Del glamur ol¨ªmpico al turismo de borrachera
El Ayuntamiento de Barcelona dise?a un plan para frenar la decadencia del Port Ol¨ªmpic, donde la inseguridad y el incivismo han provocado el hartazgo de los vecinos
¡°?Esta es la imagen que quieren dar de Barcelona?¡±, se pregunta indignado Daniel, un argentino que vive desde hace siete a?os en un barco amarrado al muelle de Mestral, en el Puerto Ol¨ªmpico. ¡°A partir de las cinco de la ma?ana esto es la jungla, las peleas son constantes¡±, explica. Son las dos de la madrugada y centenares de extranjeros bailan, orinan en el paseo mar¨ªtimo y negocian el precio de las cervezas con los vendedores ambulantes. Es la imagen que cada fin de semana (a diario, en verano) se repite en una zona que en su d¨ªa fue escaparate de la Barcelona ol¨ªmpica y que hoy se asemeja a un templo del turismo de borrachera.
Herencia de los Juegos de 1992 y ubicado frente a la Vila Ol¨ªmpica, ahora el Consistorio pretende cambiar el modelo despu¨¦s de que la Generalitat le haya cedido su gesti¨®n. La mayor¨ªa de los 50 locales que lo conforman son discotecas y bares musicales que generan problemas de seguridad y convivencia, seg¨²n los vecinos. En especial, los situados en el Muelle de Mestral (frente al paseo mar¨ªtimo del puerto), y sobre los que sobrevuela la amenaza de cierre en 2020, a?o en que finaliza la actual concesi¨®n.
El reguet¨®n retumba muy cerca de los centenares de veleros amarrados en los diques de Mestral. En las colas para entrar a las discotecas se escucha mucho ingl¨¦s, franc¨¦s, ruso y hasta japon¨¦s. Pero poco espa?ol y catal¨¢n. ¡°El puerto est¨¢ secuestrado, los barceloneses nos sentimos extra?os¡±, afirma una de las pocas espa?olas que se pasean por la zona. Los relaciones p¨²blicas de los clubes apenas ofrecen copas gratis si no eres turista.
A medida que avanza la noche, el incivismo crece y se extiende por todo el paseo mar¨ªtimo hasta llegar a la villa ol¨ªmpica. Shake Opium, Carpe Diem, Club Catwalk y Pach¨¢ son las cuatro grandes discotecas de esa zona. Los juerguistas orinan por las esquinas, el paseo se llena de latas de cerveza y los rifirrafes entre j¨®venes visiblemente borrachos son continuos.
Los vecinos hace a?os que piden una reflexi¨®n profunda sobre el modelo de ocio de la zona de la zona y aseguran que la seguridad ha empeorado con peleas y vandalismo. ¡°Aqu¨ª he llegado a ver muertes por apu?alamiento¡±, apunta un vecino. La ¨²ltima de ellas fue la de un hombre de 29 a?os el pasado 24 de enero en un pub del muelle de Mestral tras una reyerta tumultuaria.
¡°Funciona y da empleo¡±
¡°Si no nos renuevan las concesiones, ?qu¨¦ har¨¢n del puerto?", se queja el propietario de un pub de Mestral, una zona donde los Shisha Bar (locales ¨¢rabes donde se fuman pipas de agua) se entremezclan con clubes de m¨²sica latina. ¡°Colau no se quiere reunir con nosotros. Dicen que hay problemas de inseguridad, pero no refuerzan las patrullas para combatir a los vendedores ambulantes y la prostituci¨®n¡±, afirma.
El pasado jueves, la teniente alcalde de Barcelona, Janet Sanz, afirm¨® que la cesi¨®n competencial de la Generalitat al Ayuntamiento permitir¨ªa que los vecinos ¡°hicieran suyo ese espacio para conseguir la integraci¨®n del puerto¡±. Un encargado de otro local, sin embargo, se muestra perplejo ante un posible cambio de modelo porque el actual, asegura, ¡°funciona y da empleo¡±.
La prostituci¨®n y los carteristas son las dos grandes lacras del paseo mar¨ªtimo y de las playas aleda?as (Villa Ol¨ªmpica, Nova Ic¨¤ria y Bogatell). Los carteristas aprovechan el estado de embriaguez de los turistas para robarles sus pertenencias. Las prostitutas, en su mayor¨ªa de origen nigeriano, les ofrecen servicios sexuales. ¡°A las 7 es f¨¢cil encontrarles practicando sexo en la playa¡±, dice Javier ?lvarez, vecino de la calle de Trelawny, que se muestra "muy cansado" de la situaci¨®n. En la ventana de su casa ha colgado una pancarta reivindicativa: ¡°Queremos dormir¡±.
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