¡°La Diada es la gasolina del ¡®proc¨¦s¡¯¡±
Una multitud, con familias de hasta cuatro generaciones, toma el paseo de Sant Joan en la Diada
El despegue soberanista tras la sentencia del Estatut en 2010, la cadena humana de 2013, la uve con las cuatro barras en 2014, la Meridiana de los punteros el a?o pasado. Son cinco a?os ya de manifestaciones masivas y la veteran¨ªa se nota. De los bocatas y las colas de locura para encontrar una botella de agua de la primera Diada multitudinaria de este siglo, los manifestantes han pasado a un nivel casi profesional de participante en el acto del 11 de septiembre en Barcelona. No faltan la camiseta conmemorativa, las botellas de agua congelada, fruta pelada y cortada, sillas plegables para que los mayores de la familia se puedan sentar, pareos para el picnic de la hora de comer, ca?as de pescar para ondear la senyera estelada bien alto y bater¨ªas extra para el m¨®vil.
Desde media ma?ana el ambiente de protesta y euforia ha tomado el amplio paseo de Sant Joan, escenario este a?o de la concentraci¨®n. A mediod¨ªa una multitud llegada en coche o transporte p¨²blico ya auguraba otra gran movilizaci¨®n festiva y protagonizada por familias enteras. Los parterres estaban repletos a la hora de comer, y los bares, que tambi¨¦n son muchos, han llenado las neveras y la caja. 2.000 caf¨¦s servidos llevan a las cinco de la tarde en el Bracaf¨¦ de la plaza de Tetuan. Lo contaba Robert, amigo de los due?os. Entr¨® a preguntar qu¨¦ tal y se qued¨® tras la barra.
El blanco de la camiseta de este a?o y el amarillo, rojo y azul de la senyera estelada han tomado de nuevo la calle. Entre los participantes, algunos ven "m¨¢s cerca" la independencia de Catalu?a, otros admiten que hay cierto par¨®n en el proceso soberanista, que hay pocos avances reales. Pero no por ello faltan a una cita a la que ni se les ocurre fallar, la que da empuje ciudadano a la pol¨ªtica de traje y corbata, y a la que acuden al margen de si va o deja de ir el presidente de la Generalitat o la alcaldesa de Barcelona.
"Si no es ahora, nunca", mantiene Trini, una manifestante animada
Manifestantes a los que no espantan ni el calor ni la edad. Ah¨ª estaban Gracia y Trini. 80 y 84 a?os. Consuegras. De Matar¨®. Sentadas en sillas plegables a la sombra de la plaza de Tetuan, que ha triunfado como zona de picnic. "Si no es ahora, nunca", mantiene Trini, animada, "no podemos seguir siendo una colonia", dice. Gracia, "andaluza de nacimiento", no lo ve tan f¨¢cil, dice "que mucha gente de fuera, como yo, tiene miedo". A la pregunta de qu¨¦ ocurrir¨ªa en caso de celebrar un refer¨¦ndum y que el resultado fuera no, responden: "Lo aceptar¨ªamos, estamos en democracia". "Pero la pregunta es si el Gobierno espa?ol aceptar¨ªa el s¨ª", a?ade Jordi Puigvert, del mismo grupo.
Comiendo bocadillos en un banco a la sombra estaba a mediod¨ªa la familia Fortuny, de Mollet, que acude por quinto a?o a la capital. Josep es optimista: "Lo hecho, hecho est¨¢, atr¨¢s no vamos. Hay que ir pasando etapas". Su mujer, Elisabet, ve "un cierto par¨®n". "Pero no hay que tirar la toalla", dice y se?ala "la emoci¨®n enorme" de las protestas de la Diada "me saltan las l¨¢grimas". Los dos convienen que las movilizaciones de la Diada "son la gasolina del proc¨¦s, al que tambi¨¦n alimentan las pifias de Madrid". "El Gobierno es una f¨¢brica de independentistas. A Rajoy deber¨ªan darle la medalla del Parlament", dec¨ªa Jordi en una cafeter¨ªa.
"Lo hecho, hecho est¨¢, atr¨¢s no vamos. Hay que ir pasando etapas", sostiene Josep, un manifestante
Pero no solo del ¨¢rea metropolitana llegan los manifestantes. Desde Donosti, aprovechando el par¨¦ntesis de la fiesta patronal, Mikel y sus cuatro amigos tampoco se han perdido la cita. Y tambi¨¦n repiten. Es su tercera Diada consecutiva. Lucen esteladas, ikurri?as y la bandera que pide el acercamiento de los presos a las c¨¢rcelas vascas. "Para nosotros es como un deber, lo seguiremos haciendo hasta que vengamos a celebrar la independencia. Tambi¨¦n a la Aberri Eguna, el d¨ªa de la patria vasca, vienen muchos catalanes", recuerdan.
La capacidad de organizaci¨®n de la ANC es innegable: casetas de mercadotecnia en cada esquina -tienen fuerte competencia de vendedores ambulantes-, lavabos m¨®viles -incluso para discapacitados-, papeleras, pal¨¦s con cajas que contienen los puntos que dan nombre al lema de este a?o. Y un ej¨¦rcito de voluntarios que lo dejan todo a punto. Las unidades m¨®viles de las televisiones, gr¨²as y plataformas para los medios de comunicaci¨®n y potentes equipos de megafon¨ªa tampoco faltan a una cita a la que este a?o se han sumado las operadoras de telefon¨ªa, con antenas m¨®viles para evitar el apag¨®n que suele producirse en el momento ¨¢lgido.
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