La buena salud de los cineclubs catalanes
El cine independiente y de autor atrae a m¨¢s de 84.000 espectadores en salas no comerciales de toda Catalu?a
En una ¨¦poca de crisis, de cierre de decenas de salas de cine en y de una pr¨¢ctica escandalosa ¡ªe impune¡ª del pirateo, la salud del cineclubismo se manifiesta de hierro. Es m¨¢s, en los ¨²ltimos a?os han surgido nuevas entidades y asociaciones dispersas por toda Catalu?a que programan cine de autor e independiente. El a?o pasado los 48 cineclubs existentes recibieron m¨¢s de 84.000 espectadores, un siete por ciento m¨¢s que el a?o anterior.
Los hay muy antiguos, como los de Granollers, Valls, Manresa, Sabadell y Vic, todos ellos de la d¨¦cada de los 50. La siguiente tambi¨¦n fue de apertura de unos cuantos, entre ellos el de Vilafranca del Pened¨¨s, Calella, Malgrat de Mar y La Seu d'Urgell. Los 70, 80 y 90, por el contrario, no fueron de apertura de muchos cineclubs. Hasta el inicio del milenio, en el que el fen¨®meno resurgi¨® con fuerza y se crearon 15, como los de Vidreres, Molins de Rei o LLoret. En lo que va de d¨¦cada se han abierto cuatro m¨¢s. ¡°El resurgir del cineclubismo tiene mucho que ver con la crisis del cine y el cierre de muchas salas en localidades medianas y peque?as. La f¨®rmula del cineclub parte de voluntarios y de una estructura m¨¢s sencilla y menos costosa que una sala de cine comercial aunque tambi¨¦n se tiene que pagar a las distribuidoras. Se podr¨ªa decir que hay un poco de acto reivindicativo de la sociedad que no se resigna a no poder ver buen cine y en buenas condiciones¡±, explica Pablo Sancho, presidente de la Federaci¨®n Catalana de Cineclubs y responsable del de Vilafranca del Pened¨¨s.
La capital del Pened¨¨s se qued¨® sin salas de cine comercial hace cuatro a?os y la sala que exist¨ªa se abr¨ªa una vez a la semana para la exhibici¨®n de las pel¨ªculas del cineclub y en los fines de semana se programan t¨ªtulos m¨¢s de circuito comercial. ¡°Ha sido la opci¨®n de muchas ciudades peque?as, compartir las salas comerciales que hab¨ªan cerrado en una programaci¨®n de sustituci¨®n que alterna las pel¨ªculas de cineclub con otras¡±, a?ade. Esa combinaci¨®n es la que se hace tambi¨¦n en Ribes de Freser (Ripoll¨¨s).
Los que no tienen una sala de cine convocan las sesiones en diferentes espacios. A veces es un equipamiento municipal, otras en teatros, como ocurre en Vic donde se programa cine de autor e independiente tres veces a la semana. Aunque lo m¨¢s frecuente es una o dos sesiones. El a?o pasado se realizaron m¨¢s de 1.300 sesiones, la gran mayor¨ªa, un 64%, en versi¨®n original subtitulada. Una opci¨®n de cine que ha aumentado un 9% respecto a 2014. Lo mismo ocurre con el cine catal¨¢n ¡ªproducci¨®n catalana o subtitulado en ese idioma¡ªque el a?o pasado ocup¨® 300 sesiones. ¡°Estamos muy satisfechos porque tenemos una ocupaci¨®n de 66 personas por sesi¨®n, muy por encima de lo que tienen las salas comerciales¡±, puntualiza el presidente de la Federaci¨®n. Las estad¨ªsticas de la entidad avalan el optimismo: en 2011 los espectadores fueron 70.000 y el a?o pasado sobrepasaron los 84.000.
A una sesi¨®n de un cineclub pueden ir los socios de la entidad de que se trate que pagan una cuota anual o cualquier espectador, que abonar¨¢ tres o cuatro euros. Es un cine que cuenta con cierta ayuda p¨²blica, especialmente de la administraci¨®n local por el papel cultural que asumen. El a?o pasado cada cineclub recibi¨® una media de 3.609 euros de subvenci¨®n para el funcionamiento.
Muchas veces no solo se trata del visionado de la pel¨ªcula y los espectadores pueden mantener un debate con alg¨²n invitado relacionado con la cinta que se ha exhibido. ¡°Es m¨¢s que ver una pel¨ªcula, es un acontecimiento que re¨²ne a las personas aficionadas al cine de autor e independiente¡±, comenta Sancho que aclara que la edad media del cineclubista est¨¢ en torno a los 40 . En 2015 se exhibieron 440 pel¨ªculas en los cineclubs catalanes como Magical Girl, Nightcrawler, La sal de la tierra, Les costures de la pell, Boyhood, Relatos Salvajes, Camino a la escuela, Pride, Mandarinas o Un m¨®n que no ¨¨s el nostre, entre otras. Las salas de cineclub diseminadas por todo el territorio son el equivalente a los Verdi o a los Renoir de la capital catalana que, adem¨¢s, cuenta con la Filmoteca de Catalu?a con la que la Federaci¨®n de Cineclubs tiene acuerdos de colaboraci¨®n. Es en la Filmoteca donde se celebrar¨¢ a partir del pr¨®ximo martes la III Setmana del cineclubisme catal¨¤.
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