La partida de dados
Lo dijo Tolst¨®i: todas las derechas se parecen entre s¨ª, las izquierdas lo son cada cual a su manera
Jordi Turull, que no ha podido con la refundaci¨®n de su partido, le ha recriminado este mi¨¦rcoles a Coscubiela lo siguiente: ¡°Mucho pu?o en alto, mucha pancarta, pero sois incapaces de una revuelta¡±. Ha sido en pleno debate sobre una votaci¨®n que ha supuesto en toda regla un acto de desobediencia. Pero no es la misma la desobediencia de la clase media (o de sus representantes) que la de las clases populares, pues ambas obedecen a cosas diferentes. Es cierto que la CUP tambi¨¦n ha apoyado la votaci¨®n, pero ¨¦sta tambi¨¦n es otro tipo de desobediencia. Lo dijo Toslt¨®i: todas las derechas se parecen entre s¨ª, las izquierdas lo son cada cual a su manera. Albiol y Arrimadas coincidieron esta vez en querer poner a Puigdemont contra las cuerdas. En sus respectivas intervenciones le exig¨ªan que se posicionase como President ante el hecho, ya a todas luces inevitable, de que la Mesa admitiera a tr¨¢mite la votaci¨®n. Y Puigdemont se ha escudado una y otra vez en la soberan¨ªa del Parlament. Era un ping-pong absurdo, porque desde primera hora todo el mundo sab¨ªa lo que iba a pasar, que la votaci¨®n saldr¨ªa adelante. La tribuna de invitados estaba a rebosar con un mont¨®n de gente en pie, al fondo, mirando expectante, y en los palcos de primera fila, hombro con hombro, los presidentes de ?mnium y de la ANC.
Los portavoces se suced¨ªan solicitando cada uno a la Mesa que antes de votar se leyera tal o cual ley, art¨ªculo, el informe al respecto de los letrados de la casa... Y as¨ª transcurr¨ªa la ma?ana con la languidez err¨¢tica de la procesionaria del pino, por ilustrarlo gr¨¢fica y sem¨¢nticamente. La presidenta del Parlament, con la determinaci¨®n de quien se peina con raya a un lado, hac¨ªa como si fuese a impedir que se leyeran los art¨ªculos en cuesti¨®n, pero al final eran le¨ªdos, de modo que la cosa se alargaba a¨²n m¨¢s. A Turull, que fue quien pidi¨® que se sometiese a votaci¨®n las conclusiones de la comisi¨®n (contra lo ordenado por el Tribunal Constitucional), se le ocurri¨® decir tambi¨¦n que con el Estatut pasaba igual que con el Quijote, que todo el mundo lo tiene pero nadie se lo ha le¨ªdo entero. Pues precisamente, ayer martes, se hab¨ªa visto a Iceta en la librer¨ªa La Central comprando Para leer el Quijote, de Mart¨ªn de Riquer. Lo dicen los esc¨¦pticos, la pol¨ªtica es m¨¢s una cuesti¨®n de azar que de estrategia. Y ahora los dados de nuevo est¨¢n echados. En realidad, toda la sesi¨®n de esta ma?ana consisti¨® en una interminable partida de dados donde lo ¨²nico que se juega es seguir jugando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.