Catalu?a en la crisis espa?ola
Rajoy utiliza el renacimiento de la amenaza soberanista como una posible tabla de salvaci¨®n. Puede sacar beneficos personales, pero a cosa de enconar el conflicto
![Josep Ramoneda](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fcb19bc84-e573-4c30-b2d2-c0a753f61fe3.png?auth=d4c718fb1463f47adda1e249fffd38fd7ff7f65839045fd49af5566c225b5831&width=100&height=100&smart=true)
Despu¨¦s de meses insistiendo en la p¨¦rdida de peso pol¨ªtico de Catalu?a en Espa?a y en el declive del movimiento soberanista, sorprendi¨® que Rajoy dedicara la parte final de su discurso de investidura a una larga digresi¨®n sobre ¡°el desaf¨ªo que parad¨®jica y abusivamente se plantea desde las instituciones auton¨®micas de Catalu?a¡±, una ¡°amenaza expl¨ªcita contra la unidad territorial¡± de Espa?a, ¡°la liquidaci¨®n de la soberan¨ªa nacional¡±. Para acabar proclamando solemnemente que ¡°nuestra primera obligaci¨®n ¡ªla del gobierno y la de estas Cortes generales¡ª es garantizar la soberan¨ªa y con ella la unidad de Espa?a¡±.
Si el independentismo est¨¢ a la baja y los partidos catalanes han perdido capacidad de presi¨®n en Madrid, ?por qu¨¦ tanto ¨¦nfasis en el compromiso ineludible contra el soberanismo? Sencillamente, porque Rajoy ha visto en el renacimiento de esta amenaza una posible tabla de salvaci¨®n. Al soberanismo se le ningunea, excepto cuando se puede utilizar como un espantajo en beneficio propio.
A la hora del miedo, a la hora de atrapar al PSOE por la v¨ªa de las exigencias superiores de la patria, vuelve el demonio catal¨¢n. El c¨¢lculo es sencillo. Las posibilidades de hacer mover al PSOE hacia la abstenci¨®n se agotan. El No de S¨¢nchez es tan rotundo que dif¨ªcilmente puede cambiar sin colocar al partido en una profunda crisis, entre otras cosas porque implicar¨ªa la renuncia por dignidad del propio secretario general.
La abstenci¨®n patri¨®tica que se pide a S¨¢nchez s¨®lo podr¨ªa obtenerse por la v¨ªa de una renuncia patri¨®tica del propio Rajoy. Pero este no est¨¢ por el sacrificio. El l¨ªmite de su patriotismo es su propia persona. Son los dem¨¢s quienes deben sacrificarse, ¨¦l no est¨¢ dispuesto. En estas condiciones hay que buscar la tensi¨®n que acorrale a S¨¢nchez. Y esta tensi¨®n s¨®lo puede darla el desaf¨ªo independentista catal¨¢n.
Los nuevos hitos del proceso, conforme al reiterado ciclo de los grandes momentos decisivos seguidos de las grandes frustraciones, deber¨ªan caer en la primavera de 2017. Pero en septiembre hay una cita en el Parlamento catal¨¢n: la moci¨®n de confianza presentada por Puigdemont. De ella puede surgir la ratificaci¨®n del presidente o una convocatoria de elecciones. Nada m¨¢s. Pero Rajoy conf¨ªa en la presi¨®n de la CUP, para que vuelva a entrar en escena el refer¨¦ndum unilateral como paso previo a la ruptura. Y este es el espantajo ¡ªel ¨²ltimo recurso¡ª con el que pretende, en ¨²ltima instancia, atrapar a Pedro S¨¢nchez. Una vez m¨¢s Rajoy es una mina para el independentismo, convencido de que poder exhibirlo como adversario principal es para ¨¦l un arma altamente eficaz.
Sin duda, la cuesti¨®n catalana es el problema pol¨ªtico m¨¢s importante que tiene Espa?a, jugando con ¨¦l, en vez de afrontarlo con lealtad democr¨¢tica, puede que Rajoy saque beneficios personales, pero lo que consigue especialmente es enconarlo, y llenar de m¨¢s fango la escena pol¨ªtica, bloqueando toda salida.
2. ?Ceder¨ªa S¨¢nchez ante la apelaci¨®n a la unidad en la defensa de la patria? Dudo de que nada de lo que ocurra en Catalu?a en los pr¨®ximos meses justifique la movilizaci¨®n patri¨®tica espa?ola. Pero S¨¢nchez en esta materia ha demostrado siempre muy poca autonom¨ªa, una gran incapacidad de distanciarse de la ortodoxia nacionalista espa?ola y, por tanto, de superar la din¨¢mica nacionalismo contra nacionalismo.
Si S¨¢nchez fuera capaz, como ha hecho Podemos, de reconocer de alguna forma la posibilidad de una consulta a la ciudadan¨ªa catalana, el escenario ser¨ªa muy distinto. Y en estos momentos se podr¨ªa hablar sin miedo de la mayor¨ªa de los 180 que rechazaron a Rajoy. Pero hay dos tab¨²es impuestos por los diversos poderes en la pol¨ªtica espa?ola: el llamado populismo (Podemos) y el soberanismo catal¨¢n. Y S¨¢nchez no tiene el coraje para romperlos. O sea que la cuesti¨®n catalana vuelve a estar en las Cortes y podr¨ªa ganar centralidad si se jugara con habilidad. ?Sabr¨¢ el soberanismo sacar ventaja de este escenario?
Lo m¨¢s probable, lo m¨¢s c¨®modo, es que se deje llevar y disfrute del empuje que le de la necesidad de Rajoy de volver a despertar la amenaza del monstruo. No es verdad que no haya alternativa, s¨®lo que ni el PSOE, ni Podemos, ni el soberanismo tendr¨¢n la cintura necesaria para jugarla. E iremos otra vez las urnas que, en el fondo, es lo que Rajoy busca.
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