Los manteros se expanden por la ciudad tras ser expulsados de la Barceloneta

Los vendedores ambulantes ilegales que fueron expulsados el pasado viernes de la zona del paseo Joan de Borb¨®, en el barrio de la Barceloneta se han distribuido en diferentes puntos tur¨ªsticos de la ciudad. El 15 de julio los agentes de los Mossos d¡¯Esquadra, la Guardia Urbana y la Polic¨ªa Portuaria saturaron, a primera hora de la ma?ana, la explanada donde se instalaba el zoco ilegal de la Barceloneta. Su presencia fue suficiente para que el mercadillo ilegal quedara autom¨¢ticamente clausurado. Los propios vendedores informan de que los manteros no se han ¡°evaporado¡± sino que han regresado a ¡°all¨ª donde vend¨ªan antes¡±. Zonas como el parque G¨¹ell, Montju?c, la Rambla... All¨ª siguen, a la espera de una soluci¨®n a su actividad ilegal.

Centenares de vendedores segu¨ªan vendiendo, el pasado jueves, en el zoco de la Barceloneta. Muchos ya conoc¨ªan la noticia: ¡°Me han dicho que ma?ana mejor que no vengamos¡±, se iban diciendo unos a otros. La mayor¨ªa hab¨ªa vivido, semanas antes, la expulsi¨®n de la zona del muelle del Dep¨®sito y del pasillo de los restaurantes del Museo de Historia. Tambi¨¦n fueron protagonistas, el pasado noviembre, del desalojo de la zona de Col¨®n donde el verano pasado montaron otro mercadillo ilegal. El modus operandi policial siempre ha sido el mismo: la saturaci¨®n del espacio. En esta ocasi¨®n hab¨ªa una novedad, una empresa subcontratada por el Ayuntamiento instal¨® una pista de skate de 600 metros cuadrados en la zona. El Consistorio ha anunciado que colocar¨¢ all¨ª otros equipamientos para que la ciudadan¨ªa utilice el espacio que hasta ahora ocupaban los vendedores ilegales.

Desde entonces poco, o nada, se sabe de los centenares de vendedores ilegales que llevaban desde abril instalados en esa zona del Port Vell. Pape Diop, uno de los portavoces del autoproclamado sindicato mantero, lamentaba ayer: ¡°El skate park del Ayuntamiento s¨®lo tiene como objetivo contentar a los grandes empresarios y dejar a los inmigrantes pobres sin poder trabajar¡±. Otro de los portavoces Aziz Faye reconoc¨ªa que ¡°en las ¨²ltimas semanas hubo un efecto llamada. En la Barceloneta hab¨ªa much¨ªsimos manteros, muchos m¨¢s de los que trabajamos durante todo el a?o¡±. Ambos son senegaleses como la mayor¨ªa de vendedores ilegales de la zona. Las ¨²ltimas semanas aparecieron decenas de vendedores de otras nacionalidades e incluso espa?oles que buscando sobrevivir ¡°plantaron la manta en la Barceloneta¡±.

Diop denuncia que el Consistorio ¡°ya lo ha conseguido, no estamos en la Barceloneta pero no nos hemos evaporado. Cada uno de nosotros ha regresado a su lugar natural: la Rambla, el parque G¨¹ell¡­¡±. El portavoz reconoce que los vendedores ilegales se distribuyen por nacionalidades y zonas. ¡°Por ejemplo, los paquistan¨ªes est¨¢n en Montju?c y el Tibidabo mientras que nosotros [los Senegaleses] nos distribuimos por Portal de l'?ngel, la Rambla o paseo de Gr¨¤cia¡±.

Ahora, los manteros no est¨¢n tan concentrados. Pocos han decidido abandonar Barcelona hacia zonas costeras. ¡°S¨®lo lo han hecho aquellos que hab¨ªan comenzado a vender en Sitges o Blanes y hab¨ªan venido a la Barceloneta porque cre¨ªan que hab¨ªa m¨¢s compradores¡±, reconoce Faye.

Diop informa de que tanto la Costa Dorada como la Costa Brava ya est¨¢n saturadas de este tipo de comercio por ¡°los manteros que venden all¨ª¡±. ¡°Ahora sobrevivimos como podemos y estamos a la espera de que el Ayuntamiento nos ofrezca soluciones. Nosotros pedimos un lugar donde pagar una licencia y poder vender sin tener que temer a las actuaciones policiales¡±, reclama Aziz.

¡°Podr¨¢n esconder algunos d¨ªas a los pobres negros pero no podr¨¢n borrarnos del mapa¡±, asegura Diop que no descarna una nueva manifestaci¨®n de vendedores ambulantes.

A las 22.00 horas, justo cuando los Mossos abandonan el paseo Joan de Borb¨® decenas de manteros regresan a la zona de la Barceloneta. ¡°Tenemos un par de horas para vender a turistas con un ojo mirando a la polic¨ªa¡±, lamenta Diop. ¡°Es el precio de la supervivencia¡±.