Ignasi Aball¨ª busca tiempo perdido
La muestra del primer artista catal¨¢n galardonado con el premio Mir¨® inaugura las renovadas salas de la fundaci¨®n
Sumidas en la oscuridad, siete pantallas marcan el flujo continuo e ilimitado del tiempo, medido por otras tantas clepsidras que van desde un minuto a dos horas. Cuando se hace necesario, una mano da la vuelta al reloj de arena y el tiempo sigue pasando. Se trata de Tiempo como inactividad, una de las 15 obras que Ignasi Aball¨ª ha creado para la muestra Secuencia infinita, recogida en las renovadas salas de exposiciones temporales de la Fundaci¨®n Mir¨®, en el espacio donde durante 28 a?os se expuso la colecci¨®n permanente.
Abierta hasta el 2 de octubre, la muestra es una coproducci¨®n entre la Fundaci¨®n Mir¨® y La Caixa, derivada de la concesi¨®n del Premio Mir¨® a Aball¨ª (Barcelona, 1958), primer artista catal¨¢n que lo recibe. De ah¨ª que no sea una retrospectiva, ni una antol¨®gica, sino una propuesta org¨¢nica que enlaza obras de diferentes ¨¦pocas a trav¨¦s de los grandes temas de su trayectoria: el paso del tiempo, su medici¨®n y representaci¨®n; la relaci¨®n entre imagen y texto y las problem¨¢ticas vinculadas a la creaci¨®n pict¨®rica. Es Aball¨ª en esencia, pero tambi¨¦n en devenir.
El conjunto de 35 obras, casi la mitad in¨¦ditas, revela el creciente inter¨¦s del artista por el lenguaje audiovisual y el di¨¢logo entre la imagen est¨¢tica y en movimiento, que se plasma en tres videoinstalaciones. Destaca el homenaje a Mir¨®, realizado con el apoyo del coleccionista Han Nefkens, que recoge el proceso de repintar de blanco, y luego con sus colores originales, la escultura mironiana Se?or, se?ora, expuesta en la terraza de la fundaci¨®n. ¡°La pintura normalmente sirve para visibilizar, pero tambi¨¦n puede hacer lo contrario, desaparecer¡±, asegura Aball¨ª, que ha contado con el comisariado de Martina Mill¨¢.
No es aqu¨¦l el ¨²nico desbordamiento en la colecci¨®n: tambi¨¦n hay un libro de artista en la biblioteca, un ?ndex de 20 palabras vaciadas desde un vinilo negro que recubre la cristalera de la escalera y una serie fotogr¨¢fica, Intervalo, que inmortaliza cada sala en el momento de transici¨®n de un uso a otro.
Artista conceptual, fiel a los materiales humildes y cotidianos, en este montaje Aball¨ª otorga especial protagonismo al polvo, material relacionado f¨ªsica y metaf¨®ricamente con el paso del tiempo, que con el tipex, los espejos y las pinceladas de gel acr¨ªlico transparente, se convierte en material pict¨®rico. ¡°Es la idea de pintar sin dejar una imagen y tambi¨¦n una forma de cuestionar la percepci¨®n¡±, explica el artista, que pone a prueba la perspicacia del espectador en varias obras, como la foto de un libro colgada en una esquina de modo que el texto aparece del otro lado de la pared.
No est¨¢n sus piezas m¨¢s conocidas, los listados de obras y recortes de peri¨®dicos con los que trabaj¨® durante 15 a?os. Sin embargo, su filosof¨ªa de utilizar la clasificaci¨®n como herramienta para abordar la realidad, permanece en la recopilaci¨®n de 760 artistas desde el siglo XIII al XX en una nueva cronolog¨ªa de la historia del arte y en El color en el peri¨®dico, cat¨¢logo de los matices crom¨¢ticos en la prensa, que revela colores ocultos tras el dominante blanco y negro.
La introducci¨®n del color es quiz¨¢s la mayor novedad formal de este Aball¨ª, nuevo pero fiel a s¨ª mismo y sus investigaciones, como demuestra tambi¨¦n Mil palabras, en la que la dial¨¦ctica entre texto e imagen y el tema de la traducci¨®n se plasman en un encargo al escritor Juli¨¤ Guillamon, la artista Mar¨ªa Jacarilla y el cr¨ªtico George Stolz, para que describan una imagen en mil palabras, sin que esta se muestre nunca al espectador, invitado a completar el juego imagin¨¢ndosela a partir de la informaci¨®n contenida en los tres textos. De la misma forma, en Available (Disponible), la pel¨ªcula de una sola imagen que concluye la muestra, ofrece al espectador un espacio f¨ªlmico vac¨ªo para que lo rellene mentalmente.
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