El piano de la familia de Rosal¨ªa vuelve a casa
La fundaci¨®n de la autora restaura el instrumento que hab¨ªa sido donado por Gala Murgu¨ªa, hija de la escritora, a la coral Follas Novas de A Coru?a
"Lo extra?o, lo indescifrable, el misterio todo, lo que no se formula sino en lo vago del pensamiento la llamaba como el abismo", dec¨ªa Manuel Murgu¨ªa sobre su esposa. "Cuando se sentaba al piano sus dedos erraban distra¨ªdos sobre el teclado e iba arrancando ruidos misteriosos, blandos como suspiros, tenues, impalpables, como sombras, llenos de dulzura y claridad, pero sobre todo de una melod¨ªa atrayente". Las palabras del marido, recogidas por Juan Naya, han sido recordadas hoy con la llegada a la Casa da Matanza, en Padr¨®n, del piano que fue de Rosal¨ªa de Castro, Murgu¨ªa y sus hijos. El instrumento, donado por Gala, la hija m¨¢s longeva de la pareja, a la coral Follas Novas languidec¨ªa en esta instituci¨®n de A Coru?a hasta que fue restaurado por completo y afinado tras la cesi¨®n en dep¨®sito a la fundaci¨®n padronesa que lleva el nombre de la escritora. Esta ma?ana, con un acto oficial, el viejo piano vertical volvi¨® a sonar, resucitado por la mano de la pianista y music¨®loga Margarita Viso.
La coral cedi¨® el instrumento junto a otros enseres que hab¨ªan sido propiedad de la familia Murgu¨ªa-Castro, como un pisapapeles y un enorme espejo recibidor que por sus dimensiones no va a poder acomodarse en la entrada de esta casa museo en plena metamorfosis. La Fundaci¨®n Rosal¨ªa de Castro, presidida por Anxo Angueira, ya no busca como antes recrear la ¨¦poca, el ambiente, sino que rastrea la posible existencia de aut¨¦nticos objetos del matrimonio y sus hijos, elementos que formaron parte del escenario de sus vidas, testigos de la presencia excepcional de la escritora gallega. Dentro de este trabajo de recuperaci¨®n, en 2014 la fundaci¨®n compr¨® ?rbore de monta?a, probablemente el cuadro de mayor formato que pint¨® Ovidio, hijo de la pareja, una pintura desconocida hasta el momento. Hoy, tambi¨¦n restaurado, ha recibido tambi¨¦n los honores en la casa en la que vivi¨® el ¨²ltimo tramo de su vida la autora.
El cuadro fue restaurado por el Museo de Belas Artes da Coru?a, mientras que la salud del piano, el trabajo de hacerlo revivir, fue responsabilidad de Luis Ares y Ascensi¨®n de Vicente. En el acto, al que acudieron Ares; la restauradora del ¨®leo, Laura Carrera; el presidente de la coral Follas Novas, Fernando Sandino; adem¨¢s de Anxo Lorenzo, secretario general de Cultura de la Xunta, Angueira destac¨® que el instrumento es una cesi¨®n "extraordinaria", y "no solo como objeto", porque "no se puede entender la literatura de Rosal¨ªa sin la m¨²sica". "Estamos empe?ados en que esta casa tenga dentro piezas aut¨¦nticas de la familia Murgu¨ªa Castro integradas dentro de un discurso expositivo acorde con los nuevos tiempos", ha insistido. El piano, seg¨²n destaca la fundaci¨®n, permitir¨¢ "ahondar en la dimensi¨®n musical" de la obra de la escritora, que adem¨¢s de tocar el piano, sab¨ªa tocar el arpa, la guitarra y el armonio. La m¨²sica, y el arte en general, eran parte esencial del ambiente dom¨¦stico en el que se criaron sus hijos.
El cuadro de Ovidio Murgu¨ªa, ?rbore de monta?a, fue adquirido por la fundaci¨®n a la familia ribadense Bustelo Calvo-Sotelo. Esta pintura es un paisaje con figura en la que este ¨²ltimo papel no corresponde a un hombre o un animal, sino al gran ¨¢rbol de hoja caduca que crece anciano y robusto junto al reflejo de una masa de agua que puede ser un arroyo o una charca. Ovidio, que muri¨® prematuramente (Lestrobe, 1871-A Coru?a, 1900), sol¨ªa pintar paisajes de la sierra de Guadarrama durante sus a?os de estudio en Madrid, y sent¨ªa predilecci¨®n por construir sus cuadros en torno a grandes cumbres como elemento principal. Su padre, sin embargo, le aconsejaba por carta dar vida a las escenas con elementos m¨¢s cercanos "que la gente entiende", como los ¨¢rboles singulares y las "aguas". En ?rbore de Monta?a, el joven artista parece seguir con determinaci¨®n la encomienda de Murgu¨ªa.
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