La potencia vocal de Anita Rachvelishvili impacta en Peralada

El espacio natural para la espectacular voz de la mezzosoprano georgiana Anita Rachvelishvili es la ¨®pera. A su impresionante potencia vocal suma un instinto dram¨¢tico y un temperamento de alto voltaje l¨ªrico que desata pasiones, tal y como sucedi¨® el mi¨¦rcoles en su regreso al Festival Castell de Peralada (Girona). La iglesia del Carme fue el escenario de una velada muy corta -poco m¨¢s de una hora- en la que estuvo acompa?ada con mucho efectismo por el pianista David Aladshvili. Mejor en las arias de ¨®pera que en algunas de las canciones del programa, la diva conquist¨® al p¨²blico con un apabullante derroche de fuerza vocal.

Desde su deb¨²t en Peralada, en 2011, en un montaje de Orfeo ed Euridice, de Gluck, firmado por La Fura dels Baus -la cotizaci¨®n de Rachvelishvili ha subido como la espuma. Ya es una diva, y como tal, derroch¨® carisma en un recital que apenas dur¨® una hora, sin descanso, y tuvo como propina una histri¨®nica y musicalmente vulgar versi¨®n de la Seguidilla, de Carmen, de Bizet, y, tras preguntar al p¨²blico que obra del programa les apetec¨ªa volver a escuchar, la sensual Mon coeur s¨®uvre a ta vox, de Samson et Dalila, de Saint-Sa?ns, cerr¨® la velada.

Las m¨¢s famosas arias de Carmen y Dalila fueron lo mejor del programa; son personajes ideales para lucir su aterciopelada voz, de bell¨ªsimo color, s¨®lidos graves y agudos de estremecedora potencia. De hecho, su interpretaci¨®n de la gitana universal le ha abierto las puertas de los mejores teatros del mundo; una Carmen que es puro temperamento, volc¨¢nica, apasionada, muy en la l¨ªnea de las grandes voces rusas

En el apartado de las canciones, se disfrutaron mucho m¨¢s las muestras del repertorio ruso y georgiano, tres representativas canciones de Serguei Rachmaninov y una joya lirica de Otar Taktakishvilli. Pero en cuestiones de estilo, las dos canciones de Gabriel Faur¨¦ fueron poco sutiles, mientras que las incursiones en el repertorio espa?ol - las Siete canciones populares espa?olas, de Manuel de Falla, y Granada, de Agust¨ªn Lara- resultaron poco afortunadas, con un acompa?amiento pian¨ªstico de trazo grueso, efectista y, en el caso de Falla, poco fiel a la partitura.

Ante el derroche de medios vocales, los reparos estil¨ªsticos quedaron en un segundo plano, tal es el carisma de su voz, carnosa, rica en colores, intensa a¨²n en los matices m¨¢s l¨ªricos y como un trueno de potencia en sus ascensos al agudo.