® contempla como v¨ªa de ingresos la venta de su sede en la calle N¨¤pols de Barcelona, que seg¨²n reconoce la formaci¨®n, est¨¢ valorada en ocho millones por la inmobiliaria. El problema es que, aunque consiga venderla faltar¨ªan otros 11. Acudir de nuevo a las urnas le hubiera supuesto pedir otro cr¨¦dito -la mayor¨ªa los tiene con La Caixa- y arriesgarse a que no se lo dieran por ante la previsi¨®n de ni conseguir grupo parlamentario. Tambi¨¦n tiene cortado el grifo de las donaciones de empresas que recib¨ªa en la ¨¦poca de vacas gordas -unos 2,2 millones-, cuando grandes corporaciones confiaban en que Josep Antoni Duran i Lleida actuara de lobby en el Congreso.

Las deudas de Uni¨® son un misterio inexplicable, teniendo en cuenta que lleg¨® a tener cuantiosos ingresos. Seg¨²n un informe del Tribunal de Cuentas, de las subvenciones que recib¨ªa en las Cortes espa?olas, Uni¨® siempre se llevaba un mill¨®n de euros m¨¢s de lo que le tocaba por representaci¨®n real dentro del grupo de CiU por su mala situaci¨®n econ¨®mica. De hecho, Converg¨¨ncia les reclama ahora 1,8 millones que el partido no solo no reconoce, sino que atribuye a decisiones de los convergentes. Algunos dirigentes de este partido siempre han criticado que en el reparto de cargos y dinero siempre se le asignara un 25% de la coalici¨®n cuando en realidad en militancia Uni¨® representaba mucho menos.

La segunda parte del problema econ¨®mico, los gastos, tambi¨¦n es complicada. Los trabajadores del partido llevan dos meses sin cobrar, seg¨²n explicaron la semana pasada, y no saben cu¨¢ndo se pondr¨¢n al d¨ªa con las n¨®minas. Solo les han informado de que podr¨¢n pagarles cuando se venda la sede. Adem¨¢s del salario, los trabajadores tambi¨¦n reclaman las indemnizaciones del expediente de regulaci¨®n de empleo que el partido.

De momento, Ram¨®n Espadaler, secretario general, y Montserrat Surroca, portavoz, asumen el liderazgo. Las ¨²ltimas bajas han sido dolorosas. Gamb¨²s se fue del partido -aunque no renunci¨® al esca?o- alegando que ¡°hay gente quiere seguir condicionando la vida del partido y desmontando los procesos de regeneraci¨®n¡±.

A la formaci¨®n solo le queda un pu?ado de concejales en los ayuntamientos, donde no se ha formalizado la ruptura con CDC. Uni¨® no quiere desvelar cu¨¢ntos para no pugnar con Dem¨°crates, la escisi¨®n independentista.