El comparsa de la foto
?Tendr¨¢ la valent¨ªa moral el PP de hacer con Aznar lo que los laboristas han hecho con Blair sobre la guerra de Irak? Obviamente, esta es una pregunta ret¨®rica
Es verdad que ahora mismo tendr¨ªa que estar preocupado por los acuerdos probables e improbables de los l¨ªderes pol¨ªticos para intentar formar gobierno en Espa?a. Tambi¨¦n tendr¨ªa que decir algo sobre el cambalache de Converg¨¨ncia este fin de semana para finiquitar su harakiri y de paso tapar sus antiguas verg¨¹enzas tresporcentistas. Soy consciente de que estos temas son prioritarios. S¨¦ que hoy tocar¨ªa hablar de las famosas estructuras de estado, pensadas sobre todo para que se las cargue el Tribunal Constitucional inapelablemente. Alguien tambi¨¦n podr¨ªa con toda raz¨®n avisarme de que no es poco el dilema ante el cual Rajoy pone a Pedro S¨¢nchez: ¨¦l gobernando o unas terceras elecciones para alcanzar la mayor¨ªa absoluta. Pero como las prioridades me las marco yo, voy a expresar lo que realmente ahora mismo me pide el cuerpo. Hablar del se?or Aznar y su tenebrosa vinculaci¨®n con una de las m¨¢s irresponsables y pavorosas decisiones que se tomaron en materia de pol¨ªtica internacional, no bien comenzado este ya globalmente t¨¦trico siglo veintiuno.
Dos recientes noticias me llevaron a 2003 y a la declaraci¨®n de guerra contra el Irak de Sadam Hussein. Por un lado el informe Chilcot. Y por otro, el nombramiento estos d¨ªas del expresidente de la Comisi¨®n Europea Jos¨¦ Manuel Durao Barroso como presidente no ejecutivo de Goldman Sachs International. Hemos pasado m¨¢s de una d¨¦cada sent¨¢ndonos ante el televisor para ver im¨¢genes dantescas, semana s¨ª semana tambi¨¦n, con cientos de muertos en Bagdad por acci¨®n de terroristas suicidas. M¨¢s de una d¨¦cada con las v¨ªctimas de siempre en Kenia, Estambul, Londres, Madrid, Par¨ªs, Kabul, etc¨¦tera.
Con esas im¨¢genes siempre en nuestras retinas, nos enteramos del nombramiento del se?or Dur?o Barroso. Pero l¨¦ase las razones que da la firma que lo ficha para justificar el nombramiento: ¡°Su perspectiva, juicio y consejo aportar¨¢n gran valor al consejo de GSI, Godman Sachs, as¨ª como a nuestros accionistas y a nuestra gente¡±. A nuestra gente, sobre todo. El expresidente europeo prontamente respondi¨® que ¡°si mi consejo puede ser de utilidad en esta circunstancia (se refiere al Brexit), estoy listo para ayudar¡±. Eso nos llena de tranquilidad, que uno de los que no salieron en la foto de las Azores, pero estuvo en el parip¨¦ guerrero, est¨¦ tan dispuesto a ayudar, aunque no nos diga cu¨¢l ser¨¢ la minuta de tan loable sacrificio.
El informe Chilcot nos habla de la responsabilidad del se?or Blair en tan nefasta decisi¨®n. (Un informe, por cierto, que alienta el propio partido laborista). En este hist¨®rico informe se dicen cosas terribles. Se dice por ejemplo, seg¨²n nos informa el corresponsal diplom¨¢tico y de defensa de este mismo diario Miguel Gonz¨¢lez, que durante los d¨ªas 27 y 28 de febrero de 2003, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, entonces presidente del gobierno espa?ol, fabulaba con su hom¨®logo Tony Blair una estrategia de comunicaci¨®n en donde deb¨ªa quedar registrado ante la opini¨®n p¨²blica que se hab¨ªan hecho todos los esfuerzos posibles para evitar la guerra. Guerra que se declarar¨ªa un mes m¨¢s tarde, una vez urdida la patra?a desinformativa. En este mismo informe, a Aznar no se le da el protagonismo que hubiera querido el exmandatario espa?ol, salvo el de ostentoso comparsa. Ya se puede imaginar el lector a Aznar (Ansar le llamaba Bush) poniendo sus pies junto a los del tejano en su rancho. La misma infantil prepotencia del que cree que manda algo en la arena internacional, que mostraba en la foto de las Azores.
La pregunta que me hago es la siguiente. ?Tendr¨¢ la valent¨ªa moral el Partido Popular de hacer lo que hicieron los laboristas, respecto a su propio antiguo l¨ªder? ?Convocar una comisi¨®n de investigaci¨®n (no vinculante) sobre la responsabilidad del se?or Aznar en los desmanes internacionales a lo que se prest¨®, aunque fuera como triste comparsa, tan decididamente, incluida su connivencia con el enga?o premeditado? Durante el ¨²ltimo tramo del segundo gobierno de Aznar, Mariano Rajoy ocupaba el puesto de portavoz y responsable m¨¢ximo del Ministerio de la Presidencia. La pregunta que me hago, no hace falta que lo aclare, es meramente ret¨®rica. Todos sabemos que Rajoy no har¨¢ nada en esta delicad¨ªsima materia (alguna vez lleg¨® a afirmar que la mejor manera de hacer algo, a veces es no hacer nada, que ya es hacer). Yo me contento con descifrar que en el informe Chilcot, el que va por el mundo dando lecciones (y cobrando lo suyo) de moral, queda tambi¨¦n como un forajido.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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