Tres d¨¦cadas de malaventura y desverg¨¹enza

Segundo round del 14?Festival Mas i Mas en el Palau de la M¨²sica tambi¨¦n centrado en el recuerdo. Esta vez fue Martirio la dispuesta a demostrar que aunque hayan pasado 30 a?os desde que se lanz¨® a la carretera en solitario (como cantante en otros grupos lleva algunos m¨¢s), la cosa se nota poco.

Menuda, p¨¢lida, sonriente tras sus eternas gafas de sol, enormes pendientes, exuberantes collares, discreta peineta con un par de flores laterales y un abanico manejado con soltura, la onubense se meti¨® al Palau en el bolsillo con solo aparecer y sonre¨ªr. Ovaci¨®n de gala y piropos compartidos.

Los lamentos de Quintero, Le¨®n y Quiroga abrieron la velada y marcaron la senda por la que caminar¨ªan los recuerdos de Martirio, con la copla como motor y el bolero y los toques flamencos como id¨®neo aderezo.Coplas h¨¢bilmente martirizadas con reminiscencias jazz¨ªsticas y momentos de bravura en cada interpretaci¨®n pasando sin soluci¨®n de continuidad de la malaventura a la desverg¨¹enza, del llanto a la sonrisa, del desgarro al regocijo. Temas de Kiko Veneno, Fito P¨¢ez, Carlos Gardel y Joaqu¨ªn Sabina se colaron entre las coplas cl¨¢sicas sin que se notaran los cambios estil¨ªsticos porque, en realidad, no exist¨ªan: Martirio es mucho Martirio haga lo que haga y en la noche del viernes en el Palau se raj¨® de arriba a abajo una vez tras otra.

Donde s¨ª se notaron los saltos de discurso fue con los tres invitados. Tres luminarias que aportaron una nota de entra?able diversidad. Lo dijo Martirio: las fronteras est¨¢n hechas con un hilo y cuando lo levantas, la tierra es la misma.

Primero fue Maria del Mar Bonet, amiga de muchos a?os. Compartieron un ?guila negra en catal¨¢n y despu¨¦s la mallorquina cant¨® en castellano (por vez primera en su carrera en Catalu?a) la melod¨ªa andaluza sobre la que bas¨® su La mort de na Margalida, que ambas concluyeron en catal¨¢n. Momento emotivo: algo as¨ª como la ejemplificaci¨®n del seny y la rauxa. Despu¨¦s subi¨® Arc¨¢ngel y el concierto alcanz¨® su momento m¨¢s flamenco entre fandangos y sevillanas. La tercera fue Silvia P¨¦rez Cruz: juntas recordaron a la cubana Marta Vald¨¦s y, sobre todo, a Carlos Cano. Mar¨ªa la portuguesa fue uno de las cimas de una velada llena de ellas.

Por si la noche no hab¨ªa tenido suficientes sorpresas, Martirio acab¨® cantando La bien pag¨¢ en ingl¨¦s, con aromas del Mississippi. Una vuelta de tuerca a esa deconstrucci¨®n/reconstrucci¨®n de la copla que Martirio lidera.

La cosa no acab¨® ah¨ª y la tanda de bises desemboc¨®, claro, en las Sevillanas de los bloques. As¨ª, la celebraci¨®n acab¨® arregl¨¢ pero informal y al final ella atac¨¢ y el p¨²blico de pie, entusiasmado. ?Fiesta!