Algo definitivo y general

Cinco jornadas ya. La ANC (Assemblea Nacional Catalana) es una formidable start-up nacida con la crisis. Sabe hacer bien las cosas. Combina la tozuda eficacia de las viejas empresas catalanas con la osad¨ªa imaginativa de las nuevas empresas digitales. Desde 2012 ha ido engarzando una manifestaci¨®n tras otra con ¨¦xitos oce¨¢nicos en cuanto a n¨²mero de asistentes y un espectacular impacto en los medios de comunicaci¨®n.

No era f¨¢cil el de este a?o. Hay cansancio. Hay agotamiento de ideas. Y una tediosa sensaci¨®n de recorrer una y otra vez los mismos caminos. Y, sin embargo, la ANC ha conseguido evitar el pinchazo, conjurar el declive, exhibir sus cinco concentraciones colmadas, y apuntarse su quinta demostraci¨®n de fuerza.

La ANC sabe manejar las expectativas. Lo ha hecho en todas las ocasiones anteriores. Las amenazas son agua de mayo para sus debilidades. Los malos presagios, est¨ªmulos. Cada vez ha conseguido superar los pron¨®sticos y deparar una sorpresa y un disgusto a sus adversarios. Sus ¨¦xitos reiterados son la evidencia del fracaso de quienes tienen en frente, incapaces de imaginar una alternativa que compita por la popularidad y por la hegemon¨ªa en Catalu?a. Solo los comunes, liderados por Ada Colau, han conseguido recortar su territorio y disputarles el voto y la adhesi¨®n, ciertamente a cambio de adherirse al soberanismo y al derecho a decidir, y tambi¨¦n a la idea de la rep¨²blica catalana, la expresi¨®n m¨¢s vitoreada en los discursos de la jornada.

El 47'8 por ciento que ha alcanzado el independentismo en las urnas dif¨ªcilmente se ampliar¨¢ si no es por la incorporaci¨®n de votantes de izquierdas partidarios del derecho a decidir, algo que los comunes intentan evitar a toda costa. En esta din¨¢mica se juega tanto la ampliaci¨®n del movimiento como la futura hegemon¨ªa, ahora todav¨ªa convergente, pero en el futuro muy probablemente de una izquierda soberanista organizada en el nuevo tripartito que se est¨¢ fraguando entre Esquerra Republicana, Podem y CUP.

En este pr¨®ximo a?o parece evidente que el independentismo no amainar¨¢. Tambi¨¦n proseguir¨¢ la acci¨®n de la justicia en persecuci¨®n de los presuntos delitos cometidos con la consulta del 9N y las declaraciones del Parlament. Es improbable una iniciativa de fuste de los dos primeros partidos espa?oles, PP y PSOE, incluida la reforma constitucional, especialmente si Rajoy consigue finalmente formar Gobierno. Todo es propicio, seg¨²n los dirigentes independentistas, para mantener el rumbo que conduce en un a?o a las urnas, tal como ya ha anunciado Puigdemont,?ya sea para una nueva consulta unilateral como el 9N, ya para otras elecciones, declaradas de nuevo plebiscitarias o incluso constituyentes.

A pesar del ¨¦xito, esta es la ¨²ltima Diada de la tanda actual. La pr¨®xima, la de 2017, ser¨¢ muy distinta. Si hab¨ªa dudas respecto a lo que hab¨ªa que hacer este a?o, hay pocas respecto al a?o pr¨®ximo. Los independentistas esperan "algo definitivo y general", como los j¨®venes de los a?os 50 bajo el franquismo con los que se identificaba en su verso el poeta Jaime Gil de Biedma. Es decir, que termine el proceso de una vez, sea cual sea el desenlace.