Nostalgia pura y dura
Quilapay¨²n sonaron un poco a cart¨®n piedra en Barts
En el mundo de la m¨²sica corren malos tiempos para las leyendas. En especial para aquellas que estaban m¨¢s ligada a fen¨®menos sociales que a la m¨²sica en si misma. Quilapay¨²n son una aut¨¦ntica leyenda pero atr¨¢s quedaron los tiempos de polideportivos abarrotados. En la tarde del domingo solo consiguieron una discreta entrada en una sala no demasiado grande como es Barts y eso que, adem¨¢s, celebraban su cincuenta aniversario (en realidad el cincuenta y uno pero el pasado a?o se olvidaron de pasar por aqu¨ª).
Quilapay¨²n
Barts, Barcelona, 3 de julio
Otro punto que no juega precisamente a favor de los Quila es el jaleo que se han tra¨ªdo entre ellos durante el ¨²ltimo decenio enfrentando a los que se quedaron en Francia y siguieron cantando y los que regresaron a Chile y guardaron los ponchos en el armario hasta que en 2003 decidieron regresar. Nunca queda claro qu¨¦ Quilapay¨²n va a actuar, esta vez nos visit¨® la facci¨®n chilena (la que por ahora puede utilizar el nombre a pesar de no haber tenido una continuidad en el tiempo). Es decir, sobre el escenario hab¨ªan algunos miembros hist¨®ricos pero Eduardo Carrasco, su ¨²nico fundador en activo, se qued¨® al otro lado del Atl¨¢ntico.
Tras lo visto en Barts los Quilapay¨²n chilenos no han evolucionado absolutamente nada desde los a?os setenta del pasado siglo. Las mismas canciones, los mismos arreglos, la misma puesta en escena,... pero lo peor es que el tiempo ha pasado: las voces han perdido enjundia y las nuevas incorporaciones no tienen la calidad vocal de nuestros recuerdos. En Barts todo son¨® un poco a cart¨®n piedra, sensaci¨®n agravada por el hecho de que en la primera parte ofrecieron ¨ªntegra la Cantata de Santa Mar¨ªa de Iquique utilizando en playback la narraci¨®n (esencial por su dramatismo) de H¨¦ctor Duvauchelle, original del m¨ªtico disco de 1970.
En la segunda parte se fueron enlazando los grandes ¨¦xitos del grupo, desde canciones inolvidables de V¨ªctor Jara, como Te recuerdo, Amanda, Canci¨®n del aparecido o Plegaria para un labrador, hasta los temas que los Quila convirtieron en irrefutables consignas de la lucha por la democracia: T¨ªo Caim¨¢m, Carabina 30 30, Malembe, La muralla o, por supuesto, El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido, coreada pu?o en alto por todos los presentes. Una concurrencia bastante entrada en a?os que qued¨® ya seducida con la sola aparici¨®n de los ponchos negros en el escenario y que valor¨® mucho m¨¢s el peso hist¨®rico de cada canci¨®n que su interpretaci¨®n. Alguien coment¨® que estos Quila lo tendr¨ªan dif¨ªcil en un concurso de imitadores de Quilapay¨²n. Pero eso era lo menos importante: triunf¨® por todo lo alto la nostalgia pura y dura.
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