Cocinero antes que fraile
El ¡®hospitalillo¡¯ de Alcal¨¢ de Henares reabre sus puertas. En sus cocinas trabaj¨® San Ignacio de Loyola y fue enfermero Rodrigo de Cervantes, padre del genio alcala¨ªno
Hombre de armas, l¨ªder religioso y cocinero. Lo fue antes que fraile. ??igo L¨®pez de Loyola ten¨ªa 35 a?os cuando comenz¨® sus estudios de teolog¨ªa y decidi¨® asentarse en Alcal¨¢ de Henares (Madrid). All¨ª encontr¨® aposento en el hospital de Nuestra Se?ora de la Misericordia, donde el prioste de la Fundaci¨®n de Antezana le ofreci¨® cobijo con una condici¨®n: guisar para los enfermos.
El edificio ha sido recientemente restaurado por el arquitecto y presidente de la Fundaci¨®n Antezana, Javier Huerta. Y el complejo luce el esplendor de la ¨¦poca medieval. Los Antezana, un matrimonio adinerado sin hijos, formado por Luis de Antezana e Isabel de Guzm¨¢n, decidieron fundar en 1483 una junta de Caballeros y donar este edificio para atender gratuitamente a enfermos, pobres y peregrinos. Una funci¨®n social que la instituci¨®n lleva prestando ininterrumpidamente m¨¢s de quinientos a?os. Ahora, como residencia de mayores y que le convierte en uno de los hospitales m¨¢s antiguos de Europa.
El inmueble linda con la casa de Miguel de Cervantes y en el ¡°hospitalillo¡± ¡ªse le conoce as¨ª por tener como m¨¢ximo 12 camas¡ª trabaj¨® su padre, Rodrigo de Cervantes, como ¡°cirujano sangrador¡±. Cientos de documentos certifican que fue durante un a?o lugar de trabajo y de residencia del santo, cuya festividad se celebra el pr¨®ximo 31 de julio. San Ignacio se asent¨® en Alcal¨¢ en 1526 para iniciar sus estudios en teolog¨ªa, poco tiempo despu¨¦s de que decidiese dejar el servicio militar y convertirse en ¡°soldado de Cristo¡±. Muchos le acusaron de iluminado y alborotador y fue entonces cuando el prioste de la Fundaci¨®n de Antezana le ofreci¨® vivir en el hospital. La cocina en la que ??igo L¨®pez de Loyola preparaba sus guisos, presidida por una chimenea castellana, se conserva pr¨¢cticamente intacta. La restauraci¨®n revel¨® que los jesuitas hicieron coincidir, a?os despu¨¦s, el espacio en el que estaba el dormitorio de san Ignacio con la c¨²pula de la iglesia que se encuentra dentro del hospital. ¡°Los jesuitas se aseguraron que este lugar fuese santo al introducir la c¨²pula de la capilla en la habitaci¨®n de su fundador¡±, explica Enrique P¨¦rez, uno de los gu¨ªas municipales del hospital.
Otra imagen que podr¨ªa haber tenido lugar en el patio del hospitalillo es la de un peque?o Miguel de Cervantes correteando entre sus columnas, de estilo mud¨¦jar, de las que se conservan las originales. Las evidencias apuntan a que Rodrigo de Cervantes trabaj¨® como cirujano sangrador, una especie de enfermero de la ¨¦poca. ¡°A¨²n no hemos encontrado documentos en el archivo que confirmen esta hip¨®tesis, pero todo encaja. La casa de los Cervantes est¨¢ situada al lado y lo l¨®gico es que, al igual que para muchos alcala¨ªnos, el hospital fuera uno de los centros neur¨¢lgicos en torno a los que giraba su vida¡±, detalla P¨¦rez.
Alcal¨¢ de Henares, que este a?o celebra el 400? aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, tiene con esta construcci¨®n una oportunidad ¨²nica para mostrar al visitante m¨¢s secretos del creador de El Quijote. ¡°Este es un rinc¨®n imprescindible para todo aquel que nos visite y quiera conocer un poco m¨¢s sobre la vida de Miguel de Cervantes Saavedra¡±, asegura el alcalde, el socialista Javier Rodr¨ªguez Palacios.
Entre los tesoros medievales que han sacado a relucir las obras destaca el hallazgo de la puerta original del edificio, donde est¨¢n enterrados los Antezana. All¨ª aparecen los alfarjes grabados con los escudos de la familia, los balaustres de madera y las leyendas en policrom¨ªa que decoraban las paredes y que hasta ahora estaban ocultas. En la parte interior del complejo, al lado del espacio que ocupa la residencia de ancianos, se ha rehabilitado un jard¨ªn que cuenta con un pozo, un altarcillo y la entrada de un adarve, un antiguo callej¨®n propio de la tradici¨®n jud¨ªa que un¨ªa el hospital con la calle Mayor y el resto del casco hist¨®rico de la ciudad. Un rinc¨®n en mitad de la calle m¨¢s tur¨ªstica de Alcal¨¢ en el que alejarse y descansar del bullicio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.